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Penúltimo.


El mes había pasado y por fin me habían quitado el vergonzoso cuello ortopédico, se me marcaba una doble pera horrenda con esa cosa, era incomodísimo, la costumbre que se me había hecho sobre no mover el cuello era permanente por unos días, se me olvidaba que no tenía el cuello y yo seguía haciendo movimientos delicados con el cuello, algo estúpido.

Con Maia quedamos que ese día sería solo de nosotras, ella dio la idea de que tuviéramos un "día de chicas", el cual solo vamos al cine, compramos ropa, y comemos como cerdas. Normalmente lo hacíamos todo el fin de semana, pero solo por hoy sería el viernes —Hoy—.

Quedamos en que luego de clases nos iríamos directamente al centro comercial, los días viernes nos tocaban solo dos clases por lo que desde las dos de la tarde teníamos el día completamente libre, ¡amado y sagrado viernes!

El timbre sonó dando por terminada la clase, guarde mis cosas sin apuros y salí del salón despidiéndome de la profesora, la cual se encontraba en la lista "Profesores que no odio".

Guarde los libros en el casillero y Maia apareció a mi lado enseguida, caminamos hacia el estacionamiento, ella me había recogido por la mañana, ya que, Justin como la había estado hecho de costumbre me pasaba a dejar, para luego irse al trabajo.

Hablando sobre él... últimamente ha estado completamente raro, se nota cansado y alejado, lo cual me asusta, no creo que me esté siendo infiel, no, no lo creo.

— ¿Dónde vamos primero? —dijo estacionando el auto en el subterráneo del CC.

—Tengo hambre, McDonald's no estaría para nada mal. —solté una risa.

Bajamos del coche, y subimos hacia el patio de comida, ella hizo la fila mientras yo buscaba una mesa disponible, encontré una y me senté con la vista fija en mi amiga para que me notara.

Cuando estábamos sirviéndonos la comida comenzamos una agradable charla, sobre lo cuan había cambiado nuestras vidas en un par de meses.

— ¿Cómo va todo con Wallace? —moví mis cejas de arriba abajo.

—Genial —sonríe— es esa relación que quise durante toda mi vida, una amistad mezclada con amor y romanticismo, no sé dónde estuvo toda mi vida, me arrepiento de haber gastado tres años de mi vida en nada, me comprende, me apoya en todo y cada una de mis decisiones, me...

— ¡Hey!, creo que lo he captado. —niego con una sonrisa.

Suelta una risa, bebiendo de su bebida.

—Y tú, ¿Cómo va todo con la rubia? —Maia amaba molestar a mi novio, era algo que no podía dejar pasar.

—Bien, supongo.

— ¿Supongo? —enarcó una ceja.

—Ha estado cansado y distanciado últimamente, hace una semana exactamente, no desconfío de él, en absoluto, pero me preocupa, quizá tenga un problema y no quiere agobiarme con él, no lo sé. —me encojo de hombros.

Maia comienza a morderse el labio y a desviar la mirada, causa de nerviosismo, decido dejarlo pasar y no tomar en cuenta su acto de nerviosismo.

Terminamos nuestra comida mientras conversábamos de temas singulares y reíamos, nos dirigimos a tiendas de ropa, compramos accesorios, jeans, entre otras cosas.

Mis pies no daban más de cansancio, eran aproximadamente las seis de la tarde, Maia me arrastró hacia una tienda de vestidos de todo tipo, casuales, formales, etc. y al momento de entrar quedé embobada con uno de estampado floral blanco, era pegado a la piel, me imaginé en él y me gusto el resultado, Maia se acercó a mí.

—Cómpralo, pronto te servirá. —me guiño un ojo.

Fruncí mis cejas y observe como se iba otra parte de la tienda a seguir viendo los vestidos de avance de temporada.

Tome el vestido y me acerque a la caja, y lo pagué sin pensarlo, cuando me lo entregaron Maia se apreció por mi lado y nos dirigimos al estacionamiento para irnos a casa.

Mientras Maia manejaba recibió una llamada de Wallace diciendo que se apresurara. Cuando llegamos a casa deje mis cosas sobre los sillones y me tire exageradamente sobre ellos.

—Ve a dejar las bolsas arriba. —Maia aun ni siquiera soltaba su bolso.

Me paré pero recibí una llamada de Justin.

— ¿Hola?

Hola, cariño. —sonaba feliz.

— ¿Cómo estás?, ¿no deberías estar ya en casa? —miró el reloj de la sala, que indican que son las 7 pm. Y Justin normalmente llega a casa a las 6 pm.

Yo bien, sí, solo es que... Nada, luego te explico.

—Bien, nos vemos luego, te amo.

Adiós, cariño, lo siento y te amo más. —sonó como tiró un beso al móvil.

Miré a Maia que me miraba mordiéndose las uñas, con nerviosismo nuevamente.

—Está bien, vas a parar tu estupidez y me dirás porque mierda estás tan nerviosa. —me puse en posición de jarra.

—No me sucede nada, es solo que... no me baja el periodo, eso, sí, eso es. —sigue mintiendo.

—Eso es mentira, dime la verdad ahora. —la mire desafiante.

—Está bien, sube a dejar las cosas a la habitación y te diré. —dijo dándose por vencida.

Subí con las bolsas a dejar las cosas en mi habitación y apenas abro siento el golpe de la puerta central cerrándose, avisándome que Maia se ha ido y además me encuentro con la cama llena de flores rojas, y en medio de la cama hay un ramo gigante, con una carta dentro con la desordenada caligrafía de Justin.

Amada Soph:

Te escribo principalmente porque me imagino en tu hermoso rostro una mueca de confusión, te preguntaras porque he estado cansado estos días y es porque esta sorpresa me ha tenido lo bastante ocupado. Usa el bello vestido que compraste hoy, que obviamente se verá hermoso en tu precioso cuerpo.

A las 8.30 pm estará tu chofer Wallace esperándote fuera nuestra casa, no te diré que te arregles para que te pongas bella, sería una ofensa a una belleza natural, te amo.


N/A:

En multimedia está como fue Soph.

Pos, penúltimo capítulo, gua llorar JAJAJ bromis, llegaron a los diez comentarios y cumplí mi palabra;).

¡Ahora deben llegar a los quince! de lo contrario subiré el próximo martes.

COMENTEN QUE OPINAN Y QUE CREEN DE TODO ESTO, QUE OPINAN DE LOS PERSONAJES.

Un beso y gracias por sus lindos comentarios!



WINGS ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora