†Esquizofrenia† {Larry Stylinson} [Editando]

3: ¿Nunca te han dicho que no hables con extraños? [Editado]

—Disculpa —dijo el castaño aceptando la mano de aquel desconocido. 

—Gracias—dijo el hombre entre las sombras.

Louis lo miró confuso — ¿Gracias por qué?

— Por ser amable, eres la cuarta persona que ha chocado conmigo y no me ha insultado— Habló.

El castaño miró a la persona —De nada... supongo. 

— No quiero sonar grosero o algo pero... ¿Qué hacías parado debajo de la lluvia? 

— ¿Es que no te importa mojarte?— preguntó Louis.

— Me agrada.

— ¿Te agrada? ¿La lluvia?

— Sí.

Louis quien se encontraba pegado a la pared para no mojarse, dio un paso adelante dejándose empapar a un mas por la lluvia.

— ¿Qué es lo que haces? —Preguntó el desconocido.

— Mojándome.

— ¿Estas... demente?

— Algo así.

— Oh... yo también— susurró el desconocido tan bajo que Louis no puedo articular palabra alguna.

— ¿Cuál es tu nombre? —preguntó el castaño mirando a la nada.

— ¿Necesitas saberlo? —respondió el desconocido. 

— ¿No quieres decirme?

— Mejor, ¿cuál es tu nombre?

— ¿Necesitas saberlo?—Contestó Louis, sonriendo.

— Sí.

— ¿Y si no quiero decirte?

— ¿No quieres decirme?

— No-o... Si-ii... bueno, yo-o...- Louis se rascó la nuca, comenzaba a balbucear frente a un desconocido, eso lo dejaba en vergüenza. 

— Soy Harry—Habló el extraño.

—Soy Louis—añadió el castaño extendiendo su mano.

El hombre miró la mano del castaño unos segundos.

— ¿Necesitas algo?

—Supongo que no te gusta saludar de mano—dijo Louis bajando su brazo.

— ¿De mano? — preguntó Harry 

—Sí, ya sabes, saludo cordial... dos manos... chocan, ¿es que no sabes?

—No—contestó Harry, como si fuera la cosa más normal en el mundo. 

La luz de los faroles comenzaba a parpadear para después prenderse, quitándole la penumbra a la solitaria calle.

Louis se quedó sorprendido ante el chico, tenía un cabello castaño oscuro, con todos esos cabellos tan revueltos que lo hacían ver como rizos, aunque solo eran algunas onditas. 

Harry giró su cabeza para observarlo, dejando a la vista un par de profundos ojos verdes y una piel tan blanca y tersa. 

Sin dejar de lado que era algo más alto que el. 

— ¿Qué es lo que tanto me miras? —preguntó el chico frunciendo el ceño.

— Oh, nada, lo lamento si te parezco tedioso.

— ¿Tedioso? Oh... 

— Molesto, dime Harry, ¿es que no sabes que es tedioso?

El chico negó con su cabeza sacudiendo su cabello, provocando que miles de gotas cayeran en su cara.