Mi no tan inocente genio

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EYOOOO EL MIXTAPE SALIÓ Y ME DESTAPÓ TODAS LAS EMOCIONES ESTOY RE ENLOQUECIDA Y NO PUEDO DORMIR Y YOONGI ME HIZO SENTIR TANTO QUE NO SÉ NI COMO SENTIRME JAJAJAJJA

PERO ACÁ LES TERMINÉ ESTO PORQUE EL AGUST D ME INSPIRÓ LA VIDA (y lo iba a subir antes pero Yoongi me enloqueció y estuve todo el día ocupada con adorar el Mixtape y hacerme una remera chotisima de Agust D jajajajja)

*Espero no este muy feo porque lo revisé escuchando el mixtape y no sé como hago las cosas 



- Si no te gusta... ¿me lo vas a decir, no? – Preguntó el menor, cuando el mayor se acercó hasta donde estaba su genio. Aunque la pregunta parecía más para él mismo que para Yoongi, éste igual asintió confundido. Las mejillas del menor comenzaban a enrojecer una vez más, y el pelinegro podía jurar que adoraba aquellos sonrojos. - A-amo, acércate más, por favor... - El menor le pidió con la voz casi inaudible, sin atreverse a mirarlo, y el mayor pudo notar el pudor en su genio. Yoongi quería saber qué le pasaba en ese mismo instante, pero entre tanta excitación y confusión, el cerebro y las acciones del pelinegro se comportaban algo lento. Y sin perder más tiempo, se acercó hasta donde Jimin le pidió, mientras comenzaba a hacerse una idea de lo que estaba a punto de pasar, pero aún así no lo creía posible.

- Jiminie... ¿acaso vas a...? – El pelinegro no terminó su pregunta, ya que ni siquiera sabía cómo preguntarle algo así a su dulce genio; ya que normalmente, el que empezaba las cosas, y el que se encargaba del otro, era él. Y aunque su erección seguía molestando sobre la tela de sus oscuros bóxers, no podía dejar de pensar obscenidades sobre aquella angelical cara que llevaba su genio. El mayor siempre fue un chico con mucha imaginación, y esa misma virtud se estaba convirtiendo en su debilidad. El pelinegro observaba a su genio con los ojos más obscurecidos y dilatados que antes, mientras éste se decidía de una vez por todas a levantar un poco la cabeza al hablar.

- Es que... bueno yo... - Jimin comenzó a hacer ademanes con sus manos, manifestando que lo necesitaba aún más cerca. El menor logró acomodarlo justo frente a su abochornado rostro, y Yoongi, aún con sus ojos delatando su sorpresa, mordió su labio inferior ante la vista. Su genio, tan tierno y sensual al mismo tiempo, tan cerca de sus bóxers, cara a cara con su erección, con las mejillas sonrosadas, tan inocente y además con tanto balbuceo debido a la vergüenza, lo estaba poniendo en una situación muy difícil. El problema era que resultaría muy vergonzoso e indecente venirse justo en ese momento ¿no es así? Debo estar enfermo, pero verlo así me excita tanto que quisiera correrme justo ahora enfrente de él... mierda pensó el pelinegro. – S-solo quiero hacerte sentir bien, amo – El menor se atrevió a devolverle la mirada justo en ese instante, y la abundancia del color dorado y gris entre tantos dentro de sus ojos deslumbró a su amo.

Diciéndome algo así como si no estaría a punto de... Jimin, me vas a matar, demonios fue lo último que pensó Yoongi antes de que su mente quede en blanco y solo exista en ella la pervertida idea de su genio. De ese modo, sin poder esperar más por ello, el ruborizado genio comenzó a pasear sus manos sobre su adolorida erección, aún por la tela de aquellos, ahora ajustados, bóxers. La cuestión era que si Yoongi tenía una expectativa o fantasía, Jimin la volvía realidad, pero también superaba cualquier expectativa, iba más allá.

El menor se notaba tan cohibido que a Yoongi le daba algo de pena, pero al notar como el menor se concentraba tanto en mover sus manos, tanto en hacerlo bien, lo hizo olvidarse de todo y solo pensar en calmar su punzante dolor, comenzando a cerrar sus ojos. Las manos de Jimin aún eran lentas, pero a Yoongi no podía importarle menos. Sentir sus delicadas y algo temblorosas manos apretando la tela donde se encontraba su pene comenzaba a volverlo loco. Sin contar que, su erección se marcaba bastante y aquellos dedos se sentían casi como su no existiera una capa de tela entre sus dedos y su pene. Sus gruñidos habían vuelto a escaparse, aún mordiendo su labio inferior no podía evitarlos, y es que no podía apartar la vista de Jimin. Su delicada y tierna, además de sonrojada e inocente cara, tan cerca de su bulto, tan cerca de su erección lo estaba volviendo loco. Y aún cuando sus manos eran las que lo estaban volviendo loco, tener su perfecta y suave cara tan cerca lo estaba matando de la excitación. Nuevamente no logró callar un ronco gemido cuando los dedos de su genio comenzaban un ritmo sobre la tela; mientras una mano dibujaba pequeños círculos sobre la cabeza, la otra se paseaba por todo el largo, y si Yoongi no estaría completamente descentrado en ese momento, se preguntaría de dónde Jimin conocía todas esas cosas. En lo que sí divagaba su mente eran imágenes de Jimin, y unas bastante pornográficas. Su piel comenzó a sudar una vez más fantaseando con su genio tocándolo sin los molestos bóxers, a Jimin masturbándolo mientras él lo tomaba del cabello, al pelirrojo abriendo sus gloriosos labios y estirándolos alrededor de su erección sin ninguna restricción, al menor gimiendo y observándolo aún con su erección siendo succionada por sus grandes labios. Aquellos pensamientos lograron que se olvide de su ineficaz trabajo de silenciar sus gruñidos, y un largo gemido fue liberado sin pudor de sus labios.

Mi bello genio //  YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora