Novio por Encargo

LA B - O - D - A.

La invitación llegó por correo.

"Mildred Evans y Peter Grayson estan encantados de invitarte a su boda."

Mildred Evans es mi prima, la hija del tío Oscar, el hermano de mi padre. Ella y yo siempre hemos sido unidas, aunque ella tuviera cinco años mas que yo. 

A sus veinticinco años, Mildred ya había conseguido marido. Y uno genial. Había conseguido a un Grayson.

Ser una Evans no es facil. Hay etiquetas, reuniones, protocolos que hay que seguir y jamás romper. El dinero también tiene un costo, tu personalidad. En el mundo elitista todos deben ser cortados por la misma tijera y aquél que no lo está, adaptarse al molde, si pretenden sobrevivir.

Y hablando de molde, ¿Cuál es el molde para mi?  Veinte años, debería estar estudiando una carrera en alguna universidad Ivy, tener un departamento propio, auto, y novio.

Ashley Rose Evans, veinte años, hasta allí estamos bien. Estudiante de arte en LAU (no es Ivy), departamento con vista a la ciudad, un escarabajo último modelo convertible y ni siquiera un amigo con derechos.

Esa era mi cuestión. La palabra solterona flotaba por mi cabeza a menudo, pero Emma, mi mejor amiga siempre lograba distraerme, exponiendo argumentos tales como: Eres demasiado jóven, no sabes lo que quieres para el desayuno, mucho menos sabes la clase de hombre que quieres para tu vida y ni hablar de un hombre en concreto. Y tiene razón.

Pero estos momentos, cuando sostienes la invitación de la boda de tu perfecta prima con su perfecto marido, son los momentos donde el rollo de la solterona se hace omnipresente. Ocupando cada recoveco de tu cerebro y tiñendo cada pensamiento con su peso.

Emma era hija de dos bohemios, no sabía nada de protocolos y era la principal adversaria de las etiquetas. Definitivamente, mi mejor amiga, no podría ayudarme con esto.

Y por si a caso la situación no fuera mas dramática, el sobre contiene dos invitaciones. Eso significa, trae a tu pareja. Sorpresa, no hay ninguna.