"Esto es más de lo que puedo soportar..."

5.2K 415 49
                                    

Tan pronto como fue dado de alta el médico indicó que debería asistir a terapias, explicando que así sería menos complicado afrontar la situación al igual que el trauma resultante de lo ocurrido, claramente para ambos chicos no era nada sencillo asimilar lo que estaban viviendo, pero Kagami realmente agradecía la suerte con la que podían llegar a contar, pues a pesar de todo, el pequeño peliceleste sería capaz de embarazarse en otro momento, de cierto modo se sintió una persona repugnante por pensar esa clase de cosas en un momento tan crítico como lo era aquel, pero dada la condición tan terrible de su hermano -quien ahora era completamente incapaz de crear vida- el alivio se hizo presente al recibir la noticia. 



Después de su salida del hospital tomó una semana para dedicarse a descansar, entre comillas, ya que adoptó la manía de acariciar su vientre, terminando por cristalizarse sus ojos al caer en cuenta que nadie respondería a esas caricias. El regresar a su trabajo tampoco fue sencillo, ver padres al pendiente de sus hijos, niños sonriendo con ternura mientras les recibían con un abrazo, unos pocos cuestionando sobre su sensei bebé, como ellos solían llamar al pequeño que esperaba, afortunadamente Himuro se encontraba siempre cerca para responder a los infantes por él con un "sensei bebé ahora está dando clases en otra escuela por que no había suficientes profesores allí", recibiendo un "esperamos que regrese pronto, Tetsu-sensei se ve triste si él no está", claramente las palabras no eran dichas con malas intenciones por los pequeños, sin embargo, para Kuroko no eran más que un par de puñaladas en el corazón que no estaba seguro de lograr soportar, pero a pesar de ser su situación un tanto más severa, Himuro le brindaba todo el apoyo posible. Siendo consciente el peliceleste de que ambos eran padres que perdieron a alguien que vivía dentro de ellos, tenía una razón suficiente para confiar aún más en él.

Alrededor de casi dos meses transcurrieron, tiempo suficiente para que Kuroko comenzara a sentir que algo le hacía falta, no era como que antes no fuese así, pero el sentimiento de soledad crecía conforme transcurrían los días, contaba incondicionalmente con el apoyo de su pareja, eso lo tenía más que claro, pero no tenía nadie con quien conversar sobre sus preocupaciones, que estuviese con él en las noches que Kagami llegaba tarde y lo reprendía por no descansar como era debido, en esos instantes precisamente, Himuro no era una opción pues al casi llegar el aniversario de dos años desde su pérdida estaba sumido en aún más angustia de la que ya.

Había sido capaz de soportar con esfuerzo las preguntas ya no tan constantes de algunos pequeños en su lugar de trabajo, pero lo que ocurrió ese día le dejó tan desconcertado que al llegar a casa sólo se encerró en el baño, siendo imposible retener las lágrimas mientras llamaba a su hijo en susurros.





—En verdad quiero que sensei bebé regrese.

—Si, también lo extraño.

—Además, Tetsu-sensei está triste desde que ya no está.

—Él ya no va a regresar.

—¿Qué quieres decir Kenya?

—Sensei perdió a su bebé, ya no va a regresar, ¿es que no lo notan? Dejen de molestarlo, sensei más que nadie sabe que ya no va a regresar y se nota que no es fácil para él.

Aquello bien podrían no ser más que palabras inocentes de niños pero la realidad había azotado contra el pecho de Kuroko, escuchar eso definitivamente logró mandar por los suelos todo progreso posible que hubiese conseguido en esos meses, no pensó en nada más y sólo salió de las instalaciones, avisando a Himuro que no se sentía bien.

Tengo miedo de perderte. [KagaKuro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora