Martes

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Era martes. No el martes que le siguió a ese lunes aburrido. Era el martes que seguía después de otros tantos martes. El tiempo había corrido.
Estaba en época de exámenes y la cosa venía bastante mal. Había cerrado el ciclo lectivo llevándome ocho materias. Y saben qué? Todas a febrero.
Mi cabeza era un viaje constante, entre idas y vueltas, mendigando algún que otro resúmen creyendo que con eso algo aprobaría. Noches sin dormir, tardes sin diversión. Todo estaba perdido.
Las cosas en casa seguían igual de mal. Sin relación con mamá, sin una llamada de papá. Pasaba por 15 estados de ánimo al día, ninguno bueno. Me sentía sola.
Pero como siempre, de todo se sale. Porque la vida un poquito nos ayuda. Si bien espera el momento justo en que caemos al pozo, nos sorprende con algo que nos cambia el paisaje en la retina.

LunesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora