Capítulo 1:El despertar

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Era una noche fría y desolada, solo sé podía oír el débil llanto de una criatura envuelta en unas mantas debajo de un arbusto. Era un bebé humano que había sido abandonado en aquel inhóspito lugar en el cual no había árboles ni animales no había absolutamente nada salvo el pequeño arbusto donde el bebé yacía indefenso sin ninguna posibilidad de supervivencia dada su corta edad y que era un recién nacido.

El llanto se extendía a lo largo de la inhóspita llanura como un susurro del viento no había ningún animal que pudiera atacarlo por eso el llanto no atrajo a ningún animal salvaje ni nada parecido, de repente de aquel lugar tan oscuro y sin vida surgió una sombra qué parecía acercarse al arbusto al oír el débil llanto del bebé.

El bebé lloraba cada vez más y más y la sombra sé aproximaba cada vez más rápido, cuando la sombra hubo alcanzado el arbusto sé pudo distinguir que era un monstruo de cuerpo robusto y piel negra, los dientes negros un casco que le cubría completamente la cabeza y unos ojos rojos en sangre despiadados que miraban a aquella criatura indefensa en el arbusto, levantó su enorme espada dispuesto a matar a aquel bebé cuando de detrás del arbusto de un salto salió a su encuentro un joven de aspecto corpulento, pelo castaño y corto, sus ojos eran verdes y con mucha claridad también portaba consigo una espada la cual empuñó con fuerza dispuesto a luchar contra aquel monstruo que no parecía tenerle ningún miedo.

El monstruo dio un tajo vertical, el joven lo esquivó rodando sobre si mismo y sé apartó unos metros de aquel imponente ser, el joven llevaba una aljaba colgada a su espalda sacó una flecha rápidamente de ella cogió su arco que lo tenia colgado en el hombro derecho, apuntó a la cabeza y disparó la flecha con todas sus fuerzas.

La flecha se incrustó en el ojo derecho del monstruo a una velocidad increíble, el horrible ser aullaba de dolor y sé tapaba el ojo derecho sus largos e intensos gruñidos demostraban que había sufrido un daño terrible, cuando hubo cesado de gruñir sé abalanzó rápidamente a por el joven el cual reaccionó a tiempo para esquivar un tajo que iba directamente a su cabeza, en el momento de esquivar el tajo el joven portó su espada y sé la introdujo en la garganta haciendo que la cabeza de la bestia sé separará de su cuerpo.

Cuando hubo matado al monstruo sé levantó victorioso del suelo cubierto de sangre por la dura batalla, sé aproximó al bebé lo cogió entre sus brazos y lo calmó para que dejara de llorar. El joven miró al bebé de arriba a abajo por si tenía alguna herida al ver que no era así sacó de su mochila un bote con leche y sé lo introdujo con cuidado en la boca para que comiera, estaba todo muy tranquilo y a gusto cuando el bebé hubo terminado de comer guardó el bote en la mochila y sé puso en marcha hacía el horizonte donde los rayos del sol brillaban más.

Caminó durante horas y seguía sin ver ningún árbol, ningún animal no había nada era como si solo existiera esa soledad, de repente a lo lejos empezó a divisar un conjunto de casas de maderas con chimeneas y aldeanos.

Era una aldea, se apresuró un poco más para intentar llegar antes del anochecer cuando llegó todos los aldeanos sé le quedaron mirando muy atentamente porque no era normal ver a alguien vestido de esas forma con unos pantalones de cuero, botas negras ,una camisa gruesa de color marrón y una capa verde que le llegaba casi hasta los pies.

El joven sé dirigió hacía la taberna sé sentó en la barra y pidió una jarra de cerveza, mientras sé bebía la cerveza miró al bebé que lo miraba receloso como si el también quisiera. -Tú te has tomado tu bote de leche ahora me toca tomar algo a mi. -Le dijo al bebé mientras lo miraba y le cogía una de sus pequeñas manitas.

-Vaya Albert veo que ya has vuelto de tu aventura. -dijo una voz a la espalda del joven. Cuando esté sé volvió vio a una mujer alta,de larga melena rubia y ojos de un azul intenso como el cielo iba vestida con un largo vestido verde y le sonreía agradablemente.

-Hola Morgana,cuanto tiempo sin verte. -dijo Albert devolviéndole la sonrisa.
-Si han pasado exactamente dos años desde la última vez que nos vimos. -dijo Morgana mientras sé sentaba en la silla de al lado y pedía otra jarra.

Los dos hablaban tranquilos de las cosas del pasado y de que habían estado haciendo estos dos últimos años mientras sé tomaban las jarras de cerveza fría,al parecer sé habían perdido muchas cosas el uno del otro de echó nunca habían estado separados ya que nacieron juntos en el mismo pueblo pero cada uno eligió un camino diferente y sé separaron dos años ahora volvían a estar juntos y eso era lo importante para ellos.

Las tierras olvidadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora