Capítulo 8

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[Narra Bella]

Pasé todo el viaje en silencio hasta mi casa, pensando en tantas cosas, y a la vez en ninguna, ni siquiera sabía lo que acababa de pasar antes de subir a ese coche, tenía tantas ganas de ver a mi familia. Estaba a punto de llorar, siempre había sido una chica muy llorona. Pagué al taxista y recogí mi bolsa, me la puse al hombro, y comencé a caminar hacia mi casa.

La puerta de la casa se abrió, y de ella apareció una mujer rubia, baja y con una bonita sonrisa, era la mujer de mi hermano, Alicia. Alicia y mi hermano Jorge se casaron muy jóvenes, cuando yo aún era un bebé, por eso Alicia ha sido lo más cercano a una madre para mi, siempre se había ofrecido para cuidarme cuando mi padre y mis hermanos trabajaban, ya que antes vivían en el mismo edificio que nosotros en la ciudad, no la veía desde que nos mudamos al campo, ya que cuando nos mudamos Alicia estaba embarazada, y era un embarazo de alto riesgo, por lo que ella no se podía mover de su casa prácticamente.

"¡Bella ha llegado!" Gritó ella, y corrió a abrazarme.

Alicia acariciaba mis mejillas con las manos, con lágrimas en los ojos, y me volvió a abrazar. No hace falta decir, que somos una familia muy sentimental.

"Ya me contó tu hermano lo que pasó, me alegro tanto de que por fin estés aquí con nosotros Bella." Y suspiró tan fuerte que se me movieron hasta las pestañas.

De repente algo se tiró sobre nosotras, yo solo podía ver una melena morena llena de rizos, siempre me habían encantado esos rizos tan bonitos, por lo que al instante supe que era mi sobrina Ana. Ana, era la hija de mi hermano Javier, ella es tan solo 4 años menor que yo, así que siempre hemos estado muy unidas, ella nació cuando mi hermano tenía 18 años, fue un cambio muy radical para la familia, ya que la madre de Ana y mi hermano, llevaban muy poco tiempo saliendo y ella tenía solo 16 años, después de que ella naciera, duraron muy poco juntos, yo diría que menos de un año, y desde entoncés yo solo he visto a la madre 3 veces, cuando venía a recoger a Ana a nuestra casa después de las vacaciones de verano, para llevársela a Londres, que es donde viven con el novio de la madre por lo que tengo entendido, digamos que ella y mi hermano no tienen una bonita relación. Creo que por esa razón siempre he estado muy apegada a ella, no solo porque fuera mi sobrina, sino porque pasábamos muy poco tiempo juntas y lo exprimíamos al máximo.

"¡Tita!" Me gritó al oído.

"No estoy sorda Ana." Dije riéndome.

"Lo siento, es que tenía muchas ganas de verte Tita, y te he traído una cosa de Londres." Dijo mientras me guiñaba un ojo.

Entramos a la casa, dónde me esperaban mis hermanos.

"¡Bella flor!" Dijo Carlos, mientras me cogía en brazos y daba vueltas.

Carlos siempre ha sido el más graciosillo de todos mis hermanos, y con el que mejor me llevaba, el que me defendía en el colegio, y el que me iba a buscar cuando salía de fiesta a las tantas de la mañana.

Cuando me posó en el suelo, Alba, Jorge y Javier, mis otros hermanos, me dieron un "abrazo estrangulador" que básicamente consistía en dejar a alguien acorralado en el centro de un abrazo, mientras se apretaba todo lo que se podía.

Cuando me soltaron, vino hacia mi una emocionada Cristina, que me abrazó, con una pequeña dificultad. La miré de arriba a abajo y la dije:

"¿Estás embarazada?" Ella asintió y yo riéndome dije, "Wow, me voy un mes ¿y ya me pierdo toda la fiesta?"

Ella y su marido Andrés, llevaban muchos años intentando tener un hijo, habían recurrido a la fecundación in vitro, por eso yo estaba tan contenta por ellos.

Y el único que me quedaba era mi padre.

"¿Y Papá?" Pregunté, todos miraron arriba hacia las escaleras.

"Esta en su habitación, vete a verle, le alegrará volver a verte." Dijo Javier.

Subí poco a poco las escaleras, por miedo a lo que pudiera encontrar en esa habitación. Años atrás, mi padre ya había pasado por esto, pero nunca fue muy grave, fue un cáncer pillado a tiempo, y con 3 sesiones de quimioterapia logró librarse de él.

Por eso mismo yo tenía miedo, porque no quería perderle ahora, ahora que acababa de recuperarle.

Entré en la habitación, estaba dormido, por lo que me senté en el pequeño sillón cerca de la ventana hasta que despertara.

Poco después, entró Jorge y se sentó a mi lado.

"De pulmón" Dijo cogiéndome las manos. "Se lo dijeron hace una semana, cuando fue al hospital porque no podía respirar, creía que era un ataque de asma, pero no." Suspiró. "Le ofrecieron la quimioterapia, pero él no se quiso tratar."

"¿Por qué?" Dije llorando.

"___________, has de entender que la última vez que Papá se trató, era mucho más joven, y el cáncer podía remitir, pero ahora mismo no le dan ninguna esperanza de que remita. La última vez, Papá lo pasó muy mal con la quimio, y prefiere no sufrir." Dijo mientras me colocaba el pelo detrás de la oreja, yo me apoyé en él, y él me abrazó mientras yo lloraba.

No recordaba haber llorado tanto desde que mi madre falleció, es un dolor inaudible, algo que solamente no se puede explicar, como si te arrancaran parte de ti.

Mi padre se moría, y yo no podía hacer nada ante ello.




La Bella y La Bestia | Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora