Los Locos Evans

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Para cuando Jason y yo salimos por la puerta de vuelos internos, dos enormes carteles que dicen "Bienvenida Ashley" se ubican en primera fila. 

- Amigos tuyos. ¿Creo? - Jason bromea y yo le doy un codazo. 

- Que comience la función. - le digo y juntos nos acercamos hacia el cartel. 


- No veo nada Mick. - Jennifer, la prometida de mi hermano se queja detrás de la pancarta, sin percatarse de que estamos detrás suyo. 

- ¡Sorpresa! - digo tocando el hombro de mi hermano para que se de la vuelta. 

- ¡Pero si aquí estas! - mi hermano me da un ligero e incómodo abrazo. Los Evans mostramos afecto en muy pocas ocasiones. 

Mi cuñada me saluda con un beso en cada mejilla y luego posa una mirada lujuriosa sobre mi acompañante.

- ¿Y este es tu novio Ash? - Jennifer comenta sin poder creer lo que ve. 

- Jason. - dice estrechando su mano de forma galante. Luego se da la vuelta y hace lo mismo con mi hermano, pero con firmeza. - Jason Fitz Patrick. 

- Pero sí que te lo tenías guardado hermanita. - Jennifer sisea entre dientes. 


- ¿Y a qué te dedicas Jason? - mi madre pregunta mientras pincha con el segundo tenedor un pedazo de pescado. 

- Estudio Derecho en Brown, pero planeo trabajar luego con mi padre. 

- ¿Escucuchaste eso cariño? - mamá le re pregunta a mi padre, que tiene la atención puesta en llamar al camarero. 

Como primer compromiso de llegada. Nuestros padres organizaron una cena con mi hermano y conmigo para celebrar el retorno de sus hijos. Nada podría ser mas incómodo que cinco horas con mi madre interrogando sin cansancio al nuevo integrante de la familia. Quién parecía no caerle en gracia. 

Luego de una hora de entrada y de interrogatorios a Jason por parte de mi madre, una nueva sorpresa no grata se acerca a la mesa.

- Oh Edward, has logrado venir. - dice mi madre deleitada con su presencia. 

En ese momento le doy un pisotón por debajo de la mesa a mi pareja para que me tome de la mano. Lo cuál hace. 

Lo único que quería en ese momento era esconder mi cabeza debajo de la mesa como una avestruz. ¿Que demonios hacía Ed aquí? 

- Ashley, encantadora como siempre. - su voz me despierta del trance de vergüenza en el que estaba flotando. 

- Ed. digo Edward. - lo saludo cordialmente, exprimiendo la mano de Jason. 

- Jason. - dice mi novio soltando mi mano y parándose para estrechar la de Edward. - el novio de Ashley. - dice y me dedica una mirada llena de orgullo. 

Jamás podría explicarle lo agradecida que le estaba en este momento. 

- Familia Evans, les presento a Tiara. - dice presentando a su acompañante. 

Tiara es alta rubia y despampanante. Justamente, todo lo contrario a mí. La idea de imitar a un avestruz vuelve a mi cerebro.

- Encantada de conocerte. - dice mi mamá insatisfecha, pero los invita a tomar asiento de todos modos. 

Edward, es mi ex novio. O podría decirse, ex amigo. 

Jamás llegó a ser mi novio, pero todo el mundo daba por sentado que íbamos a casarnos en algún momento. 

Él fue mi primera vez, y mi primer desamor, cuando lo encontré besando a Jennifer, que para ese momento no tenía idea de la existencia de mi hermano. 

Menudo drama. Pero mi madre jamás había perdido la esperanza de que volviéramos a estar juntos.

 Y para ser sincera, yo tampoco. 


 Luego de una velada totalmente incómoda, donde Jason y Ed intercambiaron miradas celosas. La noche llegó a su fin. 

La señora Wright, el ama de llaves, nos guía hasta mi vieja habitación de la casa de mis padres. 

- Wow. - dice Jason al tiempo que nos dejan a solas. - Debí haberte pedido mas dinero sin dudas. - dice al tiempo que se deja caer sobre la cama. 

- Muy chistoso. - digo quitándome los tacones, sin poder quitar a Edward de mi mente. 

Siento unas manos dándome un masaje en hombros y me pongo tensa. 

- Relájate. ¿Recuerdas lo que dijimos del contacto? 

- De acuerdo. - digo y relajo cuerpo bajo sus manos. 

- ¿Cuál es el tema con Edward? ¿Ex?

- ÉL. EX. - digo estirando mi cuello hacia delante para que pueda alcanzarlo mejor. 

- Déjame adivinar. Tu madre lo adora casi tanto como torturarte. - dice con la sonrisa impregnada en la voz.

Me doy la media vuelta y levanto una ceja. 

- ¿Eres adivino o algo así? - Jason sonríe orgulloso de su deducción. - Te iría bien tirando cartas.

- Créeme que los casos como los tuyos son mas comunes de lo que parece. - dicho esto, me baja el cierre del vestido en una maniobra rápida y se retira al baño. 

"Gracias" pienso irónicamente al tiempo que me coloco uno de los pijamas de la cómoda. Por suerte, mis padres conservaban mis pijamas mas nuevos, por lo que ahora vestía unos pantalones de franela a cuadros y una sudadera gris. 

- Creía que te encontraría en un pijama de Hello Kitty o algo por el estilo. - Jason dice con el pecho al descubierto y los mismos pantalones de franela que yo.

No puedo evitar perder unos segundos en admirar su cuerpo. Tenía pectorales fuertes y abdominales marcados. La tira de sus Calvin Klein le sobresalía por fuera del pantalón escoces, obligándome a fijar la mirada allí, por un micro segundo. Hasta que logro recuperar la decencia.  

- Te tomaste muy en serio tu papel de novio ideal, pero no hacía falta coordinar pijamas. - bromeo metiéndome en mi cama tratando de ignorar el hecho de que acababa de ojearlo de arriba a abajo de una manera muy poco profesional. 

Jason ríe orgulloso de su aspecto y se coloca a mi lado dentro de la cama, pero mirando en dirección opuesta.  

- ¿Que haces? - pregunto de manera obvia al tiempo que miro el colchón que preparé a mis pies. 

- Ni se te ocurra que con una cama tamaño King dormiré en el suelo. - dice alejándose de mí lo más posible dentro de su propia comodidad sobre el colchón. 

- Que mas dá. - suspiro apagando la luz de mi mesa de noche. 


Novio por EncargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora