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-Tienes que hacer reposo y no debes someterte a situaciones estresantes, ¿entendido? -me indició la enfermera, una vez que terminé de firmar el alta. Su expresión se suavizó-. Todo saldrá bien, ten fe.

-Eso espero-murmuré, levantándome de la cama.

De los dos, era el que más ileso había salido: solo unos cuantos cortes en brazos y piernas, algunos moretones; Sam se había llevado la peor parte.

Ashton posó una mano en mi hombro. -Antes de que salgas por esa puerta, yo... eh...-una expresión de preocupación adornó su rostro-. Luke no está bien, y no sé cómo va a reaccionar cuando...

-Lo entiendo-lo interrumpí-. Me merezco lo peor del mundo, yo fui el causante.

-No digas eso. Fue un accidente, no fue culta tuya.

Negué con la cabeza y caminé hacia la puerta. -Es la verdad, si no hubiera sido que le insistí en escaparnos, nadie estaría aquí.

Abrí la puerta y salí al pasillo del hospital; el olor a desinfectante y a limpio inundó mis fosas nasales. Mis ojos se clavaron en las dos figuras que se encontraban sentadas a unos cuantos metros de mí; me dirigí hacia ellos.

Calum levantó la cabeza al oír mis pisadas; su expresión incrementaba mi dolor.

-Michael-dijo, con alivio en su voz, mientras que se levantaba y se acercaba.

Solo pudo dar unos pocos pasos cuando otra figura pasó, cortando su camino, y llegando hasta mí.

Su puño se estrelló contra mi mandíbula, haciendo que trastabillara y diera unos pasos hacia atrás, recuperando el equilibro.

-Eres un idiota-gruñó Luke, sacudiendo su mano-. Eres un imbécil y un estúpido. Ambos los son, tú y Sam-sus ojos se encontraban rojos e hinchados-. Fui un imbécil en dejarte salir con mi hermanita. Yo...

-Lo sé-sentí como las lágrimas se acumulaban en mis ojos.

Me atrajo en un fuerte abrazo; si había alguien que comprendía el dolor igual o mejor que yo era él, su propio hermano.

-Tienen que sentarse, ambos-Ashton colocó sus manos en nuestros hombros y nos dirigió hacia donde Calum estaba.

-¿Qué saben de ella? -inquirí, una vez que me había sentado al lado de mi amigo.

Éste se pasó las manos por la cara, terminando en su cabello. -No mucho; está en quirófano desde que los ingresaron, y eso hace ya-miró la pantalla de su teléfono-, cuatro horas.

Me hundí en mi asiento; solo nos bastaba esperar.

Los segundos pasaban y se convertían en minutos, y esos minutos se convirtieron en otra hora.

Me encontraba apoyado en el marco de una ventana, cuando un doctor salió de la sala de cirugía.

-¿Son los parientes de la señorita Samantha Hemmings? -preguntó cuando se acercó a nuestro grupo.

-¿Tiene alguna noticia? -inquirió Luke.

-Sí, y que les van a alegrar. La señorita Hemmings salió con resultados positivos de la operación: tuvimos que sacar varios vidrios que se habían incrustados y hacer unas cuantas suturas; hubo unas complicaciones, pero se ve que la joven es luchadora-nos sonrió a los cuatro.

Alivio recorrió todo mi cuerpo.

-Hay algo más.

Eso último capto la atención de todos.

-¿Qué más? -pregunté.

-La joven perdió el embarazo que estaba gestando-nos informó serio.

Perdí el equilibrio ante la noticia.

-¿Estaba embarazada? -Ashton puso en palabras lo que estaba pensando.

El médico asintió. -La joven estaba de un mes de gestación, pero el accidente provocó un aborto natural.


Safety; mgcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora