Prólogo
La mañana era cálida pero algo no había estado bien, dos personas de unos cuarenta y algo estaban frente a él con un papel de demanda; ¿razón?, ni el mismo lo sabía pero estaba seguro de no querer descubrirlo.
— ¿Qué es esto? —sus manos tomaron dudosas el sobre café, sus ojos repasaron la envoltura, tenía pinta de que, por supuesto, no traía nada bueno dentro de ella.
—Es un aviso para que te presentes delante del juez mañana por la mañana— sus ojos apartaron la mirada sospechosa que tenía sobre el sobre para ahora posar una nueva cargada de duda sobre aquella vos fina pero cien por ciento irritable.
— ¿Qué quieres decir?, no tengo por qué ir a esa mierda, no veo razón para hacer eso—su mirada viaja hacia la pareja que venía cargada de suficiencia— les pido que se retiren de mi casa, mi be...
—Es sobre nuestra nieta, reclamaremos a nuestra nieta, ella no tiene por qué vivir con alguien como tú, alguien tan bajo de recursos económicos, no creo que puedas cuidar a mi pequeña Yunnie—la irritable vos de su suegra, mejor dicho, su ex suegra quien había llegado nuevamente a su vida hace unos meses, se infiltro por sus oídos y Chanyeol no lo pudo soportar más, ¿Quién rayos se creían ellos para ahora decir que su hija era de ellos y no de el? , no entendía porque su difunta esposa quiso quedarse en esa ciudad por sus padres, ellos no aceptaron lo suyo, la desterraron de su hogar cuando él se presentó, después de todo el aún era muy joven cuando se hizo padre, pero se quería hacer responsable y lo hizo, se casó; aun así sus ex suegros dijeron que la pequeña era una bastarda y que ya no tenían hija, Chanyeol enserio no entendía porque había aceptado quedarse en esa ciudad.
Dando un suspiro lleno de frustración y enojo, enojo que se encerró en sus puños, busco la puerta y la cerro en frente de la "adorable" pareja.
— ¿Papi? —Chanyeol alzo su vista que por la frustración se mantenía concentrada en algún lugar del piso del apartamento y pudo divisar a su pequeña con su pequeño osito en forma de panda acurrucado en sus brazos. — ¿Papi? —la pequeña Yun venia caminando lentamente hacia su padre y se frotaba sus pequeños ojitos en el proceso, tenía cuatro años y su madre había fallecido hace un año atrás, a pesar de que él se encontraba enojado, al ver a su pequeña recién despierta caminando con lentitud y casi podría decirse que parecía una adorable borracha por cómo se tambaleaba de un lado a otro, se sintió relajado otra vez—Papi tengo muchaaaa hambre —la pequeña se agarró fuertemente a su osito y cruzo la mirada con su padre quien efectivamente pudo observar que su hija estaba diciendo la verdad.
— ¿Mi bebe quiere que le prepare su deliciosa porción de cereales? —con una suave y cariñosa vos que la pequeña pudo distinguir Chanyeol se dispuso a preguntar y en el proceso se acercó a ella— o prefieres que papi te de un baño con señor pingui...
—Nooo, Yunnie quiere comer cereales—Chanyeol se rio ante la chillona vos de su pequeña y el puchero que tomo forma en sus pequeños labios— Yunnie quiere que papi le de cereales y luego a tomar un baño— Chanyeol apretó el cuerpo de su pequeña cuando esta le brindo un abrazo.
—Está bien, vamos a comer y después vamos a ver tu película de Bob Esponja que tanto te gusta... los dos...como padre e hija... solamente los dos, siempre juntos—Chanyeol apretó a su pequeña aún más sintiendo que si no luchaba por ella la iban a alejar, no quería estar solo, no quería a su pequeña lejos por ningún motivo, ella era lo único que le quedaba, ella era su vida, la pequeña Yun era su pequeño oasis en el desierto.
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Era el día de presentarse con el juez por la custodia de su hija. Se había despedido de la pequeña y la había dejado con sus amigos, claro sin antes advertirles que no pueden hacer nada sucio estando con su pequeña, Yun se había despedido con un te quiero mucho papi y una gran sonrisa.

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Nuestra Hija *ChanBaek*
FanficChanyeol estaba arto de tener que tratar con sus insoportables suegros, nadie la separaría de su hija, su pequeña Yun era de él. Su esposa había fallecido hace unos meses y su pequeña de cuatro años no tenía que pasar por las dificultades de una pel...