El reloj apuntaba las 10 con 46 minutos de la mañana, hora en la que Kyle extrañamente se encontraba despierto, y no durmiendo como acostumbraba.
Primero que todo, las cosas claras: él era un completo mujeriego; muy atractivo y todo un galán con las chicas. Así que razones para sentir lástima por él no existían.
El porqué de sus horribles ojeras tenía un nombre y una larga cabellera castaña: Raechel.
Ni él sabia por qué se sentía tan mal con aquella ruptura, después de todo -al menos para el chico- sólo era una más a la colección. Pero se podría decir que ella tenía ese algo.
Con mínimos esfuerzos Kyle se levantó de su cama para dirigirse a baño para darse una merecida ducha. Aunque, después de ella, no tenía nada planeado. Pero la higiene ante todo.
Posterior a la ducha, volvió a su cama y se acomodó entre las blancas y frías sábanas, tratando de entrar en calor.
Se dio media vuelta, mirando hacia la ventana, la cual le brindaba un blanco y lleno de nieve paisaje, tratando de buscar respuestas sobre lo que pasó.Los minutos pasaban y Kyle aún estaba en blanco, sin una mínima idea de la razón de la ruptura.
Su celular vibró sobre el pequeño y café escritorio y él dirigió su vista hacia la pantalla de este. Por lejos que estaba logró notar que era un mensaje.
Pensó, por un momento, que era la causante de todo esto.
Pero, pensándolo bien, pensó mal.Chad: ¡Adivina qué es verde y blanco con forma de sirena y que acaban de inaugurar hoy después de más de seis meses!
Kyle respondió:
No sé. No fastidies, hoy no es mi día.
C: ¡Vamos, no seas así! ¿Más de seis meses esperando y llegas y me rechazas así como así?
Agregó:
Si no tienes dinero, no te preocupes, yo pago, mira que con todo lo que he ahorrado me alcanza para unos diez chocolates calientes.
"Chocolate caliente" pensó Kyle.
Sería una buena idea con este frío, pensó.Está bien. Te acompaño, en diez minutos más estoy en la puerta de tú casa.
—¡Sorpresa!- gritó Chad adentrándose en la habitación.
Y antes que Kyle pudiera decir algo, agregó:
—Y será mejor que te apures, porque no estoy dispuesto a esperar un minuto más.
Posterior a que el muchacho terminara de vestirse, ambos bajaron la escalera y salieron de la casa camino a la esperada cafetería.
El trayecto hacia esta cafetería era de diez minutos.
Y para Chad los diez minutos más largos e incómodos de su vida, ya que su amigo se limitó a abrir la boca.Cuando por fin llegaron, podía notarse un edificio de dos pisos el cual había sido reemplazado por una tienda de velas aromáticas. Fuera de este se encontraban sillas junto con una mesa redonda y pequeña y una sombrilla en el centro de esta. Arriba de la puerta de cristal, en unas verdosas y grandes letras, podía leerse el nombre de aquella cafetería: Starbucks Coffe.
—¿Y, —preguntó Kyle, después de un largo rato sin decir nada— entramos o qué?
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Starbucks Coffee [EN EDICIÓN]
Novela JuvenilR E E S C R I B I E N D O © saadturno, 2015.