Capítulo 5

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Él sabía mucho más de lo que aparentaba, sabía sobre ella, pequeños detalles, que poco a poco le dejó saber, quería darle las gracias, por todo lo que ella hacía, aun que cada día tenía más esperanzas, porque no quería hacerse la idea de vivir como una bestia para siempre.

Él la quería, la quería con la poca alma humana, que esa asquerosa vieja le había dejado en su cuerpo, cada día que pasaba, cada vez que ella peinada su cabello, cada vez que tarareaba canciones, cada vez que sonreía, cada vez que respiraba, se daba cuenta de que la amaba más y más.

Como mil veces ella le había pedido, él compró una televisión, y varios DVD's que sabía que la encantaban, también la compró un equipo de música, con música que su dulce voz tarareaba todos los días.

Solo quería pasar las pocas semanas que le quedaban con ella, ella era su felicidad, su tranquilidad, su estabilidad.

Ella en cambio, se sentía bien, no sabría decir cuantos días ha estado con él, pero si podría decir, que han sido maravillosos.

Estaba sentada en la repisa de su ventana, cepillándose el cabello, tarareando "What Do You Mean", hacía tanto que no escuchaba el sonido de esa canción, quería ir a su casa, encender su ordenador y escucharle toda la noche, echaba de menos a sus hermanos, a sus hermanas menos, porque la trataban mal, eran unas envidiosas.

Mientras se cepillaba el pelo, Shawn se acercó por su espalda, y la abrazó fuertemente.

"No te caigas por favor." Susurró en su oído.

"Me has asustado." Dijo riéndose.

Él se sentó a su lado, cada vez era más cercano a ella, se notaba por las pequeñas caricias que la hacía, o los gestos, y las risas, sobre todo las risas. Ya no se escapaba de ella, ahora pasaban la mayor parte del día juntos, muchas veces solo se miraban y sonreían, muchas otras ni siquiera se miraban, pero continuaban sonriendo.

Él era un chico diferente al que había conocido, era más amable, cariñoso y hablador, muy hablador.

"¿Puedes cepillarme el pelo?" Le preguntó ofreciéndole el peine.

Él asintió cogiendo el peine, y ella se acomodó entre sus piernas.

Con una mano recogía los mechones, y con la otra pasaba el peine, dejando pequeñas caricias en su cuello.

Su pelo olía a miel y a limón, una mezcla embriagadora, le encantaba sentirla tan cerca, sin miedo.

"Tengo un regalo para ti." Dijo mientras miraba como su cabello oscuro se teñía con los últimos rayos de sol.

"¿En serio?" Preguntó risueña mirándole.

"Si, para ti."

"No tenías porqué Shawn, ya es suficiente con tenerme aquí sin pagar un céntimo, no debes comprarme cosas."

Ella era su princesa, y él era un asqueroso colmado de dinero, ¿cómo no iba a hacerle regalos?

Ella se merecía, una vida mejor, y él se la iba a dar, tarde o temprano, cuándo él ya no esté, quiere dárselo todo si ella no acepta.

Pero aceptará, ella lo hará, necesita que lo haga.

Terminó de cepillarle el pelo, se levantó dejando un pequeño beso en su cabeza.

Ella le sonrió, le gustaban esas muestras de cariño, él ya no era de piedra, pero tampoco era transparente con ella, era más un papel pintado de negro.

"¿Quieres que te enseñe tu regalo?" Él le preguntó.

Ella asintió emocionaba.

La llevó hacia el salón, mientras sus criados volvían a diseñar su habitación.

Llegaron al salón, y cuando ella vio la pantalla, se quedó impresionada por su aceptación a la tecnología.

"No me puedo creer que hayas comprado una televisión Shawn." Dijo riéndose.

"¿Te gusta?" Dijo apartando un mechón de pelo de la cara de _________.

Ella asintió, mientras sentía un escalofrío por ese toque inesperado.

"¿Quieres ver una película?" Dijo abriendo un armario lleno de DVD's

Ella corrió hacia él y vio una de sus favoritas, Querido John.

Una de las películas con las que más había llorado en toda su vida, quería comprobar que la bestia no era de piedra.

"Esta." Dijo cogiendo el DVD e insertándolo en la tele.

Él asintió y se sentó en el sofá.

Ella se guió por sus sentidos, y se recostó a su lado.

La película empezó, y no pasó más de media hora cuando ________ empezó a llorar.

"Es una película, ¿sabes? no debes llorar." Dijo limpiando sus lágrimas.

"Es tan bonito Shawn."

"No más que tú." Susurró, esperando que ella no lo escuchara.

Estaban hombro contra hombro, lentamente Shawn pasó un brazo sobre sus hombros y la atrajo hacia él, besó su cabeza, y ella sonrió, la encantaba ese Shawn tan cariñoso.

Ella empezó a tiritar, él la atrajo más.

Él tenía unas ganas inmensas de besarla, pero no quería asustarla.

Ella quería besarlo, pero no sabía que pensar.

Y sin pensar, lo besó, lo besó porque quiso, lo besó porque era cariñoso con ella, porque era amable, pero sobre todo, lo besó porque le quería, y ningún otro pensamiento debería arruinar ese sentimiento.

Él era bueno, bueno para ella, y dirá que sí puede que no hoy, porque no tiene fuerza para comprometerse, pero puede que mañana consiga amarle tanto, que decida pasar con él todo lo que la queda de vida. 




La Bella y La Bestia | Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora