-¿Chico, chico estás bien? - preguntó una voz.
Gargoth recobró la consciencia y se enderezó, estaba ahí sentado en un bosque al lado mismo de lo que parecía un río. La ciudad se apreciaba a lo lejos, ya que se veían las torres de esta misma, no a una gran distancia.
Instintivamente se llevó las manos a los bolsillos y, se tranquilizó al comprobar que el colgante estaba en el bolsillo derecho.
-No soy un ladrón chico, no te he robado nada- Dijo el extraño del arco que le había salvado la vida en la ciudad.
-¿Quién eres tú? -Preguntó Gargoth.
-Germer, ya te lo he dicho, ¿quién se supone que eres tú? Ese colgante no es tuyo- acusó.
-Ya te he dicho que es de mi abuelo, me llamo Gargoth.
-¿A...abuelo? ¿Jonh?
-Sí, ese es mi abuelo, me dijo que viniera a buscar a Germer....que dices ser tú.
-Sí, si... lo se, ya me habló tu abuelo de esto, vamos a ver, si lo que dices es cierto tenemos un largo camino por recorrer- dijo Germer mientras arrojaba una mochila a Gargoth.
-Pero, mi caballo me lo he dejado en la...
-Tu caballo está de vuelta a casa, me ha costado un ojo de la cara, ya puedes pagarme bien -interrumpió Germer.
-No tengo dinero -dijo Garghoth mientras echaba una mirada agresiva a Germer.
-Lo se, lo se jajajaja era una broma - rió Germer mientras se ponía a caminar.
Caminaron durante horas por la orilla del río hasta que perdieron de vista la ciudad y anocheció
-Creo que debemos introducirnos un poco en el bosque, será más seguro que acampar en la orilla del río.
-V...vale- dijo Gargoth.
Y eso hicieron, se adentraron un poco más en el bosque, aun se escuchaba el fluir del río, por lo tanto Gargoth dedujo que no estaban lejos de éste. Germer sacó una manta y la dejó en el suelo y, tras dejar sus cosas encima se marchó para buscar ramas y madera para hacer un fuego. Gargoth, solo en el campamento descargó todas sus pertenencias y sacó la manta que tenía en la mochila.
Momentos más tarde los dos estaban frente al fuego, y comiendose un conejo que había cazado Germer. Tenían raciones de comida pero Germer dijo que el camino sería largo y era mejor no gastarlas tan pronto.
Estuvieron bastante rato hablando, Gargoth le contó el por qué de su viaje y Germes le deleitó con aventuras que había vivido con su abuelo. Le contó como habían caído en emboscadas de orcos, atacado reinos de un rey malvado, seguidos por un ejército e incluso le contó como se habían adentrado en la cueva...¡De un dragón rojo! Estuvo contandole aventuras hasta que Gargoth quedó totalmente dormido. Germer, hizo guardia, el bosque era peligroso y no era buena idea bajar la vigilancia.
