PARTE 1 - INICIACIÓN
1. La Infancia
La vida es desgraciadamente inesperada, llena de circunstancias que simplemente, jamás nos imaginamos que pasarían. Es increíble cómo la vida te puede hacer pasar de ser un niño feliz, a un huérfano de cinco años. Tanto tiempo de andar rodando de casa en casa, sin un rumbo fijo, y sin nada a que aferrarme. La vida es dura, y más cuando pierdes a tus padres a tan corta edad.
Los bebés en los orfanatos son suertudos, pueden máximo, 6 meses en su condición de "huérfanos", todos quieren un hijo bebé. Pero, ¿un niño cinco años? ¡Por favor! ¿Quién querría adoptar a un niño de cinco años? Nadie, absolutamente nadie.
4 orfanatos, 12 compañeros de habitación, y cientos de entrevistas de adopción que terminaban con un doloroso y desesperanzador "Lo pensaremos".
No sé por qué a través de los años sentí que alguien podría llegar a adoptarme, ¡que ingenuo que era! Supongo que debí haberme resignado después de las primeras 20 entrevistas de adopción...
La vida no es fácil en un orfanato. Comida horrible, hecha con los productos vencidos o dañados que donan las grandes cadenas de supermercados, un colchón viejo y tieso, un constante olor a añejo, un nuevo compañero de cuarto cada tres meses, y los matones que se encargan de hacer que la vida en el orfanato sea imposible.
No sé cómo pude soportar tantos años. Supongo que la esperanza de encontrar padres era la que me daba fuerzas para sobrevivir a un lugar como ese.
Pero la parte más difícil ocurría en la escuela. Los niños pueden llegar a ser realmente crueles, al punto de dejarte en claro que eres, "el niño pobre", "el niño sin padres" o "hijo de puta abandonado", sí, no estoy exagerando, parecía que disfrutaban el verme llorar.
Annie, una niña que conocí en tercer grado de la escuela, fue la encargada de aumentar mi estado de ánimo ante los constantes insultos de los niños de la escuela. Nunca olvidaré su tierna cara, sus simples ojos cafés, tan simples, que terminaban siendo hermosos, y sus palabras, que parecían ser siempre las correctas para levantarle el ánimo hasta a un huérfano como yo.
El vínculo que creé con Annie fue único. Los problemas en el orfanato, los insultos, el desprecio de los demás niños, mi frustración, y toda tristeza que podía tener, desaparecían con la compañía de Annie.
Nunca olvidaré las Aventuras que disfruté con ella, podíamos pasar horas hablando de nuestros sueños y lo que queríamos llegar a ser grandes. Ella soñaba con salir en la tele, ser actriz o una gran presentadora de televisión. A veces, pasábamos horas jugando que yo era el camarógrafo y ella la conductora de un Reality Show. Supongo que de ahí nació mi amor por la fotografía.
Compartíamos nuestra pasión por las películas. Recuerdo cuando entrábamos al gran Cine Magaly a escondidas por la puerta trasera, y pasábamos horas viendo películas. Cuando el tipo de la boletería se enteraba, nos perseguía por todo el cine, pero siempre lográbamos escapar. Era muy divertido.
Simplemente, la vida con Annie se hacía más fácil. Lamentablemente, una simple niña de 10 años, no puede tomar poder para convencer a sus padres de no mudarse a los Estados Unidos. Nada de cartas, nada de números telefónicos, nada de e-mails, nada de nada. Es así como el "Sueño Americano" acabó los mejores 4 años de mi vida.
ESTÁS LEYENDO
Amor y Crimen
Action(Reescribiendo) Pronto será republicada en su nueva version... "Nunca juntes Amor y Negocio" La vida es desgraciadamente inesperada. Es increíble cómo te puede hacer pasar de ser un niño feliz, a un huérfano de cinco años. Es duro, y más cuando per...