Capítulo Ⅰ: Nuevo liceo.

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Nunca he tenido algún amor. Y es lo único que deseo. A pesar de tan sólo tener 15 estúpidos años, es lo único que quiero. Poder besarse en la puesta del sol, caminar tomados de la mano, regalar y recibir regalos al cumplir meses, ver películas y dormir juntos, robar besos, etc. Lamentablemente, siempre soy rechazada. Me enamoro de niños estúpidos. No es que yo sea la chica más hermosa del mundo que cualquiera quisiera, pero aún tengo fe de que alguien se enamorará de mí y yo de él y tendremos un amor eterno. Lamentablemente —Otra vez— hasta ahora, no hay ninguna señal de que eso ocurrirá, y la he esperado casi toda mi vida, —No puedo decir "he esperado esa señal 15 años", porque cuando nací, no tenía idea de que era amor, apenas a los 4 años lo supe, más o menos— y nada ha ocurrido. Pero creo yo nací para esto del amor. Cómo todos, no soy la única que lo desea. Así que sólo tendré que esperar.

—Naomi, despierta! Tienes que ir a tu nuevo Liceo— Gritó mi mamá desde la puerta de mi pieza, no había necesidad de gritar, pero quizás no despierte si no lo hace. Un gran tip para las madres si es que despiertan a sus hijos flojos, 100% recomendable, comprobado por una chica media-floja.

Acabo de ingresar a un nuevo Liceo, ya que me mudé de casa hace 1 semana. Supe por ahí gracias a unos rumores que hay tipos de alumnos, están: Los populares —Como todas los liceos—, Los mateos —Los de notas altas—, Los ni Fu ni Fa —Los que no son ni populares ni ignorados— y muchos más que ya ni tienen caso nombrar. No sé a que clase de alumnos iré, me daría lo mismo. Pero lo bueno es que soy sociable, podré tener amigas rápidamente, no me da problema cosas así. Espero no tener problemas con los profesores como antes por ser tan floja. Pero creo que los profesores serán distintos y simpáticos —Fe en las nubes, Chloe Naomi, 15 años, cree que los profesores serán simpáticos con su pequeña flojera— así que no hay de que temer.

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—¿Qué hay de desayuno? Tengo mucha hambre y no quiero prepararme el desayuno yo, y menos el de mi hermano—Comenté mientras bajaba las escaleras, mi madre me escuchó de seguro, y mi padre rió mientras le daba un pequeño golpe a mi hermano en el hombro, su nombre es Christopher, tiene 13.

—Hay huevos. Si vuelves a decir eso mañana y los demás días, te harás tú desayuno y el de tu hermano por siempre. No te quejes —Dijo mi mamá mientras dejaba el té y los huevos míos y los de mi hermano en la mesa, mi padre veía las noticias en la TV, y luego se sentó también, y mi madre aún cocinaba.

—Gracias por la comida Margaret!—Dijo mi papá y mi madre lo miro con "la mirada desafiante" según yo y Christopher.

—Tomas un poco de tu café o pruebas los huevos que te dejé y no te hablo por una semana y ni te cocino—Dijo mi mamá con "la mirada desafiante" y se sirvió un té y fue a sentarse.

—Perdón...—Dijo papá y soltó los servicios, mi madre sonrió.

—Bueno, Naomi, Christopher. Espero que hoy la pasen muy muy bien en sus escuelas. Ya están bastante maduros para controlarse solos. No cometan errores. Y si traerán un amigo o amiga, llámenme para prepararles algún postre, ¿ok?—Añadió mi madre. Después de dedicarnos esas hermosas palabras, comenzó a comer y todos repetimos lo mismo.

Terminamos de tomar desayuno, nos despedimos de mamá y papá nos fue a dejar. Era un poco lejos, así que en el camino papá me enseñó a cómo llegar, la próxima vez tendré que irme en metro con Christopher.

—Bien, aquí es. Cuídense, no lo arruinen y diviertanse, adiós. —Dijo papá, nos dio un beso en la frente y se fue.

—¿Crees que nos irá bien? —Dijo Christopher mientras ingresábamos al liceo.

¿Puedo Quererte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora