Eran las 8:14, la alarma sonó y Martín con enojo la apagó.
-No me quiero levantar- gritó , pero se recordó de su jefe y mejor se levanto, se dirigió hacia la ducha
-¡Qué asco!- dijo con repudio, y vio que había una rata de unos 30 cm. Muerta, y las paredes del baño estaban teñidas de color amarillo.
Martín no sabia que hacer si ir a darle una golpiza al anciano o a su jefe por haberlo mandado a ese lugar.
Martín fue hacia la cama y tomó las sábanas y las tiro en la cerámica, con su pie movió a la rata y pudo sentir su cuerpo ligoso entre su dedo gordo.
-¡QUÉ ASCO!- gritó y encendió el grifo, el agua caía fría. Martín se lavó 10 veces el pie y salió.
Eran las 10:00 am.
-Bueno, haber que dice el primer paquete-
«Casa, los albos 34-56 avenida "b" Condado HELLSTROM » y encima del paquete había un sobre dirigido hacia Martín.
«Martin:
"Quiero que este paquete sea entregado a las 11:00, sin un minuto tarde, ( Martín miro su teléfono y la hora era las 10: 35) luego siguió leyendo.
Además quiero que sea amable con el personal sino será despedido".
A Martín no le hacia falta nada, su madre era una ricachona, pero el quería sobrevivir con su propio dinero y quería saber lo costoso que era conseguirlo.
-Veamos me quedan 25 minutos-
Martín tomó su traje azul de cartero, iba con gorra y su mochila junto con el primer paquete.
-Esta bien- dijo, y tomó un pequeño mapa del pueblo.
-¿Donde éstas "casa albos"?- y señalaba las principales calles.
-¡Bingo!- y encontró la casa albo.
Martín salió de la habitación y se dirigió hacia la recepción.
¡tin! Sonó el timbre.
El anciano salió con un gorro en la cabeza y en calzoncillos.
Martín puso una cara de asco.
-¡Qué quieres?-
-Le vengo a decir anciano que hoy me iré de aqui- asintió
-¿Y qué quieres que haga?-
-Qué le importe un carajo- y juntamente salió
-Maldito joven- dijo el viejo y volvió a entrar.
Martín se subió a su auto y condució hacia el pueblo. El pueblo se encontraba a tan sólo 5 minutos.
Martín iba escuchando música instrumental, se sentía relajado y estaba feliz ya que no volvería a ese hotel de mala muerte.
Llegó al pueblo.
Martín se percató qué el pueblo estaba sin gente afuera.
-¿Seguro qué este es él lugar?- dudó.
Un vagabundo iba caminando en la calle, fue la única persona que logró ver .
-¡Oiga Señor!- exclamó
El vagabundo lo miró.
-Disculpe señor, usted sabe donde está la casa albos- Martín preguntó ya que no habían señales de transito, ni mucho menos avenidas ni calles.
-La casa albos, está a la vuelta de esa calle y luego sube esa montaña-
Martín se percató que había una casa en la pequeña montaña.
-Pero le recomiendo que no suba el auto allí, sino ya no podrá bajar, esa maldita montaña esta llena de agujeros, y esos estúpidos alcaldes no cumplieron sus promesas-
Martín se quedó perplejo.
-Bueno, gracias señor-
Martín se quería alejar no por la pestilencia que echaba el señor, sino por el miedo qué le había dado.
-Muchas gracias- volvió a repetir
Iba a encender el auto, cuando el vagabundo lo detuvo.
-Una cosa más muchacho, se qué no te lo tengo que decir, pero me pareces muy amable-
Martín soltó una sonrisa irónica.
-No entres a la cueva-
-¿Cuál cueva?-
-La qué esta en la entrada, para poder subir a la montaña-
-¿Porqué?- preguntó Martín
-Al Jefe no le guste qué hable de eso-
El hombre se dio la vuelta y se fue.
-Qué extraño- asintió Martín.
Puso en marcha su auto y vio que le quedaban 15 minutos.
Martín dobló la esquina y pudo ver la montaña y a un lado de ella la cueva.
Martín apagó el auto y llevó él paquete ligero entre su manos.
-¿Qué hay en esa cueva?-
Martín siguió caminando y trató de olvidar lo de la cueva.
Subió la colina, y llegó hacia la casa. La puerta era de madera fina, y estaba bien tallada. En el centro tenía un triángulo.
Martín tocó.
-¿Qué quiere?- gritó alguien por dentro.
-Hola... (Recuerda lo qué dijo tú jefe, se amable) buenos días-
-¿Qué quiere?- volvió a decir.
-El correo- dijo Martín
Empezaron a quitar llave y la introducieron en la chapa.
-Apresurese ya lo quiero- dijo un hombre de 40 años. Y se lo arrebató.

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100 Vírgenes
Mystery / ThrillerA Martín no le agradaba la idea de quedarse en un motel, pero su trabajo lo obligaba a viajar a lugares, entre ellos a un pueblo maldito que oculta secretos entre ellos la desaparición de niñas.