Capitulo VII

82 6 1
                                    

Voces, luces que parpadean constantemente, tumbos de un lado para otro y el rose de una tensa cama...

Han pasado años desde que no siento esta sensación, sensación de incomodidad, dolor, y digamos que una total confusión. Hace tiempo que no me llevaban en una ambulancia hacia un hospital.

Recuerdo haber despertado a la mitad del camino; ahí estaba yo, mirando al techo de la ambulancia, sintiendo los tumbos que daba por cada vuelta que giraba o bache que pasaba por alto, volteé a un lado, había una enfermera tomándome la presión y verificando mis signos vitales. Cuando giré para ver hacia el otro lado, mi corazón se partió en mil y un pedazos... Ahí estaba April, tomándome la mano, envuelta en lágrimas y mirando desesperadamente a la enfermera.

"¡Puntos para el idiota de Derek! ¡Yhei!" pensé antes de caer nuevamente inconsciente.

El ambiente frío y áspero del hospital me invadía, estaba completamente consciente pero no podía abrir los ojos, escuchaba a mí alrededor un silencio estremecedor, solo una respiración fuerte por mi hombro casi al lado de mi oreja. Era desesperante el no poder levantarme y decirle a April que estaba bien, porque obviamente era ella, no era una de esas enfermeras psicópatas que se enamoran de sus pacientes. Es medio enfermizo, solo imagino sus pensamientos mientras me ve tendido: "Es tan bello mientras duerme" Oh Dios, hasta psicópata se podría decir.

Y ahí estaba yo, luchando para poder mover por lo menos algo, abrir los ojos, hablar. "¡Vamos!" Gritaba en mi interior, pero al parecer mi cuerpo no quería responder.

— Derek...—escuché la voz de April cerca de mi oído, sonaba ronca, como con un nudo en la garganta— Lamento haberte hecho esto, es mi culpa que estés así... Yo... Lo siento...

Escuché como lloraba, sentía como caían sus lágrimas en mi hombro y ella recargando su frente en él.

En ese momento logré abrir un poco mis ojos, una pequeña lágrima calló de ellos, y con un suspiro...

— Gracias... Pero... No es tu culpa...

Ella levanto su mirada hacia mí, se limpió las lágrimas y contuvo unas cuantas dentro de esos bellos ojos.

Hice lo que pude para por lo menos poner mi mano encima de la suya, darle una señal de que quería consolarla, hacerle entender que estaba bien.

Las horas pasaron, poco a poco iba reincorporándome y en unas horas ya estaba completamente sentado.

— Oye, tienes que volver a tu casa.—le dije a April— Pronto será media noche y tú estas en un hospital, que no sé qué tan lejos esté de tu casa, de seguro tienes a tus padres preocupados.

— Pero... Quiero quedarme aquí contigo, le pregunté a los doctores que si me podía quedar a dormir aquí, y me dijeron que no era ninguna molestia.

— ¿Y tus padres?

— Descuida, ya los he llamado. Les dije que estaba en casa de una amiga... Je je je...–—sus mejillas se tornaron rojas y su risa nerviosa apareció.

— Niña mentirosa. —le tome una mejilla y se la pellizque despacio— No tienes que preocuparte tanto por mi ¿sabes? Ya tengo 16, soy un niño grande y esto sólo pasó por culpa de Thomas y aquellos tipejos de su grupito.

— Debes admitir que parte de que estés ahora aquí, es por mi culpa... Ya que él tiene "celos" de ti, ya que ahora que no soy su novia, se dio cuenta de lo importante que era para él.

— Patético—dije entre dientes— Es un idiota por no saber apreciar lo que tiene en frente, y más aún porque no sabe lo mucho que perdió. —después de decir esto, April fijó su vista en mi por unos momentos.

Mi Final AlternativoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora