Sin duda ese pudo haber sido un día tan común y corriente como cualquiera, lo hubiera sido sí mi carácter distraído se comportara por tan sólo un día de clase, naturalmente no lo hizo y eso provoco que el maestro sentenciara que era momento de separarme de mi compañero de mesa y poner a alguien completamente desconocido para que pusiera atención a la clase y no me la pasara jugando.
Ese día había de llegar un nuevo compañero a la clase, mi nuevo compañero de mesa: Víctor.
Al inicio el no me dirijo una palabra, ni una mirada, se notaba que estaba incómodo. Mirando al rededor a sus nuevos compañeros de clase, buscando simpatía en uno de ellos pero no volteo a ver a su compañeradel lado, yo que lo observaba atentamente en una lucha mental si debería hablarle o no, a pesar de ser algo parlanchina, lo más difícil para mi era hacer un nuevo amigo, iniciar una conversación con alguien completamente desconocido era todo un reto.
Aunque me aliente y decidí saludarlo llego entonces una de las gemelas, la más soportable a mi parecer y se presentó a mi compañero de una forma a la que hasta la fecha la vi como un coqueteo más que de una forma amistosa.
Yo no iba a quedarme atrás, ahora no se sí fue la rivalidad que tenía con estas chicas o las verdaderas ganas de entablar una conversación con mi compañero lo que me ánimo a hablarle.
A diferencia de la gemela que después de presentarse se fue al ver que Víctor no presentaba alguna señal de seguir con la conversación, conmigo pasó mucho tiempo platicando.
Desde ese día, el y yo nos volvimos inseparables, grande fue nuestra sorpresa al saber que vivíamos por el mismo rumbo y podíamos regresar juntos de la escuela.
Víctor y yo éramos muy unidos, el pronto se volvió amigo de mis amigos, juntos vivimos muchas aventuras.
El siempre llegaba muy temprano a la escuela cuando yo apenas y podía llegar a tiempo a la clase, pronto esto sería la motivación de que yo me esforzara por llegar temprano a la escuela y decirle que le había ganado.
Un día finalmente lo logre, ¡llegue primero a la escuela!, no podía esperar a que Víctor llegará y pudiera celebrar mi triunfo.
Sin embargo, pasó el tiempo, la clase comenzó y Víctor no llego a la escuela.
Esperanzada a que al día siguiente volvería, me aliste y llegue temprano, pensando en la conversación que tendría cuando Víctor llegará, de nuevo pasó el tiempo y no llego.
No se cuánto tiempo pasó pero todos los días esperaba a que mi buen amigo volviera y le pudiera decir que había logrado llegar a tiempo a las clases y ambos de nuevo pasáramos el tiempo juntos como antes, intente buscarlo en su casa más fue inútil, nadie me abrió la puerta, nadie sabía que había ocurrido con mi amigo.
El tiempo pasaba y yo quería bromear que ahora que Víctor no estaba tenía que estar en compañía del hombre invisible, sólo lo hacía para no parecer tan triste ante mis compañeros, pero con sólo ver la butaca vacía a mi lado no podía evitar sentirme tan sola y preocupada.
Un día llego el director, traía noticias de "El nuevo chico que llego", y la razón por la cual este no había asistido a clases.
Al momento puse completa atención a lo que el director decía y cuando escuche la palabra "accidente" sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo.
El había salido con su bicicleta a dar unas vueltas en las canchas, pero la bicicleta no tenía frenos, su pierna se atoró en la cadena de la bicicleta provocando una herida profunda que llego a desgarrar su piel de tal forma que el hueso de su pierna era totalmente visible.
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Little Talks
SpiritualSólo puedo definir lo que hay aquí escrito con una palabra: Divagar. Si, eso hago, sólo divagó aspectos de mi vida, cuestiones de este mundo, conceptos que me enseñaron, respuestas sin preguntas y finales sin comienzos... Convirtiendo todo esto en p...