UNO

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¿Comprometida?

Golpeé con todas mis fuerzas el enorme saco mugriento que usábamos para entrenar los nones.

—¡Vamos, Lila, tu puedes, nena! —exclamó Lucy intentando darme ánimos, sabía que yo estaba totalmente exhausta después de todo un día de entrenamiento.

—Ahhg... Ya no creo poder  —volví a darle un puñetazo más, pero esta vez el golpe fue sordo. No. Mi cuerpo no podía más.

—Oh, Lila  —soltó el saco, tomado una toalla y secando el sudor que perleaba mi frente.

—Lo siento... —me disculpe con Lucy mientras agachaba el rostro, tirándome en el suelo para descansar y recuperar el aliento— Pero ya no puedo más... Eh entrenado todo el dia...

—Si, y deberás hacerlo más si quieres ser cazadora —replicó Lucy, ofreciéndome una botella de agua.

—Que compadeciente eres... —murmuro tomando la botella de líquido frió. Perfecto para mi en esos momentos.

— ¡Ja! ¡Pero por supuesto que lo soy! —Lucy sonrió de medio lado— ¿o acaso quieres que sea como Ice Queen? —alce una ceja ante su comentario— "Niña, deberías estar entrenando para que te conviertas en una cazadora de brujas como yo, sino, te arrancaré el corazón yo misma en lugar de esas malparidas" —dijo trabajando de imitar su voz tan fría y rígida, cambiando su expresión de alegre a una muy gris, sin sentimientos.

Estuve a punto de caer en carcajadas de no haber sido por que la auténtica dama cero sentimientos estaba tras de ella.

—¿Qué? ¿A casó no la imite bien?

Lucy... le susurre en un hilo de voz, casi solamente moviendo los labios para que dejará de imitar a la persona más fría y antipática del mundo.

—¿Huh? —arqueó una ceja de manera interrogante.

—¿A quién imitaba según usted tan bien, Cazadora Ackerman? —la sólida voz del hielo hizo a su rostro palidecer, tensando cada músculo de su rostro y cuerpo.

—Eh... y-yo sólo... —balbucea, y luego comenzó a soltar una risilla nerviosa mientras se rascaba la nuca— S... Sólo intentaba animar a Lila con su entrenamiento, ya sabe, faltan pocos días para el gran día...

Taylor no dijo nada. Como de costumbre.

—Seguro  —dijo después de largos segundos de incómodo silencio que casi me provocaban mareo— En cuanto a usted, none Russel, su padre, el Gobernador Russel, desea hablar con usted. Me dijeron que la esperan en la gran cena de bienvenida a los DemonHunters que vendrán de su misión en Chicago...

— ¡Oh mi dios! ¿ya llegaron? —interrumpió Lucy con sus esmeralditicos ojos grandes y relucientes de emoción. Taylor apenas si giro su rostro inexpresivo hacía ella, diciéndole todo con su simple silencio. Luego volvió su mirada a mi.

—Duchesé, arreglese y no tarde, que no quieren iniciar la bienvenida sin usted  —en un silencioso movimiento, dio media vuelta, esquivando (en momentos empujando) a los demás nones que estaban entrenando duro para el gran día, como yo.

—Ahg... Es tan... —Lucy dejo salir su odio hacia Taylor— ¡Cómo quisiera poder golpear su perfecto rostro amargado! —golpeó uno de los costales que colgaban con tanta fuerza en su puño, que logró lanzarlo a varios metros hasta chocar contra Max, el más enclenque de todos— ¡Es una fastidiosa!

—Tal vez  —asentí mientras abría la botella de agua helada—, pero como nos dijo Jason: tuvo un pasado muy duro que hizo a sus sentimientos dormir en un sueño crohegenico. No pidas que sonría, es igual de terca y testaruda que yo.

Demon Hunters® (Libro #1) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora