Comienzo de mi enemigo

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Estaba caminando por una calle junto con Aiden para poder espirar el aire del otoño y pasar el tiempo, ya la gente estaba empezando a usar chaquetas o abrigos porque cada vez hacia más frio aunque a mí me gustaba porque me gustaba tener aire frio en los pulmones.

Estaba mirando unas botas estaban expuestas en una vidriera cuando recibí una llamada de Ben.

- ¿Si? -Respondí.

- Claire soy Ben necesito que vengas a casa -Dijo.

-¿Eh? ¿Qué pasa? -Dije acercándome a Aiden.

- Estoy con Gemma y los demás, necesitamos hablar un tema contigo.

- ¿Qué tema? -Dije subiendo al auto.

- Es un poco largo para hablarlo por teléfono además es preferencial que estés acá.

- Esta bien ya vamos para ahí -Dije y colgué.

- ¿Que ha pasado? - Dijo Aiden manteniendo su vista en la carretera.

- No lo sé, solo me llamo Ben diciéndome que debíamos ir a tu casa porque debían hablarme de algo.

El no dijo nada más y acelero.

Llegamos a su casa y caminamos deprisa, en interior sonaron nuestros pasos por el lugar principalmente los míos en parte por el tacón de mis botas y también porque estaba pisando duro debido a la preocupación e incertidumbre que tenía adentro. Los encontré en la mesa del comedor todos estaban algo tensos y serios.

- ¿Que ha pasado? -Dije.

- Ya te diremos, que hora es Jake? -Dijo Ben.

- Seis y media. -respondió.

- Mejor vámonos ya -dijo levantándose.

- ¿A dónde vamos?

- A sacra Luco, allá te explicaremos todo -Dijo Gemma.

Tardamos quince minutos en llegar en parte porque estaba oscuro y también porque iban en forma de humano ya que si se hubieran transformado en lobo y se fueran corriendo no podría seguirles el paso.

- Vinimos aquí para decirte quien es la persona a la que debes enfrentar - dijo Jake.

La persona que debo enfrentar.

- Vladimirus Moldoveanu

- Vladimirus Moldeveanu?

- Se puede decir que es el rey de los vampiros. -dijo Brian.

- Ben ya es hora -dijo Gemma mirando la luna.

- Muy bien -respondió.

Los cuatro se pusieron alrededor del círculo del claro.

- Claire ponte ahí -dijo Brian- señalándome el puesto entre Gemma y Ben.

- ¿Listos? -dijo Ben, todos asintieron- bien.

Todos alzaron la mano y en la otra vi algo brillante: navajas. Todos se cortaron la palma de la mano y dejaron caer la sangre en el círculo.

Maiorum uirtute hostium fore petimus -dijeron en un unísono.

- Claire extiende tu mano -dijo Ben.

Retrocedí un paso y junte mis manos.

- Es necesario Claire, tienes que dejar de tu sangre.

Indecisa extendí la mano y me cortó el dedo índice y corazón.

- Una gota de sangre será suficiente.

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