BITCH - Calum H

15 años después

Miércoles 15 de diciembre, sidney, aus.

-Calum.

-Era un día casi como cualquier otro, veía la nieve caer suavemente en copos, atrayendo mas el frió, me senté cerca de la chimenea para aligerar el ambiente, acomode el suave abrigo sobre los bronceados y suaves hombros de mi muy radiante esposa, recorrí entonces las curvas de su cuerpo repasando cada rincón envuelto en una suave tela negra Gucci en forma de un muy sexy vestido, bese suavemente su cuello dejando impregnado un olor elegante en mi nariz.

-Calum, por favor -sus mejillas tomaron un tono suave carmesí. Con mis manos voltee su cuerpo para poder mirarla a sus dulces ojos, besé su frente y sonreí satisfecho.

-Creí que no querías ir a este tipo de reunión, preciosa.

-Es hora de vencer todos esos demonios.

-Bien, pero si este chico se te acerca no dudare de romperle la nariz.- dije muy serio, tomé su mano y antes de montarnos en la limusina mire en mi espejo mi figura imponente, vi detrás de mi su cuerpo hermoso, seguro, posado en la entrada con una pequeña sonrisa en sus labios. Peiné un poco mi cabello; así tal vez; dejarían de verse las canas que comenzaban a decorar el azabache de mi raíz.

<<45 min. Después.>>

Música de nuestros años de juventud abarcaban el gran lugar de la escuela secundaria y preparatoria, adentro adornado de luces y sillas se presentaban todos los graduados de aquellos años anteriores, todos elegantes y presumiendo que ahora eran alguien más importante en la vida, mientras algunos sólo presumían de sus hijos recién graduados, otros sólo bailaban y preferían tener su vida en un secreto.

Reunión de estudiantes, hicieron el llamado y un pequeños discurso aburrido sobre como habían pasado los años, soltaron entonces la música y yo me preocupaba sólo en mantener a mi esposa en mis piernas, besándola y tomando un poco de whisky con hielo y agua.

-Caballero, me permite a su hermosa esposa para esta pieza de baile -no preguntó, más bien avisó.

-Claro, si quieres quedar sin dientes

-¡Calum! -soltó en una risa, besó mi mejilla y yo la llevé de la mano a una esquina alejada, dejando al hombre aquel sólo y sobre todo enojado, sabía que era James.

-Mi hermosa esposa, la mujer que más amo en esta vida, no quiero dejar morir la noche, por favor, salgamos de aquí.

-¿Y a donde vamos?

-Afuera. -sonreí tomando su mano después de besarla repetidamente, reímos como dos pubertos escapando de alguien o algo, salimos, la nieve decoraba todo el espacio y  como la limusina ya se había ido, habíamos simplemente decidido caminar.

Hablamos de las locuras que habíamos hecho juntos, hablamos de la carrera que tomaría Dhen, hablamos sobre cuando ella tenía inseguridades al igual que yo, hablamos de como todo había mejorado. Recordamos perfectamente nuestros votos de casamiento, tomamos nuestras manos como dos novios.

Y mientras ella apoyo su cabeza en mi hombro, diciendo de nuevo cuanto me amaba, sus ojos brillaban, sus labios joviales y suaves se movían tentadoramente, mientras los copos de nieve se colocaban sobre su cabello resaltante y oscuro, sus pestañas se movían y su sonrisa llego a iluminar mi noche una vez más, recordé entonces porque me había enamorado una vez más de la mujer de mis sueños.

Della.