Capitulo 2: Parte 1.

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Magnus POV's:

Corrí como nunca de la casa. Podía sentir la mirada de Alexander en mi nuca. Sentía como el frió y el silencio de la noche rápidamente me impregnaba. Camine unas cuadras mas antes de desviarme por la autopista que marcaba la entrada y salida de Westrose. Camine por el costado unos 200 metros. 2 autos solo pasaron y cuando lo hicieron fue demasiado rápido como para notarme. Encentré el sendero que salia del costado de la autopista y se internaba en un pequeño bosque. Seguí el tan conocido por mi camino antes de descender levemente y encontrar la cabaña.

 La cabaña no podría notarse si no sabias donde estaba ya que estaba cubierta de enredaderas lo que la camuflaba. Adentro podían verse luces por lo que un lado de mi se relajo. Camine hasta la entrada y note el ruido de conversaciones dentro. Las voces se hacían mas reconocibles a medida que me acercaba. Toque la puerta de madera 3 veces y escuche como el ruido se iba y se hacia silencio.

-¿Quien es?-Pregunto una voz dentro.

-Soy yo, abran.-Conteste irritado.

Escuche como unos pasos se acercaban y abrían la puerta.

-Magnus! Hasta que te dignaste a venir, nos tenias preocupados.

El chico que habrío la puerta cambio rápidamente su tono de voz y la expresión al verme pálido.

-Rayos Magnus ¿Que te paso?

-El sabe- Conteste a secas entrando a la cabaña. Los otros 3 chicos que había dentro me miraron extrañados.

-¿Quien sabe y que?-Pregunto el del fondo.

-Alexander, mi nuevo hermano- Dije ya sentado en el sillón. Me mire las manos y estas temblaban. Debí de estar realmente asustado.

-¿Qué sabe?- Pregunto el que habrio la puerta.

-Esto- dije señalándome completo- Pero no esto- dije señalándonos y al lugar.

El sitio se sumió en el silencio. El miedo y la preocupación podían leerse fácilmente en la cara de los demás.

-Ahora, ¿Que vamos a hacer?- Pregunto el chico sentado frente a mi.

-Ustedes nada-Les conteste- Por ustedes no se preocupen. Esto va a seguir pero no creo que conmigo. Solo espero que el no diga nada el problema sería si empieza a hacer preguntas.

Todos asintieron pensativos. La situación era difícil: podía ser la ultima vez que los viese de esa forma, como realmente son. Podía ser la ultima vez que yo seria yo y por culpa de mi nuevo hermano. ¿Y si les decia? ¿En que extraño internado religioso terminaría? ¿Como terminaría? ¿Sometido?
Mi cabeza no era justamente mi aliada en esta situación, pero tenia razón.

-Magnus no vamos a dejarte solo- Dijo el pelinegro sentado.

-Ya estoy solo- Les dije- Ahora me voy a cambiar.

Subí las escaleras de la casa hacia mi segunda habitación. Entre rápidamente y me dirigí al ropero. Me fije si tenia ropa normal y por suerte encontré un shoggin y una remera azul sin estampar que no sabia que tenia. Fui al baño y me cambie. Me mire al espejo y con un algodón empece a sacarme el perfectamente aplicado maquillaje de la cara.
Se sentía doloroso hacerlo cada noche antes de dejar la cabaña. No me dolía el hecho de sacarlo con un triste algodón, sino lo que significaba para mi. Era como despojarme de una parte de mi y sentirme de nuevo falso al ver mi reflejo en el espejo. Por que con maquillaje era yo, con maquillaje tapaba de alguna forma quien había sido, que me había pasado. Me hacía olvidarme de mi, y sacar un nuevo yo, uno real. 

Pero esa vez fue la peor de todas. Probablemente era la ultima vez que tendría maquillaje en un largo tiempo, pero no iba a llorar por eso. No después de todo lo que paso, llorar eso sería estúpido. Así que trate de sacar valor de algún lugar y me lave la cara la, seque y cerciore de que no quedara rastro de este. Si Alec le contaba a mi/su madre, al menos podría decirle que no estaba ni maquillado ni vestido "Inapropiadamente" cuando me vio. Pero dudaba que mi madre me creyese, aparte de que no podía explicar donde estuvo esa noche, ni quería. Estaba totalmente entregado, por lo menos podría decir en voz alta quien era, por una vez.

Me mire al espejo y dije:

-Soy Magnus Bane y soy bisexual.

Pero sonó raro en el reflejo del chico que lo dijo. Sonó  impersonal. Ese por supuesto no era yo. Sonreí con melancolía y agarre la ropa que había tirado.

Me dirigí a la habitación, la guarde en el armario. Agarre una mochila que había en el perchero y tome algunas cosas que creí mas importantes, es decir, casi nada. Luego me dirigí a la puerta y le di una ultima mirada melancólica a la que fue por muchos años mi segunda habitación y refugio antes de cerrar de un portazo. Baje las escaleras rápidamente y me encontré con las únicas 4 personas en la que confiaba. Bah faltaba alguien pero no estaría ahí, no ahora.

-Magnus, llámanos ni bien sepas algo.

Asentí y los abrace. Todos esos abrazos estuvieron cargados de muchos sentimientos que no podía trasmitir de otro modo. Los días que siguieran no podría trasmitirles nada a los chicos mas que miradas de indiferencia. 

Algo muy triste me fui de la cabaña. Sentía como los segundos pasaban y, a medida que caminaba, mi miedo incrementaba ante lo que me podía encontrar en mi casa.
Camine el sendero, salí a la auto pista y camine hasta mi barrio. Me seguía preguntando como lo reconocía y hasta como reconocía mi propia casa ya que todo en esa ciudad era igual. Todo era espeluznantemente igual.

Las luces de mi casa estaban apagadas y lo tome como una buena señal. Me dirigí sigilosamente como un gato hasta el patio trasero. Tantee la pared hasta que di con el escalón oculto tras la enredadera. Muy pocas veces en mi vida me sentí agradecido de algo que hubiera hecho mi padre. Es mas las podría contar con los dedos y poner una escalera secreta a mi balcón era una de ellas.

Rápidamente fui trepando con agilidad hasta que di con el ultimo. Este siempre era el mas peligroso por que quedaba bastante lejos del balcón. Siempre me pregunte como hice todos estos años para no caer siempre que subía o bajaba. Supongo que era suerte o agilidad, o algo de ambas.

Llegue al balcón y entre en mi cuarto. Todo seguía igual. Deje la mochila en mi cama y me dirigí a la puerta. Seguía cerrada, una buena señal. Busque la llave que se encontraba en un colgante en mi cuello y habría sigilosamente la puerta. El pasillo estaba silencioso y me fije especialmente en la puerta que estaba enfrente mio. La abrí con cuidado y note que no estaba cerrada. Dentro había un Alexander durmiendo dulcemente. Aunque la parte de "Durmiendo" no duro mucho por que enseguida abrió esos ojazos azules que tiene y me miro extrañado.

-¡MAGNUS!-Dijo gritando.

-¡Shhhhh! no grites.

-¿Donde estabas- Pregunto ya incorporado- ¿Donde fue a parar toda "Esa cosa"-Dijo señalándome y sonrojándose. 

-Eso no importa ahora, lo que importa es que no digas nada.

-No diré nada- Me contesto al segundo y confiado- Solo si me das una explicación.

-Esta bien- le dije.

  ���� 

Hola Perdón si es algo corto. ¿Les pareció confuso? Osea confuso es solo que ¿confuso bien o confuso mal? (Quien la entendía)

Perdón por no actualizar es que pasaron cosas re fuertes en mi familia y eso.
Gracias por comentar y votar me puse muy feliz. No creí (Al ser nueva en Wattpad y al ser la historia también nueva) que les guste y que encima comenten, pero lo hicieron así que muchísimas gracias. 

Espero dentro de poco publicar la siguiente parte del capitulo. ¿Que les parece hasta ahora? ¿Que piensan de Magnus? Amo leer teorías así que escriban sin vergüenza.

Gracias a Malec189 (Y a quien le dedique el capitulo) Por animarme un poco el otro día, ayudó mucho.

Si tienen dudas, opiniones, criticas o lo que sea obiusly lo pueden escribir en los comentarios.  

Gracias por leer, Lise.


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