capítulo 2

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La taberna de Mary.

Aster salió lo más rápido posible del edificio, lo cierto es que no quería recibir ninguna llamada, lo había arruinado y lo sabía. Cuando salió del edificio se enfrento al hermoso atardecer de la tarde y a la fría brisa que anunciaba la pronta llegada del invierno, pero nada en ese momento podría alegrarla. Se acercó a la pared y apoyo una mano en ella mientras se quitaba los zapatos de tacón cafés que le herían cada vez mas los tobillos, de nuevo quedo a la pequeña altura a la que ya estaba acostumbrada, cuando se disponía a volver a su casa sonó una puerta detrás de ella, sin duda era la puerta del P.I.A.
-Así que volviste a tu diminuta altura, Alicia.-dijo la burlona voz de Luca.
-Que ingenioso eres, ¿por qué no vas y se lo cuentas a John Williams? Al parecer aprecia mucho tu absurdo sentido del humor.-dijo Aster tratando de contener su ira.
-Pues sí, me pareció haberle agradado mucho, por cierto ¿que hacías ahí?
-Trataba de entrar al programa quiero ir a...
-La universidad de medicina de Nueva York.-la interrumpió Luca.
-¿Como lo sabes?-preguntó Aster sorprendida.
-Lo dijiste en biología, hace dos años.-respondió él sin darle importancia.
-Se lo dije a la profesora como un comentario-dijo ella que apenas y podía recordar el momento.
-Lo sé, pero me llamó la atención, yo también quiero ir, aunque no todos tenemos tus notas.- cuando terminó de decirlo Aster se preguntaba si había juzgado mal al chico,hasta que este dijo.- Bueno algunos tenemos vida social.
Un silencio incómodo, fue todo lo que quedó después de ese comentario, Aster siempre fue una de las personas con mejores notas del colegio pero hubiera preferido que nadie lo notara.
-¿No tienes frío?.-dijo por fin Luca mirando fijamente los pies descalzos de Aster.
-La verdad, muero del frío.-contesto ella que recién se daba cuenta que estaba temblando.
-Vamos a una taberna, que esta cerca de aquí.-propuso Luca de una manera amigable.
Aster lo pensó por un tiempo pero lo cierto es que nadie, incluyendo a Luca Rames podría arruinar aún más su día, además el frío se volvería mucho peor y no quería tratar con sus padres en ese momento, no por que fueran estrictos, si no por que no quería escuchar un "tranquila", había arruinado todo y sus padres no lo verían de esa manera, ellos tratarían de minimizar su importancia con tal de no ver una expresión de tristeza en la cara de Aster, pero ella no estaba lista para poner una expresión de felicidad solo para tranquilizarlos.
Así que hizo un gesto de afirmación con la cabeza y ambos empezaron a caminar, toda aquella situación era muy extraña, estaba con el chico alto que siempre vestía a la moda, pero que en esta ocasión llevaba un traje gris que resaltaba sus ojos azules, estaba con el chico que siempre desacomodaba su cabello mientras practicaba baloncesto y que ahora llevaba su pelo completamente peinado hacia atrás, con el chico que siempre pensó que la había ignorado y de pronto se entera que no solo sabe su nombre, también sabe su mayor sueño.
En ese instante un pensamiento llego a la cabeza de Aster ese mismo chico podía estar participando para otra carrera pero había una pequeña posibilidad de que estuvieran concursando por el mismo espacio y lo peor de todo, si era así el estaba ganando.
Durante gran parte del camino Aster trataba de convencerse de que él no había tenido la culpa de que fracasara en su entrevista, pero los sentimientos de desprecio volvieron a aparecer.
-¿Por qué saliste de esa manera?-preguntó Luca. Aster que estaba completamente perdida en sus pensamientos de reproche resultó sorprendida por la pregunta.
-Pues creo que es más que obvio.-dijo con un tono de voz cortante.
-No lo es.
-Piénsalo un poco, tu cita duro al menos una hora, la mía como máximo 3 minutos.
-Si, pero eso no significa nada.-dijo Luca mientras se detenía frente a una calle bastante ancha completamente transitada.
-Pensé que te quedarías un rato más en el P.I.A.-contesto Aster, en ese momento prefería no pensar más en la entrevista.
-Si te refieres a la secretaría, la verdad es que una piedra piensa más que ella, aunque es bastante hermosa.-dijo el joven mientras se disponía a cruzar la calle ya que por fin el semáforo estaba en rojo y los automóviles se detenían.
De nuevo el silencio incomodo apareció aunque en esta ocasión era mejor así, Aster no tenia ni el menor interés en que había sucedido entre Luca y la secretaría y no quería hacer a Luca sentir como si le hubiera ganado en la entrevista.
Caminaron en silencio hasta que llegaron a un largo Bulevar, el hermoso atardecer que teñía el cielo de naranja ya no estaba, ahora las decenas de faroles encendidos era lo que iluminaba el camino, habían tiendas de todo tipo de artículos al rededor y al fondo del lugar, una pequeña taberna sobresalía de entre el resto de las tiendas, tenía música a todo volumen y un susurro de risas salía de ahí.
-Bien, ese es la taberna de Mary.- dijo Luca quien por primera vez durante el camino se desacomodo el cabello.
-Parece bastante agradable.
Caminaron hasta el final del Bulevar las risas y la música cada vez sonaban mas. Al entrar, el frío de la noche desapareció y el ambiente incomodo también, parecía uno de esos lugares donde todas las personas son asombrosamente encantadoras.
La taberna tenia paredes de madera que con la luz de los candelabros se veían doradas casi como el oro, a pesar de que muchas mesas y sillas estaban reunidas en el lugar casi todos los clientes estaban sentados frente a una larga barra cantando las canciones que sonaban y riendo mientras bebían de sus jarras, la barra estaba frente al cantinero que les servia sus diferentes tragos, detrás de él había una amplia variedad de lo que parecían whisky y algunos vinos, estos estaban junto a enormes barriles de cerveza.
-Vamos al rincón es un poco menos ruidosos desde allá-dijo Luca señalando una mesa en una esquina del lugar.
Caminaron hasta el rincón sin conversar, aunque Luca sonreía y saludaba a muchos de los clientes.
-¿Vienes mucho por acá?-inquirió Aster sentándose en una de las sillas que estaban al rededor de la mesa.
-Pues sí -admitió Luca desacomodando su cabello una vez mas mientras miraba fijamente hacia la barra.
Después de un rato Aster se preguntaba que estaba mirando y trato de seguir su mirada, al voltearse notó que una hermosa mujer venia hacia ellos, una encantadora sonrisa blanca brillaba en su rostro redondo, ella vestía un vestido rojo al cuerpo que resaltaba su curvilínea figura incluyendo unas bellas piernas largas.
Aster que siempre se había sentido disconforme con su cuerpo sentía un poco de envidia, su cuerpo no era muy grueso o muy delgado pero aun parecía el de una niña de 13 años, sus curvas no resaltaban tanto como las de la otra chica y el traje café de su madre estaba muy lejos de hacerla ver así de bien.
-Hola Luca, veo que trajiste a una bella jovencita contigo hoy -dijo la chica mirando a Aster aún con su sonrisa en el rostro.
-Así es Mary, ¿podrías traerme lo de siempre?.
-Por supuesto, ¿y que se le ofrece a la jovencita?- respondió Mary escribiendo algo en una pequeña libreta.
-Emmmm... Lo mismo que él- las palabras "bella jovencita" fue lo único a lo que Aster le presto atención.
Por un momento ambos decidieron ver desde donde estaban todo el lugar, las personas risueñas, los que después de dos o tres rondas de cerveza creían que tenían el don divino del canto, aquellos que podrían despertar con un sentimiento de humillación o de culpa, pero que aun estando conscientes del riesgo se veían convencidos de haber tomado una buena decisión.
-Pensé que me rechazarías la oferta -dijo Luca quien miraba a Aster desde el otro lado de la pequeña mesa.
-Pensé en hacerlo pero quién podría decirte que no a ti -dijo Aster con un tono que casi podía disimular su sarcasmo, casi.
-A eso me refiero, es como si cada parte de tu ser me odiara sin sentido alguno, así que ¿porque habrías de aceptar? -preguntó el sin levantar la voz ni mostrar de ninguna señal de enojo.
Aster quería responder únicamente con una mirada severa pero al verlo se dio cuenta que ya no la observaba a ella, si no a Mary que se acercaba con dos enormes jarras de cerveza.
-Bueno aquí están sus bebidas déjenme saber si necesitan cualquier otra cosa, provecho -dijo Mary con una hermosa sonrisa que pareció ser para Aster.
-Creo que le gustas -dijo Luca mientras alcanzaba su cerveza a su boca.
-¿a que te refieres?
-Mi hermana es especialmente sensible por otras mujeres, a eso me refiero. -contestó después de dar un gran sorbo a su cerveza.
-¿tu hermana?
-Mary es mi hermana vengo acá a cuidarla de vez en cuando, hay muchos hombres malos por ahí, ella dice que me preocupo demasiado así que procuro venir en compañía para que no se moleste conmigo.
-¿Sabes algo? Hay una pregunta mejor que la razón por la que acepte tu invitación y es ¿Porqué me invitarías a MI? Pero acabas de contestar eso -dijo Mary enfurecida por haber comprendido la situación.
Ella pensó que ese hombre era mejor, pero solo buscaba una excusa. Sí, eso era ella solamente una excusa, lo comprendió y decidió que ya no quería estar ahí.
-No fue solo eso. -contestó el mientras tomaba el brazo de Aster para evitar que se fuera. Te invite porque quise hacerlo.
-¿Porque ibas a querer estar conmigo?
-Quería pedirte perdón -dijo el como un susurro.
-Esta bien, te escucho -respondió ella mientras se soltaba de su mano y volvía a tomar asiento.
-Sé que mis amigos te molestaban y quería disculparme por no haber hecho nada al respecto. -dijo el mientras la veía con sus ojos azules llenos de remordimiento.
-Ya paso descuida, solo fueron 5 años de humillación pública. -Aster no pudo contener su irá la mirada de él no le causaba lastima alguna, ¿ y qué si no lo perdonaba?
Él había vivido años dejando que eso sucediera, aunque él nunca la insulto o se burló de ella tampoco hizo nada al respecto. Aster odiaba a los abusivos tanto como odiaba a los que permitían que eso sucediera. El solo pensar en esas cosas hacia que quisiera golpear a Luca, en cambio usó su mano para tomar la jarra y beber todo lo que pudo hasta que la espuma era todo lo que quedaba en ella.
Al terminar se sentía incomprensiblemente mejor de como se había sentido antes y llamo a Mary para pedirle una más de esas jarras.
-Aster, no deberías de beber de esa manera.-dijo Luca al ver como empezaba a beber su segunda jarra.
-Me hace sentir mejor eso es todo.
-Pero no te hará sentir mejor después, después te hará sentir mal.
-¿Eso es lo que pasó contigo?, ¿Acaso molestarme te hacia sentir bien, pero ahora te hace sentir mal?-dijo ella después de un largo trago en el que tomo un tercio de su jarra.
-Sabes que nunca te moleste, nunca me sentí bien con que alguien lo hiciera. ¿Porqué no puedes considerar que tal vez no soy la horrible persona que crees que soy? -dijo Luca con desesperación en su voz.
Esperó un tiempo la respuesta de Aster pero al ver que no respondería se levanto y fue al servicio sanitario. "¿y si él no era tan malo?" Pensó Aster entre la nube borrosa de pensamientos atrofiados por el alcohol. Entonces entendió a los hombres de la barra, era tan fácil dejarse ir por el alcohol por un momento el peso de todos tus miedos se alejaba y una falsa sensación de felicidad te envolvía, pero no resolvía la nada.
-Perdón por hablarte de esa manera -dijo Luca al acercase de nuevo. Tenía el rostro y el cabello humedecido y la corbata colgaba por los dos lados ya no tenia el delicado nudo de antes, tampoco su camisa estaba abrochada por completo.
-Fue mi culpa, lo lamento.
-¿quieres marcharte ya? -pregunto él mientras la veía tomar sus zapatos y el saco que se había quitado.
-Si, pero tú puedes quedarte.
-No, quiero pasear un rato más. -dijo mientras tomaba las cosas de Aster con una mano para cargarlas el. -espera aquí un momento.
Aster lo vio pagar la cuenta de los dos a Mary y despedirse de ella con un dulce beso en la frente de ella, recordó cuando la miró antes y se dio cuenta que no la había visto como cualquier otro hombre lo haría, la miro con cara de preocupación como si quisiera que nada nunca le pasará, de la misma manera en la que la observaba a ella en este momento.

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