Esta sensación de angustia es sofocante.

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Cada día de su vida era lo mismo, siempre mantener ese miedo presente al esperar la llegada de su esposo sano y salvo, aún cuando algunas veces dormía hasta altas horas de la noche, prefería estar despierto para recibirle y cerciorarse de que todo estaba bien.

La profesión de Kagami impedía la tranquilidad de cierto peliceleste, pues ser bombero implicaba arriesgar demasiado tu vida para salvar otras. En bastantes ocasiones Kuroko se sentía un tanto egoísta por pensar esa clase de cosas, pero lo cierto era que si llegaba a perder a su pareja todo su mundo se vendría abajo y más ahora que ambos serían padres dentro de no mucho.

- Estoy en casa - anunció una voz bien reconocida por Tetsuya, quien aún algo adormilado se levantó del sofá en el cual le esperaba y susurró un débil "bienvenido". - Cielos. Si tienes sueño tan sólo ve a dormir, no hay necesidad de que hagas esto todos los días, ¿sabes?

- Pero, Taiga-ku...

- Piensa en el bebé, si tú estás mal, él y yo también - musitó suavemente el pelirrojo agachándose un poco para besar los suaves y dulces labios de su pequeño, quien correspondió a este con un tenue rubor en sus mejillas. - Eres tan adorable - susurró aún cerca de él esbozando una ligera sonrisa. - Ve a dormir, yo tomaré una ducha y te alcanzaré después de comer algo.

- Está bien, no te demores, por favor - tras aquellas palabras caminó hacia la recámara de ambos para recostarse en la cama y cerrar los ojos. Arrojó un pesado suspiro.

"Pude verlo otro día mas, que alivio", pensó, en un intento por calmar la inquietud que a pesar de todo continuaba. Acarició su vientre, "¿Qué haré? Cada día me preocupa mas tu padre."

[° ° °]

Eran alrededor de las 07:00 horas, no había escuchado el despertador y tampoco podía pedirle a Kagami que lo despertase, pues él tenía un horario diferente al suyo y además, al regresar agotado lo único que deseaba era descansar, deseo en el cual Kuroko no interferiría.

Himuro era consciente de todo lo que estaba pasando junto con el embarazo, y por ello se ofreció a pasar por él desde que supo la noticia.

Se duchó y arregló lo más rápido que le fue posible, tomó su almuerzo y salió de la casa esperando que su cuñado aún no llegase, al parecer aquellas súplicas fueron escuchadas, pues tan solo unos minutos después de haber salido Himuro llegó.

- Buenos días, Tatsuya-kun - dijo mientras subía al auto.

- Buenos días, Tetsuya, ¿qué tal están?

- Bien, Taiga-kun ha llegado bastante agotado últimamente, pero estamos bien... los tres.

- Me alegra escuchar eso, sé que te preocupa pero por favor confía en él, cuando se casaron prometió estar siempre contigo, ¿no es así? - Kuroko asintió. - Entonces confía en esa promesa y nada más, yo sé que lo estará, Taiga no puede abandonarles - el pequeño chico junto a él tan sólo atinó a sonreír un poco.

"Lo sé, no es necesario que me lo repitan, pero aún así, Tetsuya-kun, tú tendrías el mismo miedo si estuvieras en mi lugar". Después de aquel pensamiento se propuso no darle tantas vueltas al asunto.

[° ° °]

Una llamada había llegado a la estación de bomberos.

- ¡¡El Jardín de Infantes Yoshitawa se está incendiando, envíen equipos de inmediato!!

Ese grito fue suficiente para que la piel de Kagami se herizara por completo y una horrible sensación invadiese su ser, mil latidos por segundo quizá sería poco para su actual pulso cardíaco. La imagen de su pequeño peliceleste era lo único que le cruzaba por la mente mientras conducía hacia el lugar indicado. De todos los Jardines de Infantes, ¿¡por qué precisamente el Yoshitawa!?
Una pregunta cruel, hecha para sí mismo.

Tengo miedo de perderte. [KagaKuro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora