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Salí echando fuego de la casa de mi padre, o lo que es mi padre, estaba enojada por las decisiones que él tomaba sobre mí en contra de mi voluntad, siempre pensando que tiene la razón solo porque cree que tiene la obligación de mantenerme.

Camine a toda velocidad, casi podía decirse que estaba corriendo, por las calles del vecindario de mis padres, me detuve a observar su cada desde afuera, era grande, grande y él estaba completamente solo por no querer mantenerme bajo su mismo techo por meterse con cualquier puta. Todas las casas de ese vecindario eran bastante grandes.

Ignore el saludo de los hipócritas de los vecinos que solo saludaban para aparentar ser buenas personas. Al diablo, todos y cada uno de ellos son unos hijos de perra.

Tome un taxi y llegue en unos minutos a mi querido apartamento, era pequeño pero acogedor, era para una pareja sin hijos y tal vez no casados, estaba situada en el medio de Acapulco, aquí si había buenas personas y no una manada de hipócritas.

Me lance al sofá y encendí la televisión, para mi suerte estaban pasando una de mis películas de ficción favoritas «crepúsculo» y al parecer era un maratón de todas y cada una de las películas de la saga, esto debería ser acompañado con una caja de pizza familiar para una sola persona y un buen vaso de coca-cola.

Tome mi teléfono celular y llame a mi pizzería favorita, tenía buenas pizzas y un buen repartidor.

Otra vez pensando en el repartidor.

Hay, cállate, tú has visto lo bueno que esta.

Si, esa voz viene torturándome desde que tengo memoria, pero tiene razón, siempre pienso en el repartidor, es que esta súper bueno.

Pido mi pizza favorita de jamón y espero a que llamen a la puerta viendo la película, va por una de mis partes favoritas, donde Bella se entera de lo que es Edwart, un vampiro. Pura ficción, esas cosas ni existen.

Tocan la puerta y con una gran sonrisa camino hasta ella, me alistó un poco para dar una impresión coqueta y sacó un poco mi lado puta, de esas que menean el pecho para que vean sus pechos, excepto que yo no haré eso. Vuelven a tocar y descubro que me he quedado pensando, camino hacia la puerta y la abro lentamente, y ahí está, ojos azules, cabello rubio y una hermosa sonrisa, nada más y nada menos que el repartidor, me sonríe y me quedo embobada observándolo, esa sonrisa es tan..., me extiende la pieza sacándome de mis pensamientos, la sostengo y busco en mis bolsillo lo suficiente para pagar la pizza.

- Gracias. -dice descolocándome de lugar, su voz era tan roca y sexy.

Asentí incapaz de usar mi voz, hace un movimiento extraño, se da la media vuelta y camina imponente y sexy por el corredor hasta llegar al ascensor dónde dentro me guiña un ojo.

Creo que me voy a morir.

Hay, necesitada.

Calla.

Regrese al apartamento y aliste todo para tener una tarde tranquilidad en mi casa, pero algo faltaba, necesitaba a mi mejor amiga para que arruinará está tranquilidad.

- ¡Hola Mel! -grita mi mejor amiga rompiéndome los tímpanos, hago una mueca de dolor por la punzada en mi cabeza.

- Hola Sofía. -digo un poco enojada, no podía hablar como una persona normal por teléfono.

- ¿Qué necesitas de mí? -pregunta.

- Tengo pizza, refresco y un maratón de crepúsculo, ¿qué dices? -oigo como me corta la llamada y diez minutos después ella entra a mi casa como juan por la suya, se lanza al sofá y como toda la dama que es, toma una pizza y la lanza a su boca.

I Will Protect You [IWPY#1] (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora