Capítulo 4: "Bite me"

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Me despierto algo sobresaltada con el timbre que indica el término de esta primera y reponedora hora de clases. Espero a que Grizbaine salga rápido de la sala con su habitual alergia a los estudiantes. Tomo el cuaderno y el lápiz que son las únicas cosas que he sacado de mi mochila y los devuelvo a su lugar. Me encamino hacia mi casillero y rezo por tener cinco dólares. Por favor, por favor. No puede ser tan difícil tener cinco malditos dolares, sólo quiero una barrita de cereal con un jugo, joder. Pero con mi suerte, reviso mi casillero y nada. Sé que en mi mochila no tengo porque la he preparado antes de salir anoche y siempre la reviso. Con un suspiro, cierro la puerta y casi me da un infarto al ver la cara sonriente de Jazmin.


-¡Mierda! - Digo en un pequeño grito, algunos estudiantes se voltean a verme, pero finjo que no me doy cuenta. Jazmin me sonríe como una niña pequeña. - ¿Era eso necesario?

- Nop, pero fue muy divertido. - Dice con cierta malicia. Decido que estoy de humor para jugar un poco con ella.

- Aún no te perdono, Jazmin. - Su rostro se oscurece de inmediato y me siento como una idiota al momento en que comprendo las palabras que dije. - Lo siento, no se por qué he dicho eso, fue estúpido.

- Qué va, tienes razón - Jaz se ve realmente afligida por esto y, de nuevo, me dan ganas de golpear mi cabeza contra el primer basurero metálico que encuentre.

- Puede ser, pero la verdad es que te extraño - Admito con una voz de chica pre-adolescente pidiéndole a su madre su primer Tampax. Ella me mira a través de sus ojos miel y le sonrío. Ella se abalanza sobre mí y me da un asfixiante abrazo. - Yo también te quiero - Le digo riéndome. Cuando ella me deja ir, veo sus ojos con lágrimas brillando. De inmediato le doy un pequeña palmada en la mejilla. - ¿Qué dijimos de ser una llorona sentimental?

- Que ya no lo sería - Me da la razón con una pequeña mueca. - ¡Pero esto lo merita, Dios!

- ¡Shh! No reveles mi identidad, idiota. Después todos me piden cosas.

Jazmin se ríe y enreda su brazo en el mío. Nos encaminamos hacia la próxima clase y por primera vez desde Tyler, me siento muy bien. La verdad es que ni siquiera sé por qué me molesté tanto con Jazmin, supongo que necesitaba culpar a alguien; pero ayer -hoy en la madrugada, más bien- me di cuenta de algo en Ruby's. Jazmin tiene razón sobre Tyler, incluso cuando yo quiero tanto que no sea así, esa es la única manera en que las cosas son; incluso si Tyler no quiere ser así, no puede evitarlo, está demasiado y profundamente arraigado en él. Sería como intentar que el sol saliera del otro lado. Y eso no hace a Tyler una mala persona, sólo lo hace normal; nadie es perfecto. Y aunque me hubiera gustado darme cuenta de una forma más "privada", lo cierto es que quizás nunca lo habría notado y lo hubiera dejado pasar una y otra vez. Tyler se merece a una chica que comprenda su mundo, y yo merezco alguien que no se avergüence de mi en ninguna circunstancia. Jazmin estaba tratando de ser una buena amiga, que lo es. Sé que le dije que necesitaba más tiempo, pero lo cierto es que la necesito y estoy harta de esta estúpida discusión en la que soy yo quien es demasiado testaruda para retroceder. Ella se ha disculpado suficiente por todos los pecadores de la Tierra y creo que estoy siendo demasiado dura, después de todo, Tyler Richmond puede quitarme un poco de mi orgullo y dignidad, pero no mi mejor amiga. Eso no, señores.

- ¿Tienes cinco dólares? - Le pregunto cuando pasamos frente a las máquinas expendedoras.

- Estoy en la quiebra, chica. - Me dice negando con la cabeza.

- Maldita vida, quiero mi barrita de cereal y ese jugo lleno de azúcar para despertar. - Ella me mira con ojos sonrientes.

- You can't always get what you want... - Empieza a cantar, ruedo mis ojos y decido que puedo sobrevivir un día sin la bendita barra de cereal y el santo jugo de manzana, que es el único sabor que hay. Gran variedad, lo sé.


RiotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora