-Firme aquí- dijo amablemente.
El hombre también le arrebató la hoja y fue hacia adentro para tomar una pluma.
Martín estaba enojado, pero trato de no mostrarlo. El hombre llegó y firmó la hoja.
-Tome- le dijo y se lo tiro.
Martín lo tomó en el aire, y no dijo nada.
El hombre cerró la puerta.
-Esta bien- dijo Martín y se dio la vuelta.
Martín iba bajando la montaña y habia ensuciado sus mocasines. La bajada estaba llena de lodo.
-ah, ahora tengo qué comprarme otros- gritó
Siguió bajando y llegó a la calle principal, cuando iba caminando pudo sentir un olor putrefacto dentro de la cueva, mejor siguió su camino.
Eran las 11:14
Martín se subió al auto sin ver a ninguna otra persona afuera y condució hacia el hotel.Martín llegó al hotel y estacionó su auto frente a su cuarto y lo apagó bajo rápido para poder marcharse ya, pero se preguntaba que haría con los otros 2 paquetes, entró y cerró la puerta, Martín se quitó sus mocasines y quedo descalzo, Martín tomó el segundo paquete y vio que habia un sobre.
"Para Martín:
El siguiente paquete quiero que lo entregues a las 3:00 pm, te quiero puntual y si pasas un minuto de retraso, serás despedido"Martín dejó el sobre y maldició no quería quedarse hasta tarde en el hotel.
Entonces decidió saber qué era lo interesante que había en los paquetes ya qué estaban tan ligeros.
Sus normas obligaban a no tener que revisar ni alterar los paquetes.
-Al demonio- dijo y sacó un cuchillo y cortó el tape.
Al ver que era lo "importante" vio qué habían fotos de niñas, habían 5 fotos . Atrás de las fotos había un número en romano.
Martín vio qué las niñas estaban llorando y otras estaban asustadas, Martín pensó rápido en el trata de blancas, pero sonaba absurdo, además el hombre le dijo qué no ingresara a la cueva, Martín tomó el tercer paquete y lo destapó en ese sobre habían 10 fotos de niñas ya casi desarrolladas, estaban completamente desnudas. Martín tiró las fotos con repudio y vio qué trabajaba para una red de pornografía infantil.
Martín tomó su teléfono y llamó a su jefe.
-¡Qué!- exclamó Roberto.
-hola, Roberto en los paquetes hay fotos de niñas desnudas- le mencionó por él teléfono abrumado
-¡MALDITO! PORQUÉ USMEASTES LO QUÉ NO TE PERTENECE- gritó tras él teléfono.
A Martín se le corto la respiración
-Tú... Tú ¡LO SABÍAS!- dijo tartamudo.
-Claro qué si imbécil, ese es mi trabajo-
-osea qué soy cómplice-
-¡Claro qué si!- espetó
-Llamaré a la policía Roberto así qué jódete-
-nooo-
La linea se cortó.
Martín se pasaba la mano por la cabeza, con furia comenzó a golpear la madera, hasta qué le hizo un agujero, Martín observó y en la habitación habían capas rojas y tres doradas.
-Al demonio- Martín tomó sus cosas dejando las fotos y salió corriendo. Corrió hasta su auto y dejo las cosas atrás, Martín pudo apreciar tras el retrovisor qué el anciano llevaba una escopeta y se dirigía hacía él. Martín encendió su auto pero se percató que no se movía. Cuando sacó la cabeza por la ventana vio qué las llantas estaban pinchadas.
-maldición-
Martín salió del auto dejando sus pertenencias y corrió sin voltear a ver al anciano. Martín corrió por la carretera y se dirigió hacia el pueblo.
-¿Qué demonios sucede?- decía agitado.
Eran las 3:00 pm
Martín llegó al pueblo y comenzó a buscar al vagabundo pero no lo encontraba.
Martín corrió y sabía qué en el pueblo habian desapariciones de niñas y qué la gente lo sabía pero no hacia nada.
Todo era extraño.
Martín vio una puerta de una casa abierta y se dirigió hacia ella.
-¿Hola?- preguntó pero nadie le respondió.
Martín vio qué no había nadie y qué había una hoja encima de una mesa qué tenía sangre, Martín la tomó y la hoja decía: «100 Vírgenes» el contenido de la hoja estaba en latín, no entendía lo que decía.
Eran las 5:40.
Martín buscaba un auto para poder marcharse de ese lugar, se metió a un auto y se quedó escondido allí.
Martín vio qué un gran bus blanco se dirigía hacía la montaña hasta qué se detuvo enfrente de la cueva.
-¿qué es eso?-

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100 Vírgenes
Mystery / ThrillerA Martín no le agradaba la idea de quedarse en un motel, pero su trabajo lo obligaba a viajar a lugares, entre ellos a un pueblo maldito que oculta secretos entre ellos la desaparición de niñas.