Capítulo 3

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FRIDA

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FRIDA.

— Es aquí.— mi voz no es más que un susurro, cohibido.

La estructura delante, podría pasar sin duda como esas viviendas vacías que utilizan en las películas de terror, donde se meten muchos jóvenes a drogarse o en su defecto a fornicar y terminan enterándose de que sus dueños murieron atroz-mente, así que los empiezan a perseguir hasta que los...

<<ya sabemos como termina>>.

Tiene un estilo, quizás, muy rústico, estaba fascinada con la forma que tiene de caer la maleza a su alrededor, es como si no existiera para ellas y lo hubiera creído de no ser por las ventanas oxidadas.

Suponía que lo que me aterraba en ese momento era comprender quienes podían vivir dentro de ella, tenía ese pensamiento de que todo habla sobre nosotros hasta los lugares donde estamos.

Tampoco es que fuera la persona más apta para decir que creía que encontraría un castillo como en los cuentos para niños, más en las noches de seguro podrían escucharse gritos o cosas caerse y yo no soy la persona más valiente, ni siquiera cuando duermo y tengo ganas de ir al baño me levanto.

Es bastante grande aunque lo disimula. Es notorio, como las otras casas que había en el camino, guardan cierta distancia de esta. Su aura de otro mundo, es como si estuviera en el pasado y por los cuervos del techo que parecía extasiado con nuestra presencia graznando varias veces dedicándonos su propia forma de asustarnos. Todo un cálido recibimiento.

—Sabía que te iba a gustar, tiene ese estilo gótico que te cargas.— La voz de Carla me hace fruncir el ceño, se baja de la parte de su camioneta.

Las olas de frío me sobresaltan, afuera, el clima aclama a la nieve, pero como otro año más ha decidido no permanecer por mucho tiempo, miro mi cachorro que me alegra con su incertidumbre y me esmera a creer que lo desconocido puede ser bueno.

—pero si yo soy la persona...

—Solo bromeo, por dentro es muchísima más acogedora.— dice, pero mi cara la hace seguir hablando.—cuando peleo con mi mamá me gusta venir acá, camino por el bosque y es relajante. Además vas a tener tu propio cuarto y esta hermosura tendrá a dónde correr por las mañanas ¿verdad que si?—le resta importancia acariciándolo.—¿quién es el bebe más bello?— Pope ladra feliz de las caricias dejando un eco que rebota en la casa.

—¿Tú estás segura de que es aquí?—

—¿de verdad tú crees que me perdería con una entrada tan... peculiar?, en cualquier momento se levantan los zombies y nos arrancan el cerebro.— se rio, pero a mí no me hizo ni gracia.—Oh vamos Frida Kahlo. Dale una oportunidad ni siquiera las conoces, de seguro en un mes y te vuelves su mejor amiga.

Empezaba a creer que a esa mujer se le había salido un tornillo, yo no pensaba ser amiga de nadie, pero sabía que se contenía a decirme que no podía pretender encontrar el mejor asilo con tan poco tiempo y sin dinero.

LA ESTADÍA. © ~1~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora