Los genios sí existen, y son muy guapos

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*Sé que la foto no tiene nada que ver pero aún no supero ése día me parecieron tan tiernos que KLAJDNBAKJWLNFASLFJNJAKSLFNJKASNFMASF*

Yoongi caminaba cansado; lentamente por las calles, deseando que el camino a su casa se acorte mágicamente. O que simplemente de alguna forma pudiera llegar a su casa en un abrir y cerrar de ojos. Pero eso era posible solamente con magia, y eso no existía en éste mundo, o al menos, él no la tenía, se recordó un muy estresado Yoongi.

El camino parecía no terminar nunca y Yoongi, quién ya venía algo estúpido después de una última e interminable hora de gimnasia, estaba caminando por un lugar más iluminado que su habitual camino a su casa; el pelinegro se había desviado.
Yoongi estaba acostumbrado a desviarse, gracias a su habitual cansancio que lo ponía un poco despistado, pero podía jurar que nunca anduvo por ese vecindario, o al menos por uno parecido siquiera. Siempre terminaba en vecindarios paralelos al suyo, por lo cual el desvío era solo de unas cuadras. Además, siempre eran los mismos, más nunca caminó por éste.
Las calles eran de un color blanco blanco, que de tan blanco parecía recién pintado. Como si ningún vehículo jamás hubiese andado por allí. Como si permaneciera siempre limpio, no encontró ningún rastro de suciedad.
Las luces que iluminaban ésta calle eran de diferentes colores pero extrañamente no cambiaban el blanco limpio de la calle. Iluminaban pero no reflejaban el hermoso color en las calles. A Yoongi le pareció extraño, pero culpó al avance tecnológico de su país.
Lo siguiente en sorprenderle fue la pintura de lo que él supuso que eran casas. Éstas, además de tener la estructura de un castillo de cartas, eran todas pintadas de cuadrados blancos y negros, lo cual le pareció, además de raro, encantador. Le daban un toque extravagante pero discreto ya que sólo eran blancos y negros. Ése color, como el de las calles, también era bastante reluciente y limpio.
Otro extraño hecho fue que las veredas eran brillantes, y él no pudo definir que material era esa "brillantina", ya que parecía polvo de estrellas por su admirable brillo. Ésta no tenía un color definido, porque parecía que cada vez que miraba un brillo, era de otro color distinto; o tal vez tanto brillo podía afectar su vista, así que Yoongi decidió creer eso. Tuvo el deseo de agacharse y tocar el maravilloso piso, que tanto deslumbró sus ojos, pero la flojera pudo con él y siguió caminando, no sin dejar de observar todo.
No observó ningún auto, moto, camioneta, bicicleta, colectivo o algún otro vehículo en la calle. Pero sí se encontró en la esquina de la misma calle, observando un tren, con sólo 2 vagones y decorado con alfombras coloridas colgando desde el techo, las cuales se movían aún sin viento.
Yoongi pudo sentir un escalofrío recorrerle la espalda; tal vez si había viento.

La encantadora calle parecía interminable, y para completar su desorientación, en ningún lado decía el nombre de las calles. Al llegar a la otra esquina, cruzando la calle que parecía desierta, Yoongi se encontró con un problema: ¿Dónde termina éste vecindario? ¿Dónde carajos me metí? La calle parecía seguir esta dónde los ojos de Yoongi podían ver, parecía muy extensa. Pero Yoongi razonó que si seguía caminando sin saber dónde estaba o hacia dónde se dirigía sólo perdería más el tiempo, así que debería preguntar en algún lugar el camino a su casa, o al menos la salida del barrio.

Claro que no podía llamar un taxi y decirle "Venga a buscarme en el vecindario que tiene luces de colores, casas pintadas con cuadrados blancos y negros, la vereda de brillos y el tren de alfombras en la esquina".

Así que sin perder más tiempo, y bostezando algo fuerte, golpeó la puerta de una de las casas que estaba en frente suyo. La madera de la puerta era muy suave y Yoongi desconfió en que el material sea madera, pero desvió todos sus pensamientos lejos cuando observó que alguien abría la puerta. Se preparó un monologo mentalmente, ya que Yoongi no estaba acostumbrado a entablar conversaciones casi nunca. Lo poco que conversaba era sólo lo necesario, y cuando tenía que hacerlo, aún le resultaba algo incómodo y molesto.

Mi bello genio //  YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora