Capítulo 10. La visita.

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- Doctor, tenemos que ver los videos de seguridad de ese día.

- Eso va a ser complicado. Tendría que hablar con el jefe de seguridad del hospital.

- Por favor, inténtelo!.

- Si, no se preocupe, pero ahora vaya a su habitación y descanse. Mañana por la mañana lo primero que haré será hablar con él.

- Gracias, doctor.

Salimos del despacho, y nos despedimos con un apretón de manos. El doctor me dijo que me quedara esa noche en el hospital por recomendación médica. Yo, realmente me quedé para ver si podía indagar algo más.

Iba para mi habitación sabiendo que no iba a poder dormir en toda la noche. Paré en la puerta del ascensor y mientras este bajaba, giré a la derecha la vista y ví la sala de seguridad. Me acerqué a la puerta y toqué.

- Parece que no hay nadie, no abren.

Giré el pomo y la puerta abrió. Entré dentro. No había nadie. Los videos de seguridad se almacenarían en el disco duro de algún ordenador.

Me senté en uno y vi una carpeta "videos de seguridad". Entré en ella y en el archivo del día. Recuerdo que vi a los bebé en la sala sobre las 23:00h, por lo que pasé el video hasta esa hora.

Tras el mareo que sufrí, se generó un revuelo en la sala, enrtrando médicos y enfermeras, así como un desconocido. Mientras el personal del hospital me atendía, se ve como el sujeto se acerca a las cunas de mis bebés y los agarra, cambíandolos a las cunas de otros bebés y poniendo a estos ennlas cunas de los míos. Cambió sus pulseras y salió con total tranquilidad.

- ¿Quién diablos es ese cabronazo?. Maldito hijo de perra, me cambió los bebés!!

Oigo voces en el pasillo, es el vigilante hablando con una enfermera. Intento dejarlo todo tal y como estaba, pero... entra el tipo, me mira perplejo, cierra la puerta, pone el pestillo y se arroja sobre mí.

- Tranquilo hombre!!, no te pongas asi, no he visto nada.

Me golpeo varias, caí, me golpee en la cabeza y perdí el conocimiento.

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Mientras tanto, mis padres habían llegado a mi casa. Llevabamos nueve meses sin verlos, mi madre estaba perdiendo la vista debido a la diabetes y no le venía bien para su salud un viaje tan largo.

Llegaron a casa y tomaron cada uno a un bebé. Cuando mi padre cogió a El junior, dio el bebé a mi madre y dijo:

- Tengo que ir a por Manuel, voy a quedarme con él esta noche.

- Ambas mujeres asintieron, y salió por la puerta tan rápido como un adolescente. El viejo estaba hecho un chaval, fuerte, sano, jamás lo tumbé en un pulso, era un fenómeno.

Mi madre cogió a El junior, y:

- Madre, soy tu hijo, Francisco - le dijo a la viejecita una voz infantil. Te he echado mucho de menos. Quise morir para encontrarme contigo hoy, y salvar a mi hermano y sus hijos. Te quiero, madre, perdóname por todos estos años que has llorado mi ausencia, pero ya estoy contigo.

Mi madre lloró. Fueron unas "lágrimas" absolutamente de amor. Tal era ese amor, que a partir de ese momento, mi madre recuperó casi toda la visión. Yo siempre diré que fue para ver de nuevo a su hijo perdido.

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Cuando desperté, estaba en una habitación desconocida, sentado en una silla, atado y amordazado. Era una casa pestilenta, negra, casi derrumbada, o eso parecia.

- Este tío se ha pasado - penseñé

Entró en la habitación este vigilante, y... dios mío....

Era el mismo individuo que cambió a mis bebés. Cabrónnn!!!


Mis años de 9 mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora