Somos dos

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Corrí a su lado una vez que Jason se hizo aún lado sin oponerse a nada. El cuerpo de Justin se relajo una vez que me tuvo a su lado.

-¿estas bien?- me miró de reojo

-si- susurre acurrucandome en su pecho- tranquilo.

-no tienes derecho a llevartela así, ¿vale?- se dirigió a Jason- si ella te pide que la dejes, hazlo, no esta sola, no te necesita.

-me necesitará en unos días cuando tu la lastimes y se de cuenta que no vales nada- las palabras de Jason fueron directas y seguras.

Justin dio un paso con la intención de enfrentarlo y golpearlo sin piedad pero se lo impedi, no soltándolo.

-vamonos- susurre- por favor.

A pesar de que mi cuerpo estaba débil y las piernas me temblaban tenia los cinco sentidos puestos y estaba más que decir que no quería tener que estar separándolos ni estar limpiando la sangre de uno de los dos en un baño.

Tiré de Justin una vez que logró controlar su ira. Me llevo directamente a su auto y puso mi pequeño cuerpo en el asiento. Cerré mis ojos un momento intentando volver a un estado más estable. Justin se sentó a mi lado y tomó mi mano, la cual beso segundos después.

-¿te sientes bien?- preguntó acariciendo mi mano

-algo- voltee, mirándolo- ¿qué hora es?

-tres y media- respondió sin quitarme los ojos de encima- ¿qué quieres hacer?

-llevame a casa, creo que fue suficiente por hoy- suspire- quiero ver a Katie.

-esta bien- se acercó para besar mi frente y luego encendió el auto.

No noté cuando mis ojos se cerraron y cai en un profundo sueño. Mi mente estaba en blanco, no recordaba haber soñado nada ni mucho menos sentir que alguien intentaba despertarme. Movi mi cuerpo, me sentía incomoda. Abrí lentamente mis ojos sintiendo un dolor horrible dentro de mi cabeza, miré a mi alrededor recordando que había pasado. Al menos estaba en mi cuarto, con ropa y con Katie a mi lado. ¿Y Justin? Miré el resto de la habitación, todo estaba en su lugar pero no había rastro de él. ¿cómo había llegado aquí?
Mi celular empezó a sonar dándome un susto enorme, lo tomé como pude y respondí sin antes fijarme quien era.

-¿bueno?- dije con la voz ronca

-¿ya estas mejor?- su voz al otro lado del teléfono me hizo reaccionar.

-digamos que si- reí- ¿dónde estas?

-en mi habitación- suspiró- desperté hace unos minutos y quise saber como estabas, ¿te desperté?

-no- sonrei, su preocupación me hacia sentir mejor- desperté hace unos minutos y me estaba preguntando como llegue aquí.

Oí su risa, tranquila y tierna.

-registre tu bolso y una vez que conseguí la llave entre contigo en brazos- explicó riendo- tuve suerte al recordar cual era tu puerta.

-oh- reí junto con él- ¿mi madre no se dio cuenta?

-creo que no- respondió relajado- fui lo mas silencioso que pude.

-fue muy tierno lo que hiciste por mi- dije un tanto avergonzada- gracias Justin.

-es lo mínimo que podia hacer- tuve el presentimiento de que estaba sonriendo- debía asegurarme que llegaras bien a casa.

-gracias- volvi a decir.

Hubo un momento de silencio, donde solo se oía nuestra respiración. No fue incómodo, al contrario, nunca había logrado sentirme tan tranquila con Justin.

-Juls- hablo luego de unos minutos

-¿si?- mordi mi labio

-yo si te quiero ¿vale? No quiero que lo dudes.

-no lo hago- suspire- no te preocupes por los comentarios del resto, se que puedo confiar en ti.

-esta bien- murmuró- porque mi intención no es lastimarte ni jugar contigo.

-lo se Justin, estoy segura de que esas no son tus intenciones- sonrei

-¿y las tuyas?- preguntó

-mis intenciones son buenas- reimos- solo quiero estar bien, ser feliz y hacerte feliz.

-saber que ya eres mi novia, me hace más que feliz- hablo con emoción.

-somos dos- y la verdad era que nunca me había sentido de esta forma, él me hacia sentir cosas inexplicables, esa electricidad que recorre todo el cuerpo y que llega directamente al estómago, provocando millones de corrientes.

Lo sorprendente era que había logrado mucho en muy poco tiempo, y eso era admirable.

+

Me senté un momento para descansar luego de haber estado varias horas corriendo de un lado a otro atendiendo a las personas que llegaban a la cafetería. Jason no había movido un dedo en toda la mañana, no sabia si lo hacia a propósito o no pero estaba sobre pasando mis limites. Una semana ignorandome había sido suficiente.

-te toca- dije tocando su hombro- mi turno acabó.

Él ni si quiera me miró, sólo se puso de pie y fue a limpiar las mesas. Me desesperaba. Nunca lograba acertar con él.

A lo lejos vi a Justin llevando de la mano a Katie. No evite sonreir, eran mucha ternura junta. Tomé mis cosas y salí del local con desesperación. Lo único que necesitaba era un beso y un abrazo de ambos.


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