La Bella y La Bestia | Shawn Mendes

Capítulo 9

Pasé toda la tarde esperando a que mi padre despertara, para hablar con él, mis hermanos me contaron cómo había sucedido todo, sus esperanzas eran pocas, o más bien ninguna.

Al bajar al salón, me encontré a un pequeño bebé rubio dormido en el sofá, rodeado de cojines, y tapado con una mantita en la que estaba escrito "Hugo", me arrodillé delante de él.

"Así que tú eres el pequeño Hugo..." Dije acariciando cuidadosamente su cabecita rubia, se parecía mucho a mi hermano, pero la nariz y los labios eran definitivamente iguales a los de su madre.

"¿Lo quieres coger?" Me preguntó Alicia. "Le puedes dar el biberón si quieres." Dijo sonriendo, para luego coger al niño, y dejarlo en mis brazos, mientras iba a buscar el biberón a la cocina.

Miré su carita de bebé mientras dormía, y deseé ser tan inconsciente de lo que pasaba a su al rededor como él lo era ahora mismo, su cara de felicidad y tranquilidad, y su pequeña sonrisa cada vez que le acariciaba las mejillas, podría decir que era el niño más bonito que había visto nunca.

Alicia me dejó el biberón, y se sentó a mi lado.

"Todos dicen que es clavadito a su padre." Dijo sonriendo.

"Es muy guapo." Dije yo embobada mirando sus preciosos ojos azules, que me miraban mientras yo le daba el biberón.

"¿Cómo fue?" Me preguntó, yo la miré extrañada y al ver que no la entendí añadió. "¿Cómo fue vivir con esa bestia todo este tiempo? Debió ser horrible."

Yo la miré, ni se imaginaba cómo había sido.

"Para nada, al contrario." Dije sonriendo mientras le recordaba. "Al principio fue duro, y asustaba un poco, era muy frío conmigo, pero poco a poco empezamos a hablar, creo que nunca he conocido a alguien tan atento, cariñoso y amable en mi vida." La miré y tenía cara de asombro. "Pensarás que tengo síndrome de Estocolmo o algo parecido" Dije riéndome. "Pero no es para nada cómo Papá os habrá dicho que es."

Si me dijerais que he dicho esto hace un mes, estaría sorprendida, tantas cosas habían pasado...

"Me alegro de que estés bien, y de que estés con nosotros, al fin de al cabo eso es lo que verdaderamente cuenta." Dijo abrazándome.

Ayudé a mis hermanas a hacer la cena, mientras mis hermanos ponían la mesa.

Mi escapada rural con Shawn era la única cosa de la que se habló durante toda la cena, pero la mejor parte de todas fue cuando les dije que debía volver al castillo dentro de 6 días. Todos se negaron a dejarme ir, por eso terminamos discutiendo y 7 personas contra una, no es que sea muy justo, por lo que no sé como terminé llorando en mi habitación, la que compartía con Ana. Poco después ella entró, se tumbó conmigo y me abrazó muy fuerte, lo que me hizo reír.

"No quiero que te vayas Tita, no te veo desde hace mucho, y yo volveré a Londres en Agosto." Dijo mientras ponía cara de cachorrillo.

"Debo ir Ana, se lo prometí." Dije mientras me limpiaba las lágrimas con un pañuelo que ella me había entregado.

"Entonces yo iré contigo."

La miré, y me reí, esta niña me traía loca.

"Ni hablar, tú te quedas aquí con tu padre, que luego tu madre nos demanda." Dije riéndome.

Ella se rió también, no sería la primera vez que su madre nos demandaba, la primera fue cuando mi padre cumplió los 45, decidió invitarnos a todos a viajar a DisneyLand París, y mi hermano no se lo dijo a la madre de Ana, por lo que le demandó. Desde entoncés no podemos ni ir a la playa sin decírselo, vaya mujer.

"Traí un regalo." Dijo, se notaba que quería cambiar de tema, para volver a insistir luego, como hacía siempre que quería algo.

Me entregó un paquete, y lo abrí cuidadosamente, para encontrarme una preciosa edición de Harry Potter y la Piedra Filosofal. Al instante me acordé de Shawn.

"¿Te gusta? me costó mucho encontrar un libro que no hayas leído ya, y supuse que la portada te encantaría tanto como a mí"

Ella era fan número uno de Harry Potter, como buena niña criada en Inglaterra, tenía al menos 3 ediciones de todos los libros más las películas y todo lo relacionado con Harry Potter.

"Me gusta mucho Ana, no tenías porqué comprarme nada."

Me levanté y dejé el libro encima de mi escritorio. Me miré al espejo, estaba roja, algo que solía pasarme cuando lloraba. Miré el reloj, ya era tarde, eché a Ana de mi cama, y me fui a dormir, demasiadas cosas en un solo día. Pero la única persona en la que podía pensar era Shawn.

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Ana me despertó al día siguiente, había hecho tostadas, y me preguntaba si quería mantequilla o mermelada de fresa, yo elegí la mantequilla ya que la mermelada no me gusta.

Me levanté de la cama, y cuando me estaba vistiendo escuché llorar a Hugo, fui hasta su habitación, él dormía en la habitación con sus padres, pero ahora estaba solito en su cuna. Me asomé, y él me miró.

"¿Qué pasa amor?" Dije mientras le cogía en brazos, y le llevaba hasta la cama para tumbarme con él, le hice caricias hasta que se quedó dormido, luego le volví a coger en brazos y bajé con él hasta la cocina, dónde estaba su madre, que nos miró con una sonrisa.

"Estaba llorando." Dije.

"Tendrá hambre, quédate un poco con él, le voy a preparar el biberón."

Me tumbé en el sofá, y le dejé tumbado en mi pecho mientras le acariciaba la espalda. Me estaba acostumbrando a esto de ser niñera.

Después de desayunar Ana decidió que quería ir de compras, algo que a mi personalmente no me encantaba, Cristina se ofreció a llevarnos al centro comercial que quedaba a una hora más o menos de nuestra casa en coche.

Tras horas deambulando entre tienda y tienda, Ana parecía llevarse medio centro comercial, mientras que yo solo llevaba cosas que verdaderamente necesitaba, ayudamos a Cristina a comprar ropa para su niña, parecía muy ilusionada, yo también admito que lo estoy, pero en ese momento solo podía pensar en Shawn, y en cómo haría para volver a su lado.

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Quería agradecer a todas las personas que estan leyendo esta historia, me gustaría que me comentaseis que os parece, si os gusta o si debería cambiar algo😊