Capítulo 5: "The lion kissed the deer"

14 1 0
                                    

5:22 AM.

- ¡Ellie! - Tyler me grita desde atrás, pero yo sigo avanzando. - ¡Ellie, detente, no quise..! ¡ELLIE!

Sigo caminando a paso apresurado y pronto lo pierdo, escucho como su voz se va apagando mientras pongo distancia. Mis ojos punzan con las lágrimas y cuando logro salir, me recargo contra la pared. De pronto me siento llena de ira y antes de poder controlarme, doy un puñetazo contra la dura pared de ladrillos y me doy de lleno en los nudillos. Me duele, pero hay algo en el dolor que me calma, el dolor físico reemplaza al emocional. Y todo está bien por unos segundos. Así que lo hago de nuevo y puedo sentir las lágrimas caer contra mi cara y golpear el frío suelo, pero no puedo detenerme. Se ha destapado algo en mí y ahora tengo que dejarlo salir. Grito y lloro, mis puños están sangrando, y ni siquiera sigo llorando por Tyler. Es por todo, porque todo es una mierda.

- ¡Ellie! - Alguien llama mi nombre, y aunque lo escucho, es como si estuviera bajo el agua. - ¡Ellie, detente!

Unas manos toman con firmeza mis hombros y me voltean, caigo al suelo sin siquiera ver, mi vista está nublada por las lágrimas y la ira. Siento como el cuerpo cálido y firme se sienta a mi lado y me aferro con fuerza a él. Unos brazos me rodean y me siento a salvo.

- Lo siento - Logro balbucear tras unos minutos.

- Está bien, a veces uno explota - Dice como si de verdad entendiera, incluso con resignación. Entonces levanto la cabeza y lo veo por primera vez. Digo, lo he visto antes, pero justo ahora lo estoy viendo, como de verdad viendo. No sólo sus ojos chocolate y su rostro pinceleado, veo a este chico que me pone los nervios de punta y que me ha hecho reír más en una noche que Tyler en los últimos dos años. Sus ojos están oscurecidos con preocupación y no puedo evitar sonreír un poco cuando veo su mandíbula amoratada.

- ¿Cómo quedo el otro? - Le pregunto apuntando a su barbilla. Él sonríe y me siento mejor.

- 1000 dólares más pobre. - Sonrío un poco ante su broma no tan broma y me acerco más a su pecho, me oculto en sus brazos y respiro su aroma. Su corazón palpita con fuerza contra mi mano y enredo mis dedos en su camiseta negra.

- Sácame de aquí, Brooklyn. - Le digo comenzando a ponerme de pie. Se levanta veloz y me ayuda.

- A sus ordenes, señorita.

{DIEZ HORAS ANTES}

19:30 PM. Entro puntual a B&B, hoy tengo turno largo, lo que significa doce horas seguidas. Hoy es la noche de la semana donde gano más dinero: más tiempo, más clientes, más propina, simples matemáticas; pero también es mi noche más agotadora. Me acerco a Drake y lo saludo. Unos segundos más tarde entran otros de los chicos que trabajan esta noche y nos ponemos a ordenar las mesas y sillas, revisamos los baños por si alguno le falta papel higiénico pero todo parece en orden. Para las 20:00 ya hay gente haciendo fila para entrar, y ya que todo está listo, le damos la señal al DJ para que empieza a tocar la música y dejamos entrar a los clientes.

21:00 PM. El lugar está a reventar y eso que ni siquiera es la hora pick. Tarareo la canción que está sonando mientras voy con la bandeja cargada de tragos, hoy está siendo una buena noche y en una hora ya me he hecho 33 dólares de propina.

Apenas termino de servir en la 14, me volteo para dirigirme de nuevo a la barra, pero me choco de lleno con un pecho.

- Mierda. - Murmullo por lo bajo. - Lo siento mucho.

- Tranquila, Ellie Davenport - La voz me congela y obliga a alzar el rostro. La sonrisa petulante de Brooklyn me saluda y me siento un poco impactada. ¿Un poco? Deja de mentirte chica. Decido ignorarle y lo rodeo, pero como supuse, casi al instante está a mi lado. - Es de mala educación dejar hablando solas a las personas.

RiotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora