Kuroko no Basket One-Shots

Aomine Daiki x (T/N)

Te habías enterado que Aomine Daiki solía faltar mucho a clases, esta noticia te lo dijo casi todo el mundo pero no lo tomaste en serio hasta que Momoi te lo dijo una tarde.

Hoy era día de puertas abiertas en el instituto Too Academy y las chicas de allí habían preparado un café de Maids, por lo que Momoi te pidió ayuda ya que en las clases del Too Academy no solían haber muchas chicas.

-Vamos (T/N), te he preparado un traje fantástico -dijo Momoi, enseñándote un traje de Maid bastante corto para tu gusto y con un sugerente escote.

Tenías la sensación de que si Aomine te viera con ese traje, no saldrías virgen de aquel lugar.

El café abrió y las chicas atendían a todo el que entraba, por desgracia a ti te tocó atender a una mesa donde habían unos chicos que no paraban de acosarte, intentabas ser amable pero esto ya te superaba.

Tú ibas a venías de las mesas y parecía que los chicos no se iban a cansar nunca, incluso Momoi se paró en frente de ellos para regañarles un par de veces.

Entre tantos intentos de piropos que te lanzaban, no notaste cuando de repente el local se silenció y todos se quedaron mirando la entrada, era Aomine que se había preocupado por entrar en una clase, aunque ese día no era un día lectivo.

-Guau, creo que es la primera vez que viene en dos meses -te dijo Momoi con un codazo en el brazo y mirada cómplice.

Aomine Daiki no dijo nada, simplemente se sentó en una mesa que estaba vacía al lado de aquellos chicos molestos, creías que se iban a pelear pero pensaste que si aparecía ese chico pararían de acosarte. El chico moreno te indicó con el dedo que tomases tú su pedido, te acercaste a él muy nerviosa y fue cuando en ese momento uno de aquellos chicos molestos te tocó el trasero, creías que nadie lo notó pero resultó resonar en todo el local aquel golpe.

Pensaste por un momento que serías tú quien iba a matarlos, pero fue justo en ese momento cuando Aomine montó un alboroto en menos de 5 segundos. Cogió a todos los chicos y los tiró fuera de aquella clase, todo el mundo escuchó aquel alboroto y se asomó a los pasillos para ver qué pasaba.

-¡El único que puede tocarle el culo a mi novia soy yo! -dijo Daiki a lo que tú te sorprendiste tanto que te escondiste en la cocina.

Aomine y tú no eran novios, estaba claro que lo dijo para que te dejasen de molestas aquellos chicos, pero estaba claro que aquello te importaba, te llamó novia y eso no podía quedar así.

Cuando volviste en ti saliste de la cocina.

-Momoi-san, ¿dónde está Aomine? -preguntaste al no ver al moreno.

-Tuve que echarlo porque montó mucho alborto... Tranquila, está en la azotea, cámbiate y ve con él -te dijo con una leve sonrisa.

Hiciste caso a su consejo y te cambiaste rápidamente a la ropa que llevabas anteriormente, un vestido de (color preferido) y subiste corriendo a la azotea del lugar.

Daiki se encontraba tumbado en la azotea, tú te subiste con cuidado de no molestarle y cuando estuviste enfrente de él le saludaste.

-¡Bú! -dijiste a lo que él pegó un grito y se sonrojó al verte.

-¡Q-qué susto me has dado! ¿Tú no estabas en el café? -dijo molesto, intentando sentarse en aquel lugar.

-Momoi me dijo que podías escaparme -sonreíste y te sentaste en frente de él- Se ve que se asustó porque dijiste que alguien te importaba más que tú mismo -bromeaste por lo que dijo el moreno anteriormente.

-Ah eso -dijo Aomine mientras se acariciaba el cuello- Era una broma, ya sabes, para que se fueran.

-Pues vaya -bufaste por su contestación, en ese momento fue cuando tomó tu cuello para atraerte a él.

-Aunque podemos hacer de esa mentira una realidad -sonrió de tal manera que hizo que tus mejillas se tiñeran de rojo y a continuación plantó un sencillo beso en tus labios.

-La verdad es que no me importaría -intentaste decir para parecer ruda, aunque solo hizo que el oji azul se riera.

-Entonces... Si eres mi novia puedo hacer esto -hizo que te tumbases un poco encima de él para que pudiera darte una nalgada.

-¡Bakkaomine! -gritaste roja de la furia.

-Yo también te quiero -soltó una pequeña risa entre sus labios.

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AY CHICA QUE NO QUEDA NADA PARA QUE SUBA LOS LEMONS uvu