Puede Besar a la Novia.

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Al volver a mi cuarto, el sonido de la ducha me dice que aquél momento íntimo había terminado. Maldiciendo para mis adentros agarro mi vestido de dama de honor y voy a prepararme al cuarto de mis padres.

El trayecto hacia el club de golf lo realizamos en silencio. Ninguno de los dos se anima a hablar de lo que había ocurrido una hora atrás.

Apenas mis zapatos de tacón pisan el césped del club, Rachel, la otra dama de honor, me lleva hacia el salón principal para un último ensayo antes de que comience la ceremonia.

Con una disculpa en los ojos me despido de Jason, que me da un asentimiento indicando que vaya tranquila.

Rachel me guía hacia el jardín trasero, donde un enorme gazebo se lleva el centro de la atención. Esta decorado con flores exóticas y cintas de colores en tonos pastel.

A un costado, veo a Edward charlando junto con los otros padrinos, quién me lanza una mirada perdida a medida que me adentro por el pasillo principal y me coloco del otro lado junto con Rachel y la hermana de Mildred, Socorro.

Mientras todos repasan sus movimientos, hago mi mejor intento por evitar la mirada de Edward que aparentemente no puede quitarme los ojos de encima.

Cuando el ensayo termina mi ex me toma por un brazo.

- ¿Que quieres? - digo plantándome en el medio del pasillo.

- Lo siento. - dice apenado. - Tu sabes que no soy así.

- Actuaste como un verdadero idiota. - le digo con tono desdeñoso. Sus lágrimas de cocodrilo no iban a engañarme.

- Es que, me he dado cuenta de que en verdad perdí mi oportunidad contigo. - Ed se acerca mas a mí. El resto del equipo de ensayo termina de salir a nuestras espaldas para darnos privacidad.

- Ed. Estoy con Jason. Y sí, perdiste tu oportunidad. - estoy disfrutando de cada palabra que sale de mi boca.

- Tiene suerte de tenerte. - dice en señal de rendición. - Si alguna vez te lastima, le patearé el trasero.

No puedo evitar reprimir una sonrisa.

- Adios Ash. - dice tomando mi cara entre sus manos dándome un tierno beso final.

Cuando nos separamos el me sonríe y yo también. Estamos en paz.

Al voltear, veo a Jason parado al extremo de la entrada con una rosa en las manos. La cuál tira al piso antes de irse corriendo.

- Jason. - su nombre se escapa de mis labios e inmediatamente corro detrás de el.


- ¿Que haces? La ceremonia empieza dentro de cinco minutos. - Rachel me dice al tiempo que paso corriendo a su lado.

- Estaré en un minuto. - me excuso y sigo corriendo detrás de Jason.

- ¡Jason! ¡Detente! - grito desganada a sus espaldas.

Él se detiene y me enfrenta con cara de pocos amigos. Espera a que mi ordene mi respiración y comienza a hablar.

- La verdad, no sé por que estoy así. No eres mi novia a final de cuentas. Esto es un trabajo y fue un error, mezclar las cosas. - dice cambiando su expresión poniéndose de buen humor de repente. Está actuando, y si no lo conociera, le creería.

- Jason.

- ¿Que?

- Lo que viste....

- No importa. El servicio empieza en dos minutos. - dice dejándome plantada en el medio del campo con la palabra en la boca. - Eres la dama de honor. No puedes llegar tarde. - dice a unos pasos por delante de mi.


El servicio comienza y yo tomo mi respectivo lugar a un lado del gazebo. Veo que del otro extremo Edward me mira. Me levanta una ceja, preguntándome como estaban las cosas. Creo que adivinó por mi expresión, que nada estaba bien.

Veo a Jason tomar asiento en segunda fila detrás de mis padres. El reverendo comienza su discurso sobre el amor, en la salud y en la enfermedad y una sarta de tonterías más, que en este momento no podía creer. Veo por la expresión en la cara de Jason que él tampoco.

- ¿Alguien tiene algo que decir que pueda afectar la unión de esta hermosa pareja? - el reverendo hace la típica pregunta y yo impulsivamente levanto la mano.

El público lanza un "oh" coordinado que resuena por toda la habitación. Una vez en el ojo de la tormenta no puedo echarme atrás. Doy un paso hacia el centro de la pista y pido perdón a Mildred con los ojos por robarle su momento.

- Mildred, Pete. Son una pareja perfecta. No hay nada que nadie pueda decir que logre separarlos. No. Lo que tengo que decir no es sobre ustedes.

Escucho varios suspiros de alivio, principalmente provenientes de mi tía que ya estaba preparándose para la tragedia.

Doy un vistazo a Jason que me mira con los ojos como platos sin saber lo que estoy a punto de hacer.

- Como verán. No soy tan buena como mi novio para dar discursos. Nadie puede culparme el es un actor profesional, yo no. Y de eso quiero hablarles. A pesar de la hermosa historia que contó esta mañana, él no es mi verdadero novio. - puedo escuchar otro "oh" general por parte del público.

- Lo contraté para que viniera aquí y yo no tuviera que enfrentarme a Edward sola. - a Ed se le cae la mandíbula al piso, para luego recomponerse y esbozar una sonrisa de autosuficiencia. - Pero con el transcurso del fin de semana he llegado a conocer a Jason lo suficiente como para querer conocerlo mejor. - los invitados supiran con un "ah"

- Y justo cuando las cosas iban de maravilla. Edward, no tiene la mejor idea que darme un beso de despedida justo después de que le hubiera dicho que prefería a Jason antes que él. - en ese momento veo como la expresión de Tiara se transforma.

- Y mi querido novio falso nos vió. Así que no tuve mejor idea para disculparme con él que hacer el ridículo delante de todos ustedes, rogando que mi humillación pública logre compensar...

- Cállate. - Jason se levanta de su asiento a medida que se acerca a mí.

- Estoy haciendo esto por tí, déjame terminar. - respondo determinada a terminar mi discurso. - Así que no tuve mejor idea que..

Jason esta justo delante de mí.

- Te perdono. - dice sonriendo. - Ahora vámonos y dejemos que Mildred se case en paz. - dice tirándo de mí para alejarme del centro.

- Esperen. - Mildred dice desde el altar. - Beso. - comienza a canturrear.

- Beso, Beso. - el público canta con ella.

Jason me mira sonriendo y me seca una lágrima que se escurre por mi mejilla. Tomando mi cara entre sus manos me besa delante de toda la fiesta. Esta vez de verdad.


Novio por EncargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora