Capítulo 7

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A la mañana siguiente Bella se despertó en su cama, sin saber muy bien como había llegado hasta allí.

Un ligero olor a tortitas, hizo temblar a su estómago. Se levantó y se dirigió al comedor donde Shawn la esperaba con una bonita sonrisa.

"Buenos días _________, ¿cómo te encuentras hoy?" La preguntó.

"Hambrienta" Dijo ella riéndose, mientras se servía un plato de tortitas y las añadía sirope.

"Esta mañana llegó una carta para ti." Dijo entregándosela.

Era de su hermano, quien la escribía para decirla que su padre estaba muy enfermo, y la pedía que fuera a visitarle una última vez.

Bella soltó sus tortitas, su apetito había cambiado con solo leer las palabras de su hermano, su padre estaba enfermo, debía ir a verle, pero ¿cómo se lo diría a Shawn?¿la dejaría ir?

"¿Qué dice?" La preguntó él.

Ella le miró con preocupación, ¿qué haría si él no la dejara salir del castillo?

"Mi padre esta enfermo, mi hermano dice que puede que muera."

Shawn sabía lo que ella le iba a pedir, él no podía desperdiciar el tiempo, necesitaba que ella le dijera que sí, su 18 cumpleaños estaba a la vuelta de la esquina, cada día se encontraba más decaído, más débil, solo seguía adelante por ella. Pero ¿cómo negarla ver a su padre? si es cierto que él estaba cerca de la muerte, _________ nunca le perdonaría no haberla dejado salir de palacio.

"¿Quieres verle?" Dijo él desanimado.

"Más que nada en este mundo."

"Entonces, irás a verle."

Bella reprimió un chillido de felicidad.

"Pero con una condición..."Dijo él "solo si me prometes que volverás antes de una semana."

Ella sonrió, y le prometió que volvería.

Después de agradecérselo mil veces, se levantó de su silla, y se acercó a él, le abrazó tan fuerte como sus delicados brazos podían, y le regaló un sonoro beso en la mejilla, para luego desaparecer en dirección a su habitación para recoger algunas de sus cosas.

Él sabía que había hecho lo correcto, le encantaba verla sonreír, verla feliz, y solo saber que era él la razón por la que ella sonreía, hizo que una sonrisa tonta apareciera en su rostro.

Llamó a un taxi, aunque no tardaría más de media hora en llegar a su casa andando, ella estaba impaciente por volver a ver a su padre después de tanto tiempo. 

Shawn la esperaba sentado en las escaleras de la entrada del palacio, Bella se arrodilló a su lado, y le abrazó de nuevo, no quería dejarle solo, pero también quería ver a su padre, y sabía que él no podía acompañarla.

"Muchas gracias por dejarme ir Shawn."

Él la miró, podría ser la última vez que la veía, ella podría decidir quedarse con su padre, con su familia, en vez de volver con él, ¿por qué volvería alguien con él? él era horrible, un monstruo, una bestia, ella se merecía algo mejor, ser feliz, se merecía tantas cosas que él ahora mismo no podía darla, ni siquiera valdrían la pena estos meses a su lado, si ella no vuelve. Porque si ella no vuelve, se convertirá en la verdadera bestia que él es, estaba convencido de que no volvería, pero él la quería tanto, que daría su propia vida por verla feliz.

"Volveré, te lo prometo."

Bella seguía abrazándolo, nunca esperó quererle tanto, tanto que la dolía marcharse. Estos meses con él, la sirvieron para darse cuenta de que él no es malo, al contrario, él es la persona más dulce, cariñosa y agradable con la que había convivido en toda su vida, y con este acto de bondad se dio cuenta de que le amaba, le amaba con todas sus fuerzas, amaba a un hombre al que ni siquiera había visto sin una máscara de por medio, porque ella no se había enamorado de su físico, se había enamorado de él, del chico que decía ser una bestia, un monstruo sin corazón, pero eso no es lo que ella veía, cada día con él, sus sonrisas cada vez que ella le hacía un cumplido, su piel de gallina cada vez que ella le abrazaba o le besaba, porque ella le hacía sentir de una forma completamente diferente, con ella no era el monstruo que supuestamente estaba predestinado a ser, y sería ella quien conseguiría que él cambiara de opinión.

Bella se levantó al ver que su taxi había llegado, recogió su bolsa y empezó a bajar las escaleras.

Shawn se levantó tras ella, la agarró del brazo, la atrajo hacia él, quedando frente a frente, y la besó, la besó como nunca lo había hecho, un beso de despedida por si no la volviera a ver, la quería tanto, que no podía pensar una vida sin ella, sin sus sonrisas, sin sus chistes malos, sin su cara de dormida por las mañanas, sin su aroma de miel y limón, sin su pelo enmarañado, sin la forma en la que cantaba mientras hacía magdalenas, porque todo esto solo eran pequeñas cosas que a él le hacían feliz.

"Te quiero." Dijo él mientras la recogía un mechón de pelo detrás de la oreja.

Bella cogió su bolsa, pero antes de subirse al taxi, se acercó a él, le abrazó de nuevo, y le susurró:

"Te quiero."


La Bella y La Bestia | Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora