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Otra vez estaba despertando.

Y de nuevo podía ver el césped, el mismo escenario.

Pero era de día, y había mucho sol. Solo que yo no podía sentirlo, tampoco el viento que movía las hojas de los árboles. No podía sentir nada, porque estaba muerta.

Luego de que el último dolor llego a mi cabeza, y vi todo el funeral finalmente lo había entendido, me había ido. Para siempre. Ya no había más nada que hacer, luego de haber visto a todos mi familiares ese día, llorando por mi culpa pensé que eso había sido todo. Que después de eso, descansaría en paz.

Pero aquí estaba de nuevo, en el cementerio. Mirando a mi tumba, la cual ya estaba toda cubierta de ¿césped?

Pero eso es imposible, yo solo había muerto hace 2 días. El césped no crece tan rápido. Me arrodille frente a donde descansaba mi cuerpo e intente tocar las flores, mis manos las atravesaban. Lo único que sucedía era un leve viento que hacia mover sus pétalos.

Sentí un presencia detrás de mí, y cuando me di vuelta, el venia caminando con un casco colgando de su brazo.

Las ojeras debajo de sus ojos eran más que visibles. Sus ojos estaban a la vez rojos, como si hubiese llorado una semana completa. Se veía en un muy mal estado.

En su otra mano traía un ramo de flores, mis flores favoritas. Y una bolsa con 6 latas de cerveza.

Calum se sentó justo al lado de mi lapida. Donde se leía, "Sophie Kidman. 1996-2021".

-Hola, cariño. Te traje tus flores favoritas. Te extraño demasiado, ¿sabes? Todo está fatal desde que te fuiste, mi vida no tiene sentido. Te extraño cada mañana al despertar, te extraño cada noche al acostarme. Nadie jamás podrá reemplazarte, ¿lo sabes? Ha pasado un año Soph.

¿Un año?

-Y aun no puedo dejarte ir. Te recuerdo todos los días. Tu madre me dijo que tengo que dejarte ir, dejarte descansar. Pero es que no puedo. Nunca me voy a perdonar no haberte ido a buscar hace un año atrás. Me culpo siempre. Yo espero que tu estés bien, espero que el que yo te recuerde no te impida descansar en paz.

Yo intentaba procesar toda la información que él me estaba dando, ¿cómo que había pasado un año? ¿Eso quiere decir que estuve muerta un año? ¿Y Calum seguía así? ¿Por qué?

Cientos de preguntas se formaron en mi cabeza, pero no había nadie que las respondiera. Tendría que averiguarlo yo misma.

Calum saco las cervezas de la bolsa y abrió una. Estaba recostado en la lápida mientras yo estaba parada justo frete a él.

Quería hacerle saber que estaba aquí, pero no tenía idea como.

Él le dio un trago a la cerveza y siguió hablando.

-Los chicos también te extrañan, ¿sabes? Siempre te recuerdan. Siempre estás en los pensamientos de cada uno de nosotros. A la banda le está yendo muy bien, nuestras fans son de gran apoyo. Y lo siento por no haber podido venir para tu cumpleaños, pero estaba en Argentina. Ese país es fabuloso, recuerdo que siempre quisiste conocerlo. Como desearía que estés aquí.

Lagrimas comenzaron a caer de sus ojos. Era insoportable verlo así, no me podía imaginar verlo así todos los días. No me podía imaginar verlos a los chicos tristes. Ellos siempre fueron mi escape de la realidad, ellos siempre me alegraban. Y ahora yo hacía que se sientan mal, que se sienta tristes.

-Lo siento mucho, Calum.

Me agache para tocar su mejilla. Yo sabía que no podía hacerlo, pero quería saber si el podía sentirme.

De nuevo, cuando acerque mi mano a su cara una brisa soplo moviendo su salgo cabello. El cerro los ojos y respiro profundo.

-Es casi como si estuvieras aquí, ¿sabes? Es como si estuvieses escuchando, por eso no me siento un loco cuando vengo a verte. Porque sé que de alguna u otra forma puedes escucharme.

Calum se levantó del piso y limpio sus pantalones. Recogió su casco y la bolsa con las latas. No quería que se vaya.

-Los chicos me están esperando para festejar mi cumpleaños, aunque yo ya no quiero. Ellos dicen que no puedo no hacer nada, que no es lo que tú habrías querido. Pero yo no tengo ganas, simplemente todo me recuerda a ti. Pero por otro lado ellos tienen razón, tengo que hacer un esfuerzo y seguir.

-Tienes que dejarme ir, Calum.

-Tengo que dejarte ir, Soph. Pero no puedo, lo repito. No puedo.

No soportaba verlo así, tenía que dejarme ir. Me acerque de nuevo a él e intente abrazarlo. No pude, pero el tembló como si un escalofrío hubiese pasado su cuerpo.

-No puedo porque puedo sentirte conmigo todos los días.- Miro su teléfono y hablo. -Ya es hora, hasta pronto Soph. Te amo, nunca lo olvides.

Caluma se dio vuelta y comenzó a caminar hacia su motocicleta.

Mi vista se volvió borrosa, la obscuridad se estaba apoderando de mí. El dolor detrás de mi cabeza comenzaba a sentirse.

Y luego fue absoluto. Y yo solo pensaba en él, ¿por qué había vuelto un año después, y por qué volvía?


The last day. C.H.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora