Las calles estaban solitarias y el viento hacía que las hojas de los árboles se sacudieran suavemente.
Algo extraño sucedía en Greenfalls y todos sabían que algo malo se avecinaba.No habían pasado ni dos días de mi llegada y ya sabía que este lugar no era para mí.
El chico de pelo rizado había desaparecido por completo y algo extraño les pasaba a todas las personas de aquel pueblo. Los profesores parecían robots sin apenas expresión y los estudiantes aún más. ¡Parecía que no existía! Y si no fuera poco mi padre había comenzado a cambiar repentinamente por la culpa de su nuevo trabajo. Roger, en cambio, lloraba por las noches y se había apoderado de mi habitación.
Este pueblo no era normal y yo necesitaba volver a la ciudad.
Pasaron tres días cuando por fin pude acercarme a una chica. Mel. Una joven simpática que había conocido en la clase de arte. Tenía una gran sonrisa y un pelo de color lila que le hacía diferente a las demás. Siempre sonreía y pintaba como los ángeles.
Mientras que comíamos en la cafetería algo que se hacía llamar "puré" el chico de pelo rizado entró por la puerta, esta vez no llevaba la chaqueta roja pero la capucha de sudadera tapaba su cara mientras que algunos rizos caían de esta.
-Se llama Cooper.-Alguien me susurró en el oído. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal y me giré sorprendida ante aquél gesto-Tranquila no muerdo, soy Alan.-Unos ojos castaños me miraron divertidos mientras que se sentaba enfrente nuestra.
-Hope.-Me presenté sonriendo.
Mel frunció el ceño al chico que teníamos enfrente.
-¿Vamos a ir a la fiesta de esta noche? -Le preguntó Mel con cierto cansancio en la voz. El le guiño un ojo y se encogió de hombros.
-¿Tú vas querida Hope?-Negué rápidamente, odiaba las fiestas. -Oh venga vamos, las fiestas de aquí son la leche.
-No creo... que pueda.-Le contesté. El hizo una mueca.
No sé como lo hizo pero allí me encontraba delante de la discoteca, con un vestido azul y unos tacones negros, al lado de Mel y Alan. La música era pegadiza. Mel me agarró el brazo riendo y obligandome a entrar. Alan nos siguió por detrás bailando tontamente.
Mel comenzó a saltar como loca mientras que Alan se sentaba en una de las sillas que había en la barra. Yo me quedé allí sin saber bien que hacer. Bang Bang sonaba por los alrededores y una risa se me escapó mientras que veía a Mel bailarla como las chicas del videoclip. Mi cuerpo comenzó a seguirle y grité junto a ellos la letra de la canción.
-¡Bang, Bang in to the room!
Tal vez ir a una fiesta no estaba tan mal y no era porque amaba demasiado aquella canción si no por toda aquella gente bailando y riendo.Alan nos trajo dos vasos de algo que no sabía muy bien lo que era y bebimos. El sabor agrio se coló por mi garganta y no pude evitar toser. Ellos se rieron y les sonrei.
Creo que vi al chico de pelo rizado mirarme con el ceño fruncido pero estaba suficientemente mareada como para imaginarmelo. Perdí la vista de Mel y Alan y me volví envuelta entre adolescentes borrachos. Deseé en aquel momento volver a mi casa. Mi cabeza daba vueltas horriblemente. Cuando por fin pude llegar a la barra solté el vaso y me apoyé allí. Unas manos sujetaron mi cintura y el olor a alcohol invadió mis fosas nasales.
-¿Es la primera vez que vienes, hermosa? -Susurró una voz desconocida en mi oido. Temblé. -Ven te enseñaré un lugar. -El miedo me golpeó mientras que me empujaba lejos de la fiesta, busqué desesperadamente a Mel o Alan pero me temía de que habían desaparecido.
-Sueltame estúpido, no quiero ir.-El rió y me empujó fuera de la discoteca. Cuando me liberé de sus manos intenté salir corriendo pero el me empujó contra el césped, haciendo que me golpeara los codos en un golpe seco. Se agachó hacía mi y saco algo afilado de su bolsillo. Grité horrorizada.
-Así damos la bienvenida a los nuevos, hermosa. -Rió mientras que comenzaba a besar mi cuello. Volví a gritar, no quería ser violada. Me tapó la boca con una de sus asquerosas manos y cerré los ojos esperandome lo peor. Jamás ocurrió, la presión de su cuerpo sobre el mio desaparecio y un grito me sorprendió. Abrí los ojos y me incorporé rápidamente mientras que las lágrimas caían sin parar.
Cooper me miró mientras que mi cuerpo no podía parar de temblar. Los tirantes de mi vestido estaban arrancados. El ladeo la cabeza y me cubrió con su chaqueta.-Llevame a casa. Por favor.-Le pedí temblorosa. El cuerpo inconsciente del chico estaba tirado en el suelo y me esforzaba por no mirarlo. El asintió mientras que pasaba un brazo por mi cintura guiandome.
Intenté tranquilizarme mientras que andabamos hacía mi casa. La impresión de poder haber sido violada me horrorizaba. El sin embargo acariciaba mi brazo intentando ayudarme.
La puerta de mi casa se hizo visible y me sentí a salvo.
-¿Te veré mañana, Hope?-Me dijo mientras que yo abría la puerta de mi casa.
-Creo... que estaré ocupada.
Nota autora: ¡HOLA! ¿Qué tal están mis queridos lectores? Pobre Hope ¿No? No me gustaría estar en su lugar ahora mismo :(
Lo siento por no haber subido pero he ido a visitar a mi familia pues mi tia nos a presentado a su nuevo novio "Rafa" Mi gemelo Quique le ha echado sal a su tarta xD (Fuimos complices)Espero que os haya gustado el capítulo.
¿Qué os parece Cooper?¿Y Mel y Alan?
Besos Kaya.
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Flowers violet.
Teen FictionHope siempre había sido callada, inquieta y soñadora. Tras mudarse a Endfalls después de la repentina muerte de su abuela comienza a recibir notas encima de su cama. Al principio pensó que sería alguna broma pero la curiosidad le venció al ver que...