Capitulo 2

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Para Dash toda esa semana fue la peor de su vida, primero habían llegado esas tres chicas extrañas que le quitaban la atención de sus compañeros, segundo su profesora de calculo la había cambiado por una mucho mas estricta y como si fuera poco de otro Instituto había venido a destruir los elementos del equipo de soquer.

Estaba molesta.

Qué molesta, estaba a punto de estallar.

Pateando cada piedra que se le atravesara, caminaba en dirección a la bodega, como capitana del equipo, debía ver si tenían algún balón guardado sino tendría que juntar dinero y eso significaba dos semanas sin practica.

Con ese pensamiento en mente, patio con mayor fuerza una piedra, la cual choco contra la muralla de la bodega, rebotando hasta tras un arbusto donde se escucho un gemido.

—¡¡Uch!! —Se escucho tras el arbusto ante lo cual la deportista se puso alerta, si acaso era alguna del otro instituto podría tomar venganza, pero al correr el arbusto se encontró con la melena rosada de fluttershy, quién la miro aterrada, mientras palidecía— ¡¡AHH!! —A pesar de gritar, su tono no había subido casi nada, por lo que más que un grito sonaba a un sonoro susurro

—¡Hey! ¿Qué haces tu aquí? —Le pregunto la deportista ahogando un bufido, no estaba de humor para hablar con la nena rara y menos ser amable con ella

—Y-yo solo —La menor agacho la cabeza, de primeras parecía de pena, pero cuando Dash se acerco mas observo una pequeña ave en su regazo la cual estaba vendada— Fue atacado y se lastimo un ala... y-yo... no quería molestar

—Bien, bien, como sea —Gruño la peli-arcoiris, a pesar de su actitud encontraba dulce el actuar de la chica, pero se tuvo que aguantar las ganas de golpear a alguien y eso le molestaba así que colocando sus manos en su cabeza comenzó a rascar su cabeza— Solo, no aparezcas de la nada

—¿Te asuste? —Pregunto con dulce voz mirando a la multicolor, quién sonrojada miro a un lado con desprecio ante la pregunta de la chica

—¡Claro que no! Yo soy Rainbow Dash, yo no me asusto —Contesto con arrogancia mientras habría la puerta de la bodega

Adentro estaba lleno de polvo ¿Y como no? Jamás lo ocupaban, era el más alejado y las cosas las guardaban en el gimnasio, claro que ahora estaba claro que no era tan seguro cómo esperaba. Comenzando a observar, vio una pequeña rejilla en la pared del fondo en la parte de arriba entraba un poco de luz, las tela de arañas  estaban atrapadas entre los muebles y las murallas, lograba ver algunos insectos caminar por el suelo y esconderse en las esquinas, detrás de un montón de colchones había lo que parecía ser una barra de equilibrio. ¡Que porquerías! pensó la multicolor.

Observo y en el suelo y encontró varios balones, los cuales comenzó a coger  y luego de revisarlos los tiraba a la puerta, estaban hecha tira, partidas, descocidas y todas malas en realidad. 

Luego de un buen rato, de muchas pelotas tiradas al suelo, muchos insectos que correr, muchas arañas que mato, no encontró lo que buscaba, ninguna estaba en condiciones para poder usarlas. Molesta, golpeo una de las colchonetas y se levanto, encontrándose con la chica de cabello rosa quién miraba intrigada una de las pelotas.

—¿Por qué las necesitan? —Pregunto mientras cogía una de cada tipo— yo... he visto que juegan con unas nuevas

—Nos la robaron —Contesto de forma seca, su dulce voz la estaba irritando por alguna razón— Y ahora no tenemos nada —Golpeo molesta la puerta de la bodega mientras la cerraba Ahora estarían varios días sin practicar y eso les daría ventaja a los demás ¿Acaso no podía ser más jodido?

—Pues yo te puedo ayudar —ijo mientras botaba las que tenían en el suelo y se alejo a buscar una que se hallaba entre unos arbustos, de pronto un viento corrió y algo se ilumino entre sus manos y luego volvió con una balón como nuevo— ¡Ten! Espero este te sirva —Y le dedicó una dulce y tierna sonrisa mientras le entrega el balón

—¿Que? —Miro atónita el balón y luego a la chica, estaba segura de haber revisado cada uno de los balones— T-Tu... ¿Pero como?

—¡Ah! Es algo muy básico —Contesto bajando la mirada avergonzada para luego sacar su celular ver el mensaje que en este había llegado— ¡Oh! debo irme, nos vemos —Y acercándose a la chica beso su mejilla antes de salir corriendo hacia la entrada del Instituto

****

—Te vimos —Anuncii la peli-roja con una sonrisa burlona cruzando sus labios antes de abrir la puerta del auto a la peli-rosa— Esto sera divertido

—L-Lo siento —Susurro la peli-roda bajando la mirada a sus manos— No... no debo hacerlo pero... me dio pena verla así y bueno...

—Tranquila querida, solo hay que evitarlo —Le recordo Rarity tomando una copa de la parte de atrás del auto con un liquido color carmesí— Noo queremos llamar mucho la atención, o no por esas razones

—¡Oh! vamos, sera divertido —Rió la peli-roja mientras una traviesa sonrisa cruzaba sus labios— Después de todo nos ayudará a distraernos un poco de todo el caos

—Solo que tú no lo hagas mucho —La chica agitando su copa la observó con detenimiento— No quiero seguir vagando de escuela en escuela

****

Solo fue un sueño, solo fue un sueño se repetía una y otra vez la deportista mientras miraba la pelota en sus manos y luego las que se encontraban en el suelo.

El viento corría mientras el sol caía sobre la ciudad, la gente iba y venía sin prestar atención a aquella extraña tormenta que se acercaba, los relámpagos iluminaban el cielo y los animales se escondían con temor.

—Es hora —Murmuro la chica de cabello oscuro mientras colocaba su botas de cuero para cruzar miradas con la chica de lago cabello frente a ella— Te cuidas, esta claro

—Tu igual hermanita, esto se termina ahora —La mayor murmuro aunque su corazón se apretaba con fuerza, no tenía las fuerza de hace años y no creía soportar ver a sus seres queridos seguir desapareciendo en manos de aquellos seres

Solo sabía que una vez más debía dar lo mejor de ella, todo fuera por qué hubiera un futuro.

Acercándose a su hermana, acaricio con dulzura su mejilla antes de besar tiernamente su frente.

Como mucho de los suyos no dejaba pasar momento en demostrar su cariño y atención a quienes más quería, nunca se sabía cuándo sería la última vez.

—Promete ser precavida —Le pidió mirándola con seriedad, conocía a su hermana y sabía que en calor de la batalla podría hacer cualquier locura y en esos tiempos no soportaría luchar con su corazón destrozado por su perdida

—Lo prometo, Celestia —La menor cerró los ojos y se dejó mimar por la mayor, quién abrazándola acaricio su largo cabello

Con cada batalla estaban más débiles y ellos eran más fuertes.

Pero no bajarían la guardia.

Y lo darían todo.

Aunque eso indicaba despedirse de quienes más querías antes de cada batalla. Era imposible saber quién regresaría y quien no.

Habra cadabra (yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora