Diario de un amor lesbico

Beatriz

CAPITULO III
Acabo de despertar, tuve un sueño hermoso, soñé que la encontraba de nuevo, a la horilla de la playa, sentada en la arena con esa sonrisa que tanto me gusta, han pasado tres años desde que la conocí, aun lloro su ausencia, me he instalado a vivir en un pequeño pueblo cerca del mar, estoy pensando que en cuanto amanezca visitare la playa, por alguna razón tengo la necesidad de ir, aunque no aparezca, la imagen de mi sueño estará en ese lugar.

Me encuentro a la orilla de la playa, escribiendo, como lo pensé, ella no está aquí, creo que ya es momento de olvidar esta ilusión, este amor, ella no llegara, mi bella Dulcinea no va a regresar, es imposible creer que pueda encontrarla en este lugar, sabiendo que aquel bar esta tan lejos, ¿Que será de ti mi hermosa Dulcinea?, sentirás lo mismo que yo? Tú también quieres encontrarme?
Camino despacio a la orilla del mar, a lo lejos veo una silueta... se parece a mí Dulcinea, pero ya me canse, no espero que seas tú, es otra jugada de mi mente y seguramente terminare odiando a esa mujer que camina a mi lado.
Aquella mujer es linda, pero no es ella, se acerca a mí, y me pregunta si tengo fuego, trae un cigarrillo en la mano, busco entre mis cosas y saco mi encendedor, y un cigarrillo, me pregunta si puede acompañarme a fumar y yo asiento con la cabeza, empiezo a fumar y tu recuerdo regresa, estoy a punto de llorar, la chica a mi lado me pregunta si vivo cerca, le respondo que sí. Sin mucho interés, me dice que ella no es de ese lugar y me pregunta si mañana podemos vernos para recorrer el pequeño pueblo, pienso que puede ser un nuevo comienzo, de nuevo le respondo que sí.

-
A la mañana siguiente salí con esa chica linda, su nombre es Beatriz, es muy alegre, inteligente, divertida y entusiasta, fuimos al bosque é hicimos un picnic, ella cocino, cocina muy bien, me he divertido mucho, no la odio, pero no es ella.
Me pregunto si podíamos vernos de nuevo, y con mas entusiasmo le é dicho que sí, me dijo que en unos días vendrá su familia, y luego partirán al extranjero, quiere divertirse lo más posible antes de irse así que iremos a la playa, será divertido.

-
Me he pasado un buen día con Beatriz, es muy enérgica, corrimos por la playa y nadamos, al despedirnos me dio un beso, no se lo pude responder, mis besos le pertenecen a alguien más, le he platicado un poco sobre mi amada, y ella me aconsejo dejarla ir, dice que será lo mejor, yo también creo que es lo mejor, debería darme una oportunidad con Beatriz antes de que se vaya, puede ser lo mejor.

-
Ya llevamos un mes saliendo, es lindo y Beatriz se esfuerza mucho, aunque sabe que aún no la puedo querer, hoy conoceré a su familia, espero poder llevarme bien con todos, ya que Beatriz partirá al extranjero en un mes, lo nuestro será corto pero espero sea lindo.
Llegamos al aeropuerto a esperar la llegada de su familia, y en ese momento mi mundo cambio, era ella, la mujer de mi vida, era su hermana. Beatriz se acercó a mí junto con ella, me dijo que era su hermana menor y su nombre es Perséfone. En ese momento algo en mí se rompió, quise decir algo y ella me respondió:
-Hola! Mucho gusto, eres la novia de mi hermana, verdad? No sabía que decir, me petrifique, solo dije que si con la cabeza, note la tristeza en sus ojos, fuimos a su casa, comimos, casi no hable, no sabía que decir. Antes de irme le pedí que nos viéramos en la playa en una hora, teníamos mucho que hablar, Perséfone...