Viejos Tiempos

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El almuerzo se extiende varias horas mas hasta que solo quedamos unos pocos compartiendo la mesa principal. Mildred Peter, Tiara, Edward, Jason y yo.  

Ed, no me ha quitado la vista de encima en todo este tiempo. Mildred insiste en mostrarle a Jason y Tiara el bote en el que ella y Peter irán de luna de miel. 

- Es una reliquia familiar, y todos aquellos que aspiren a ser parte de esta familia deben conocerlo. -  dice mientras tira del brazo de Jason, quién me mira pidiendo permiso. Le hago un gesto con la cabeza indicándole que vaya tranquilo. 

Todavía sentada y con la incómoda sensación de quedar a merced de Peter y Edward despido a mi pareja sonriente. 

- Bueno, yo iré a dar una vuelta. - Peter dice sin siquiera disimular que busca dejarme a solas con Ed. 

En cuanto sale por la puerta, Ed coloca su silla frente a la mía. Nuestros pies descalzos se tocan causando una corriente eléctrica que me recorre todo el cuerpo. 

- ¿Ahora qué? - digo evitando sus ojos. 

- Te quiero Ashley. - dice sin rodeos. 

- Yo también Ed, pero los dos hemos seguido caminos distintos y.. 

Ed habla sobre mí. 

- Todavía estoy enamorado de ti. 

- Acabas de llamarme frígida delante de toda mi familia Edward. - digo conmocionada y fastidiada al mismo tiempo. 

- ¿De que hablas? No estaba hablando de tí. Tu jamás has sido mi novia. 

- Que ni siquiera me hayas considerado una novia me duele más que si de verdad te hubieras referido a mí hoy. - luego de escuchar aquello, decido que no voy a perder mas tiempo en él.

Me levanto de la silla y comienzo a caminar hacia donde sea que se haya ido Mildred con Jason. 

- Espera. - dice tomándome suavemente de la mano. 

En cuanto me volteo tengo a Edward a menos de diez centímetros de mi cuerpo. Nuestros ojos se encuentran y no puedo evitar caer bajo el efecto de sus ojos verdosos.

- Te odio. - le digo enfadada por que tenga ese efecto en mí. 

- Yo no. - dicho esto, coloca sus manos en mis mejillas y acerca su rostro al mío para besarme. 

Sus labios son cálidos y demandantes. Tal y como lo recordaba. No besaba a Edward desde la fiesta de navidad de Paula Reyes, hace un año. Y para ser sincera aquél recuerdo era el que me llevaba a dormir por las noches. 

- Mildred y la manada se acercan. - la voz de Peter se escucha y yo empujo a Edward lejos de mí, como si tuviera rabia. 

Por algún motivo no quiero que Jason me vea con él. Haberlo besado se siente mas como una derrota que una vitoria. 


- ¿Que tal el bote? - pregunto a Jason desde el asiento de acompañante de mi automovil. 

- Una belleza. Pero creo que tu prima estaba mas concentrada en descubrir si era un hombre decente para tí o no. 

Lanzo una pequeña risa. Y concentro mi vista en los árboles que rodean al oyo 18. 

- Eso suena como Mildred. - digo mirando por la ventana. 

- Lo besaste. ¿Verdad? - dice aparcando en una orilla de la ruta de salida del campo de golf. 

- ¿Por que te detienes? - pregunto mirando su enigmático rostro. 

- Responde Ashley Rose. - dice serio. 

- Si. ¿Contento? - digo de mala manera. - Ahora llévame a casa. - miro al frente, ignorándolo deliberadamente.

- Sabes que te quiere solo porque no puede tenerte. - Jason pone el auto en marcha. - ¿Lo sabes?

- Lo sé. ¿Por que insistes tanto en recordármelo? - la tristeza se apodera de mi voz, al pensar en cómo Ed, me había ignorado todo el año que pasó. 

- Por que eres buena, y no mereces sufrir por un inútil así. - dice mi novio falso entre dientes. 

- ¿Y a tí que mas te da? - replico sin mirarlo. 

- Olvídalo. 


Novio por EncargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora