Natalie (Capitulo -29-)

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Abrí lentamente los ojos, los rayos del sol chocaban con mis párpados incomodandome el sueño. Sentí un ligero peso sobre mi brazo izquierdo, gire levemente la cabeza para ver que Dante estaba acostado en este, con el rostro pálido y ojeras marcadas; me quedé inspeccionando su rostro por unos momentos, ya no llevaba los piercings en los labios con los que lo había conocido, una barba de 2 días se hacía presente y su cabello enmarañado le daban como siempre esa aura de joven aunque ya fuera grande.

Dios, habrá sido difícil para el estar lejos y enterarse de la perdida de un mejor amigo, su rostro se veía realmente tenso, por más que esté dormido -¿Que miras?- Escuché un susurro cerca mío, me exalté al ver que Dante me estaba mirando con los ojos entrecerrados -N...nada, simplemente me estaba fijando en que no llevas más los pircings- Desvié torpemente la mirada -Si, los dejé de usar, debería verme más serio como tu tutor- Dijo colocandose boca arriba y poniéndose las manos en el pecho -¿Como te fue en el viaje?- Pregunté desinteresada -Un total desastre, ni siquiera gané dinero- Bromeó -No juegues con eso...- Dije luego de un suspiro pesado -¿Puedes decirme por que dormimos en el suelo?- Agregó, rápidamente me senté y sentí mi rostro calentarse -¿Que mierda pasa con todo esto de los acercamientos repentinos?- Pense molesta -Olvidalo- Vi a Dante levantarse -¿O me podrías responder por que estoy sin camisa nuevamente?- Se giró un poco para mirarme y guiñarme picaramente el ojo como estaba acostumbrado -Es increible como tu amigo falleció ayer y tu ya estés con la misma actitud de siempre un día después- Me levante fulminandolo con la mirada -Hey, no es que no me duela, solo que estoy acostumbrado a la muerte y aprendí a aceptarla- Sonrió mientras se ponía la camisa -Eres un sicario, no un robot, tienes aún sentimientos... Y ayer los demostraste- Lo miré con ojos arrogantes -Lo de ayer fue un simple dolor momentaneo, es obvio, no soy de piedra, pero tampoco me voy a poner a llorar todos los días durantes años, y mucho menos si tengo formas de vengarme por todo lo que pasó- Caminó hasta la puerta de la habitación -Dante, ya es hora de que me cuentes todo... Quiero saber que haces aquí, por que tu me cuidas, por que me quieren secuestrar, atrapar o lo que sea, ya soy parte de todo esto, ¿No creo que tengo el derecho a saber algo?- Dije seriamente acercandome un poco a el -No, tu deber es permanecer a salvo hasta que tengas 18, después puedes hacer lo que quieras- Salió al pasillo -Pero... Dante, es mi vida- Sali al pasillo nerviosa -Exacto Brooke...- Se giró seriamente -Es tu vida, encárgate de vivirla sin ponerte a pensar en lo que no puedes ayudar a resolver- Bajó las escaleras y salió de la casa luego de tomar las llaves de su auto que estaban colgadas de un porta llaveros.

Al oír la puerta cerrarse un profundo sentimiento de impotencia se apoderó de mi, me sentía subestimada por parte de todos.

De repente sentí que no podía estar encerrada en ese momento, me cambié de ropa y tomé un abrigo, salí de mi casa lo más rápido que pude.

El día ya no estaba tan frío como antes, a excepción de un ligero viento que venía del sur, que se sentía un tanto fresco, era un sábado que para muchas personas significaría motivo para festejar quien sabe que, siempre sentí que muchas personas trabajan para gastarlo todo en un fin de semana, ¿Inteligente?, ustedes mismos júzguenlo, yo ya he perdido fe en esta humanidad desde hace mucho tiempo, y fíjense en la edad que tengo, muchos me verán como una adolescente que cree que nadie la entiende, yo me veo como una persona que ha visto cosas demás a una edad tan corta, no importa la edad que tengas, son los hechos vividos, sufridos, "superados" los que definen tu madurez mental.

En mi laguna mental iba caminando inconscientemente hacia el grill, cuando escuché pasos apresurados detrás mío, giré por la inercia acompañada del miedo y vi a una chica correr hacia mi -¡Por favor, ayuda!- La escuché gritar, cuando me detuve y ella llegó hasta mi sosteniendo mi gabardina y posando su cabeza en mi pecho, respirando agitadamente, tratando de recobrar el aliento, me quede muda, solo esperando a que ella se recupere, supongo.

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