Killers

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"De pequeño siempre me contaron los placeres que daba matar. De adolecente me decían que hasta era más placentero que el mismo acto sexual. Ahora los comprendo, pues tenían razón.
Ahora para mí matar es una necesidad, una droga de la cual no puedo salir. Pero no cualquier tipo de matanzas; de mujeres. Sus caras antes de morir me satisfacen un placer del cuál no puedo describir, pero..., nunca creí que fuera una mujer quién ocasionara la mía, mi muerte"


Ésta no es una historia como otras, dónde el asesino se enamora de la inocente víctima, ella lo hace cambiar y viven felices para siempre. No. En realidad, es todo lo contrario, pero no voy a adelantar detalles, ¿sino perdería sentido que la cuente, no?
Mi nombre es Justin Bieber, soy el más buscado -bueno, en realidad uno de los más buscados, ya que hay otro asesino como yo, aunque no me debe llegar ni a los talones el muy hijo de puta-, y al mismo tiempo el menos reconocido asesino de todo Estados Unidos. Nadie sabe mi nombre, en realidad. Solo yo. Ésta sería la parte en la que les digo: "Bueno, dejemos de hablar de mí y empecemos con la historia..." JAJAJJAJAJA. No. Yo soy Justin Bieber. Yo empiezo la historia cuando quiero, pero como veo en sus estúpidas caras que ya quieren saber que pasa, así que voy a ser "bueno" y les voy a contar -susurra- forros.
En realidad, era miércoles y yo estaba viendo a cuál cabaret podía ir para agarrar a una puta, tener sexo y matarla. O directamente matarla. Eso dependía de cuan buena esté y si me excita el imaginármela en mi cama gritando mi nombre, lo que no pasa y terminan muriendo sin haber tenido el privilegio de que Justin Bieber les dé un último placer, aunque ya bastante orgullo es que yo las mate, agradezcan, perras. Estaba viendo algunos lugares y decidí ir a "Lollypop". Reí. El nombre tenía un doble sentido impresionante, muy ingenioso. Ésa noche iba a ir ahí, drogar a una chica y matarla. Que bien me sentía matando, y más cuando era una puta de primera.
Empecé a preparar la droga. Esto parece difícil, pero no. La droga la hacía yo en mi casa, además es muy fácil, y la vendía o la usaba para mis propios beneficios; éste era uno. Cuando terminé de preparar todo (hacer un poco de benzodiacepina* y agarrar unos guantes limpios, poner los instrumentos necesarios para matar a mi víctima aquella noche, etc etc cosas sin importancia) eran ya las 12:30. Subí a mi camioneta y me dirigí a "Lollypop" con una sonrisa, la excitación del escuchar a mi futura víctima rogar piedad me llenaba el alma. Al cabo de unos treinta minutos –maldito tránsito, te odio, si pudiera te mataría- llegué al cabaret. Cuando entré no me sorprendió lo que vi, putas por todos lados coqueteando con viejos gordos con bastantes billetes en la mano. Miré a mi alrededor; ninguna me llamaba la atención.
Me adentré un poco más al lugar, y observé a las minas ésas bailar el caño. Si no fuera por la poca ropa de puta que llevaban podría jurar que estaban desnudas, cosa que no me sorprendía. Una mi guiñó el ojo, y yo le sonreí. Era definitivamente la más sexy que estaba en ése lugar, tenía unas piernas de infarto, buenas tetas y buen culo. Era una morena bastante sexy, y si que he estado con chicas sexys, pero ésta se pasaba. Saqué unos verdes de mi bolsillo y me acerqué a ella.

-Hola cariño –dije seductoramente- vi cómo me guiñaste el ojo. –yo tenía los billetes en la mano, pero distanciados de ella, sólo faltaba que me los afane la muy perra.
-Hola –me sonrió sexymente-, no sé, ¿vos viste que te haya guiñado un ojo? –ronroneó.
-Sí, lo vi –le acerqué los dólares un poco- ¿te invito un trago?
-No estaría mal –miró disimuladamente mi plata y volvió a mirarme a mí.
-Y si querés podés venir a mi casa... -me acerqué peligrosamente a ella, podía sentir su aliento chocando contra mis labios- y podríamos divertirnos un rato –le susurré y acerqué los verdes hacia su mano. Ella intentó sacármelos pero yo la esquivé y reí- Nono, vas a tener que hacer más que eso para que esto sea tuyo. –le dije en un tono sexy.
-Bien –noté un poco excitación en su voz. Ya era mía.
-Entonces vamos a tomar algo primero -me alejé de ella, pero no fue un metro que le dije- ah, y tratá de que el orgasmo te llegué cuando estemos en la cama –le guiñé un ojo y ella lanzó una risita muy seductora.

No iba a poner la droga en su bebida, enserio pensaba acostarme con ella pero no le iba a pagar –risa- no le voy a pagar a una muerta, sería al pedo. Porque total, la plata me la quedaba yo de todas formas.

-Y.., contame. ¿Cuál es tu nombre? –curioseé.
-Ariana, ¿y el tuyo? –lo dijo con mucha confianza. Otras chicas habría que insistirles un poco más.
-Justin.
-Tienes un nombre sexy. Y eso me recuerda al sexo. Y eso es placer. Tu nombre es placer. –la miré raro, definitivamente estaba loca, pero lo tomé como un cumplido.
-Tu nombre también es lindo –dije. Seguramente mi cara reflejaba que pensaba que estaba loca, porque rió.

Tomamos dos cervezas cada uno cuando dije:

-¿Te parece que vayamos a mi casa ahora?
-Mmm –se quedó unos momentos en una posición de "pensadora"-, me parece bien.

Me levanté de mi asiento y como "buen caballero" que soy, le ofrecí mi mano para ayudarla. Ella se puso algo para taparse y salimos de "Lollypop". Entramos en mi camioneta; ninguno hablaba en el camino, o no hablaba verbalmente. Porque Selena me miraba con cierta curiosidad o mejor dicho, miraba a mi cuerpo con curiosidad, ¿no tengo que especificar que parte de mi cuerpo, no?
Llegamos a mi casa, pero no le mostré nada que fuimos a la habitación directamente. Cuando entramos cerré la puerta con llave y ella me miró, se acercó y me empezó a besar de una forma muy excitante. "Esto lo voy a disfrutar" pensé en ése momento. La agarré de la nuca y le seguí el beso de la misma forma.
Nos fuimos acercando a la cama hasta que ella me empujo, yo caí y se puso arriba mío rodeándome con las piernas mientras me besaba y tocaba el pecho por debajo de la remera. Yo por mi parte, la empujaba más cerca de mío tocándole ese lindo culo que tenía, o estrujándoselo, es lo mismo. Ella me sacó la remera y yo le saqué la poca ropa que tenía antes del corpiño. Los besos subían y subían de intensidad, parecía que nos íbamos a comer el uno al otro. Ariana ahora jugaba con el cierre de mi pantalón, se reía; seguro era por la erección que tenía. Me sorprendí, pues ninguna chica me había excitado tan rápido. Me di vuelta y ella quedó abajo mío, ahora era yo el que tenía el poder acá.

-Me toca jugar un poco a mí, ¿no te parece? –le dije con la respiración agitada.
-Sorpréndeme –me dijo con la respiración igual a la mía.

La di un beso igual o más fuerte del que me dio ella al empezar, ella me lo siguió. Le saqué ese mini short que tenía puesto y la toque; estaba mojada, sonreí victorioso. Ella antes de que me de cuanta me había sacado el pantalón.

-Eres rápida.
-Más de lo que piensas –me volvió a besar.

Estando los dos en ropa interior, no dudé en sacarle el corpiño y mirar, mamita, que suerte que tenía de garcharme a ésta mina ésta noche. Mientras yo la miraba a ella, no me percaté de que ella fue más rápida que yo y me bajó los boxers dejando libre a la bestia que guardaban. Ella lo miró y se relamió los labios, y fue ahí cuando supe lo que iba a hacer. Bajó hasta llegar ahí abajo y me empezó a tocar, luego de unos segundos mi polla desapareció para estar dentro de su boca. Solté un grito de placer, se notaba que sabía cómo hacer esto. La agarré de la cabeza para que siga, por un momento me olvidé que después la iba a matar. Cuando terminó después de unos minutos, volvió a subir y nos fundimos en un beso devuelta. Le saqué la tanga que tenía puesta en ése momento, y me tocaba a mi hacerle un buen oral. Bajé para encontrarme con su feminidad, que estaba completamente húmeda. Empecé a chupársela, y después metí mi lengua tan adentro como pude; ella exclamó un alarido de placer que casi hace retumbar la casa.

-¡Dios! ¡SIGUE ASÍ! –exclamó mientras yo metía mi lengua un poco más y ella agarraba mi cabeza.

Así estuvimos varios minutos, dándonos sexo oral mutuamente. Cuando me terminó de hacérmelo a mí por última vez me dijo con voz excitada:

-Ponete atrás mío.

Ella se puso en posición de perro y yo entendí a qué se refería. Me puse atrás de ella y sin previo aviso, se la metí bien por el culo. Estuvimos así bastante tiempo, yo sacándosela y poniéndosela cada vez con más fuerza e intensidad, ella tirándose para atrás para que lo haga más rápido, y los dos gimiendo de placer. Cuando terminamos, ella se dio vuelta y terminó a mi altura y me empujó debajo de ella nuevamente, y así sin avisar, se sentó arriba mío ocasionando la penetración más profunda que alguna vez hice, y alguna vez ella sintió. La agarré del culo y la tiraba más hacia mí, ocasionando que la penetración sea más profunda aún. Está de más decir que no parábamos de gritar de placer, ¿verdad?
Me puse encima de ella y, comiéndole la boca, la empujaba más a mí. Dejé su boca y bajé hasta sus tetas y me puse una en la boca. La absorbía como un bebé tomando la leche de su madre, lo mismo hice con la otra, minutos después. Cuando salí de adentro suyo –porque nunca me salí en el transcurso de una hora- estábamos los dos exhaustos tirados en la cama. Yo me había olvidado del porqué estaba en mi cama, de que la iba a matar. Hasta que cierro los ojos y siento un pañuelo sobre mi boca, no tenía ninguna sustancia o cosas así, pero era Ariana quien me estaba prohibiendo el habla, la miré entre extrañado y preocupado.

-¿Eres Justin Bieber, no? El famoso vendedor de drogas, el asesino de mujeres, el segundo en la lista de los más buscados asesinos de todo Estados Unidos. –me dijo y abrí los ojos sorprendido- ¿sabés quién soy yo? La primera más buscada. Ariana Grande, la mayor asesina de hombres de todo Estados Unidos, y vengo muchísimo tiempo buscándote. –su voz sonaba distinta a como era antes- y por fin llegó tu hora, maldito hijo de puta.

Me puso la almohada en la cara, sin dejarme respirar. Así estuvimos unos minutos hasta que dejé de pelear, y perdía la conciencia. Cuando ya estaba asegurado de que iba a morir, ella saca la almohada de mi cara y me dice lo siguiente:

-Gracias por la excitante noche de hoy, Bieber. Tené asegurado que fuiste el mejor de todos mis amantes, pero..., tenía que matarte.

Lo último que recuerdo fue que me dio un último beso en los labios, y se fue diciendo: maté a Justin Bieber.

* benzodiacepina: droga que deja inmovilizada a la víctima.  


One Shot's ➳ jb & agDonde viven las historias. Descúbrelo ahora