VII: La primera vez.

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Advertencia:
Éste capítulo contiene lemon. Aunque sé que a nadie le importan las advertencias. 7u7


......

Querido abuelo:

¿Cuánto ha pasado desde que conocí a Feliciano? ¿Seis meses? ¿Quizás más? La verdad es que soy muy malo con las fechas. Él y yo comenzamos una relación justo después de que los documentos de divorcio fueran aprobados; sólo faltaba que ella firmara. Yo estaba tan feliz, y él aún más al saber que ya era un hombre libre ante la ley. La verdad es que no todos estaban felices; mi padre simplemente encontraba inmoral que haya dejado a Regina por otro hombre, y de mi madre ni hablar. A ellos le importaba sólo lo que la gente pensaría y ni siquiera se molestaron en preguntarme las razones de nuestra separación. sabes perfectamente como son. El único consuelo que pude llegar a tener fue el de mi hermano, quien de cierta manera, me apoyó y me aconsejó en todo lo que necesitaba.

Al fin conseguí un lugar en la ciudad; Feliciano y yo compramos una hermosa casa. No es muy grande, pero tiene un hermoso jardín y una vista impresionante. Es perfecta para los dos.
Sin duda alguna mi vida junto a él es una maravilla, a pesar de que aún no hemos formalizado del todo nuestra relación. Aún no le pido que sea mi pareja, pero dudo que las cosas que nosotros hacemos sean de simples amigos. Además, asumí ya que estoy enamorado y que esto no es un simple juego.

Estoy tan feliz... Ojalá estuvieras aquí para ver que la felicidad me llena, como a ti e incluso siento que ya puedo sonreír como .

......

La mañana sin duda alguna era de mi agrado, ya que siempre despertaba y hallaba a la persona que amaba. Sentí una especie de escalofrío que recorrió mi desnuda espalda, pero claramente no era una brisa. Los dedos de Feli recorrían mi piel y trazaban pequeñas líneas irregulares que me hacían suspirar. Es bastante raro para mí despertar de esta manera, pero aún así me encanta. Mis ojos celestes se abrieron lentamente y lo primero que vi fue aquél rostro angelical y esa preciosa sonrisa que siempre me mostraba.

— Buona giornata, amore mio. — Me dijo con suavidad e inclinándose hacia mí, me besó. Esos besos en la mañana eran una especie de "Levanta muertos".

— Mmh, buen día... — Me estiré flojamente y me giré, quedando boca arriba. Él aprovechó la circunstancia para colocarse encima mío. No lo negaré, es bastante excitante que se ponga sobre mí, pero demasiado peligroso, ya que durante estos meses, jamás me he sobrepasado con él y precisamente en ese instante me sentía algo necesitado.
Su inocencia y mi torpeza eran los impedimentos fundamentales cada que nos dejamos llevar, pero ésta vez, sin siquiera preguntar, ya me hallaba acariciando su abdomen desnudo.

Bendita sea la costumbre que tiene de dormir desnudo.

Él simplemente entrecerraba sus ojos y se sonrojaba, dejándose acariciar por mí. Acallaba los pequeños jadeos y yo, bueno, estaba hecho un manojo de deseo y sensaciones que nunca antes sentí. Un pequeño "problema" yacía debajo de mis pantalones de pijama y él presionaba con su cadera, como si estuviese haciéndolo a propósito para martirizarme.

— Oye, no presiones tanto. — Le pedí en voz baja.

— ¿Por qué, Lud...? ¿Te molesta? — Hizo un pequeño puchero que me derritió completamente.

— N-no es eso, es sólo que si continuas, querré más y...

— ¿Y...? Sabes que no me negaré si quieres hacerlo. — Confesó, haciéndome quedar sin aliento. ¿Cómo se supone que me tenía que tomar eso? ¿Feliciano me acaba de dar permiso para hacerle el amor?

...


Los gimoteos de Feliciano son casi como una especie de alimento para todos mis sentidos. Mis labios recorrían aquel abdomen con toda libertad, mientras mis dedos ultrajaban delicadamente su estrecho y cálido interior, en movimientos lentos, llenos de ternura.

Dios, ¿en serio estamos a punto de hacer esto...?

Él se aferraba intensamente a las sábanas y se estremecía cada vez que le penetraba. Yo, por mi parte, lo observaba atentamente, grabando en mi memoria cada parte de su cuerpo, cada expresión, cada sonido...
Cuando sentí que era el momento indicado, me colé entre sus piernas, no sin antes estirarme hasta la mesa de luz. Busqué mi objetivo en el gabinete, hasta que lo encontré. Era una pequeña botellita de lubricante. Apliqué un poco en la zona que previamente había preparado y también en mi miembro.

— Cortesía de Gilbert... — Murmuré, sonriendo levemente mientras Feli reía un poco. — Mi hermano es un maldito pervertido, nótese. Por algo me regaló esto cuando me vine a vivir contigo.

— Nnghh... Al menos se preocupó por mi parte baja.

— Sí... A mí ni se me hubiese ocurrido, pero bueno... — Acomodé como pude la punta de mi erección contra aquella entrada aún virginal. —  ¿Estás listo...?

-— Sí... — Contestó mi pequeño italiano y yo le di un pequeño beso en los labios, para luego empujar y lograr entrar completamente en su interior. Un jadeo se me escapó, pero de los labios de Feli se escapó un quejido.

— L-Ludwig... me... me duele~ — Me murmuraba mientras se removía incómodo.

— Ya sé, me quedaré quieto para que te acostumbres...

Me quedé hecho una estatua. Mis ojos estaban clavados en los de él, como si estuviese esperando la respuesta afirmativa para continuar. Mi amado arañaba la zona de mis omóplatos y se mordía los labios hasta tal nivel de llegar a lastimarse; para apaciguar el dolor, le di varios besitos en el rostro, además de caricias y dulces palabras que de verdad me nacían decir.

Ambos estábamos listos.

Un pequeño asentimiento por parte del italiano hizo que me comenzara a mover contra su cuerpo; nuestros corazones se encontraron y se unieron de la manera más preciosa que podía existir. Jamás... (y cuando digo jamás es nunca en la vida) me había sentido así de enamorado y amado al mismo tiempo.
Nuestros cuerpos chocaban deliciosamente, los gimoteos eran altos y nuestros ojos seguían conectados.

...

Sinceramente, no sé cuánto estuvimos haciendo el amor. El tiempo se me hizo de cierta forma eterno (En el mejor sentido).

Ambos llegamos a nuestro clímax, juntos. Y ambos sabíamos que ésta era la primera vez de muchas.

Angelo [AU/ GerIta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora