Capítulo 3

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Harry se levantó bruscamente del sofá, mientras se dirigía escaleras arriba paró en seco y miró a su amigo. "¿Qué? ¿De qué hablas?" preguntó, volviéndose hacia él.

"Pero espera, subió un chico re..." pensó unos segundos hasta que finalmente lo soltó. "¡¿Me regalaste un chico para mi cumpleaños?!"

Estaba bien que Harry haya tenido un par de copas encima, pero no había visto mal que lo que había subido las escaleras no era una mujer.

¿Qué tenía planeada la mente retorcida de su amigo? ¿Acaso el "maravilloso" regalo del cuál le había estado hablando era un... chico?

"Quizás el chico tendría su regalo, sí, sí, eso era" pensó.

"¿Acaso piensas que te regalé un chico, Harry?" inquirió Ed, dándole una mirada de confusión a Harry. "Sabía que eras estúpido pero, wow, te pasaste" Harry le dirigió una mirada de ofendido y se dirigió escaleras arriba para ir a buscar lo que esperaba hace ya una semana. Su regalo.

Mientras subía, Niall se había despertado, con una resaca bastante pesada encima, y se había dirigido al refrigerador para comer algo. Vaya que ese chico era hambriento.

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Se encontraba ya a tres escalones de llegar finalmente al pasillo que daba a las habitaciones. Las luces estaban tenues y ningún tipo de luz del sol se colaba por las ventanas, que se encontraban completamente cerradas. El silencio tenía el poder en ese momento, y a Harry ya le comenzaba a palpitar el corazón a más velocidad. Sentía que por lo menos algún ruido el chico debía hacer, para orientar para donde debía dirigirse. Pero nada. Ni una respiración siquiera, se escuchaba. Pero Harry sentía que debía ir a la habitación de Ed, pues era lo que intuyó.

Dio paso tras paso hasta llegar finalmente a la puerta, sin abrirla, suspiró. Suspiró e inhaló, por alguna razón se encontraba nervioso y hasta tenía un poco de miedo.

Con un puntapié, el rizado abrió la puerta. Dando a conocer a una habitación a la cuál sí le entraba un poco de luz de la madrugada por las rendijas de la ventana. El cuarto parecía solitario, la cama de Ed se encontraba perfectamente armada y contrastaba con la tenue luz. Había prendas tiradas en el suelo, un buzo negro con capucha pudo divisar Harry y no había caído aún en cuenta de que el chico que había subido tenía uno idéntico.

Hasta que lo notó, sintió su corazón palpitar más rápido que antes. Ya se encontraba sudando. Tenía miedo de recitar palabras, pero sí o sí debía hacerlo si es que el misterioso desconocido se encontraba allí, y notara su presencia.

"¿Ho..hola?" tartamudeó en un susurro. No obtuvo respuesta. "¿Estás aquí?" preguntó Harry, a ver si el chico se dignaba a aparecer.

Esperó unos segundos pero, nada. Estuvo a punto de irse cuando escuchó un ruido dentro del closet de la habitación. Se giró inmediatamente por su hombro, y ahora sí que se asustó. Pensó que tal vez Ed le haría pasar un gran susto con ese regalo, pero descartó la idea al ver una sombra salir del closet.

Harry reaccionó rápidamente echándose para atrás y atinó a abrir la puerta, pero esta se encontraba cerrada. Forcejeó con la puerta intentando abrirla de una forma u otra, pero era inútil, estaba cerrada con llave. ¿Cómo? Si en ningún momento él la había cerrado, o alguien más lo había hecho.

Vio como un joven desconocido salía del closet, con un movimiento se podría decir bastante sensual. Harry pudo visualizar rápidamente que el joven vestía un liguero de color blanco, con un corset color rosa pálido y pequeños pompones suaves que se podían ver cosidos a los bordes del corset. El chico se le acercaba lentamente a Harry, y éste estaba hipnotizado a medida que acortaba la distancia.

cutie pie | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora