El inicio : Parte 15

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Gargoth despertó atraído por un olor muy agradable, junto a él se hallaba la hoguera con lo que parecían ser los restos o trozos de un conejo cocinándose encima. Producía como digo, un olor muy peculiar que despertaba viejos recuerdos del chico, recuerdos de cuando salía de acampada con su abuelo y este cocinaba conejo o incluso algún venado para saciar el apetito y continuar aquellas mágicas aventuras que vivían no muy lejos de casa. Germes estaba a su lado, centrado en cocinar correctamente aquella desgraciada criatura que, más tarde se convertiría en su desayuno.

Desayunaron un rato más tarde tranquilamente mientras comentaban el camino que pensaban recorrer esa mañana. Una vez hubieron terminado de desayunar, recogieron todas sus pertenencias y continuaron su viaje, siguiendo el curso del río. El camino se iba haciendo largo, y Gargoth tenía preguntas a las que tenía que buscar respuestas de modo que, poco tiempo después de iniciar el camino decidió preguntar sobre aquella mujer de la que había hablado su abuelo.

-¿Quién es esa mujer, Ealier?¿Por qué debemos encontrarla? -preguntó Gargoth, en su mente no paraban de aparecer preguntas una tras otra, pero prefirió esperar el momento adecuado para cada una de ellas.

-Realmente no se quién es esa mujer, solo sé que es realmente importante para tu abuelo -hizo una pequeña pausa para pensar detenidamente lo que diría a continuación- muchas veces me contaba pequeñas historias de las aventurar vividas con ella, y según decía tu abuelo, las hazañas de esa mujer con el arco eran admirables. Tu abuelo nunca me dijo quién era ella exactamente, ni de dónde venía. Él siempre decía que "no importa de donde seas o de donde vengas, lo que de verdad importa es a donde te diriges y por qué motivos".

Gargoth recordó aquella frase, la había escuchado de la boca de su propio abuelo en multitud de ocasiones, sobre todo cuando le contaba esas fantásticas historias. Continuaron hablando un buen rato sobre algún que otro relato de su abuelo hasta que apareció un puente a lo lejos que cruzaba el río.

-Vaya, debemos de estar cerca de las cabañas del maíz, un pequeño pueblo que sufría ataques de orcos constantemente a los cuales, y tu abuelo y yo, seguidos por un grupo de guerreros y herreros del pueblo decidimos hacer frente -Germes hizo una pausa, mientras hablaba gesticulaba con los brazos de forma exagerada, imitando batallas y combates- su líder se llamaba Gnorm, el orco más temido de la zona, era un orco enorme y terrorífico incluso para su propia raza.

Gargoth atendía a cada palabra y movimiento mientras Germes narraba la historia. Germes hizo una pausa y miró a una montaña no muy lejana de donde se hallaban ahora mismo, luego, volvió a mirar en dirección al al puente (que ya estaba bastante cerca) y continuó hablando.

-Mmmmm...si no han olvidado las hazañas de tu abuelo y mías nos van a recibir estupendamente, dándonos cobijo y una comida digna de un rey, ¡verás las caras de alegría al enterarse de que Germes, uno de los salvadores ha vuelto!

Gargoth se fijó en la ancha sonrisa que apareció en el rostro de Germes mientras cruzaban el puente, y una chispa de alegría y excitación apareció en sus ojos.


Los viajes de GargothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora