CAPÍTULO 13

13.5K 747 45
                                    

— ¡Maldición! —Gruñe Aidan para entonces frenar de golpe, lo que provoca que ambos nos inclinemos para adelante, de no ser por el cinturón de seguridad habría golpeado el parabrisas.

Todo sucede tan rápido que apenas tengo tiempo para digerir lo que está pasando. Sin embargo puedo ver cómo su arriesga acción nos acaba de salvar, ya que al frenar el motociclista no ha tenido tiempo de dispararnos, si esa era su intención, y mucho menos de frenar, por lo que quedamos atrás. No obstante, el fuerte golpe que recibimos después por parte de una de las furgonetas que nos siguen no nos da tiempo de a nada.

El choque provoca que el auto se deslice y por unos segundos que se sintieron como una eternidad, Aidan pierde el control del coche y durante el tiempo que el auto patinó en círculos por la carretera, cierro los ojos, me sostengo fuertemente del asiento mientras contengo un grito. Afortunadamente Aidan logra controlar y enderezar el auto con facilidad dentro de lo que cabe, para luego volver a ponerse en marcha, abro los ojos y siento como un nudo de forma en mi garganta.

—Aidan...

— ¿Ves el casco que está en el asiento trasero? —Inquiere interrumpiéndome con la voz más calmada que pude tener en estos momentos. Temblando dirijo mi mirada hacia estos y asiento seguido de un "Sí", mi respuesta fue casi un murmullo. —Tómalo y póntelo. —Ordena. No sé qué es lo que planea pero hago lo que me pide. Me inclino sobre el asiento y tomo el casco, es el mismo que me dio a llevar aquel día.

Al enderezarme en el asiento y colocarme el casco siento la sangre de todo mi cuerpo bajarme a los pies, al ver a lo lejos como se encuentra aquella persona en la motocicleta apuntando directamente hacia nosotros. Literalmente esperando a que nos acerquemos más.

—Aidan... —Susurro al ver cómo este no planea detenerse sino acelerar aún más.

—Agáchate. —Manda y lo seguido que escucho es el sonido que emite el auto al acelerarlo a fondo. Un grito se escapa de mis labios y al oír el primer disparo por parte de que aquel hombre instantáneamente me agacho todo lo que puedo llevando el cinturón de seguridad mientras trato de controlar mis gritos de horror.

Vamos a morir. Ese era mi pensamiento. Pero entonces al fijar mi mirada en Aidan lo observo sacar un de arma. No sé dónde pero para cuando intento decirme a mi misma que esto no es más que un sueño dispara a través del parabrisas. Otro grito se escapa de mis labios, el chico le dispara de vuelta y literalmente observo cómo una bala atraviesa y pasa por en medio de ambos. Aidan dispara varias veces de seguida, sin titubear, sin miedo, con firmeza y decisión sostiene y apunta al chico mientras le dispara. y al encontrarnos más cerca observo cómo al parecer alguna de estas le da al chico, ya que cae al suelo. Al ver cómo Aidan conduce directamente hacia él, instintivamente cierro los ojos y me contraigo en el asiento pensando que terminará atropellando pero no, lo siento hacer un movimiento brusco hacia un lado, y entonces sé que ha esquivado su cuerpo.

Abro los ojos y lo observo en silencio estupefacta. Acaba de posiblemente matar a alguien.

Giro sobre el asiento y veo cómo una de las dos furgonetas que nos siguen, con la que habíamos chocado, se halla estampada con un póster, mientras la otra se encuentra todavía siguiéndonos.

Me enderezo nuevamente en el asiento y observo a Aidan quien sin decir nada continúa maldiciendo por lo bajo mientras ve constantemente por el espejo retrovisor. Lo observo su mano derecha en el volante y cómo con la mano izquierda sostiene el arma.

—Madison. —Pronuncia mi nombre al mismo tiempo que toma una de mis manos con su mano izquierda aún sostenido el arma, siento como todo mi cuerpo se estremece y no precisamente por una sensación agradable. —Todo estará bien. Te lo prometo. —Asegura dándome una mirada fugaz, no digo nada, solo quiero que todo se termina ya para poder liberar todo la presión y tensión que siento en todo mi cuerpo. Sin embargo pronto me doy cuenta que todo está lejos de terminar.

ALÉJATE DE MÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora