Al terminar su desayuno, Janice se cepilló sus dientes y rápidamente se dirigió a su patio delantero, donde la esperaba su amiga Kate para caminar a la escuela, ya que el bus escolar no pasaba por la casa de ninguna de las dos. Kate estaba en el mismo nivel que Janice, pero no en su misma clase, aunque casi siempre se veían en las tardes para hacer los deberes o cuando hubiera pruebas importantes. A Janice le agradaba Kate porque ésta se preocupaba de los demás y no era una engreída como otras chicas del mismo nivel.
Kate lucía el uniforme normal de clases de la escuela, mientras que Janice debía usar el correspondiente a gimnasia. Se fueron hablando de cosas superficiales: cómo transcurrió el año hasta entonces, de los profesores de cada una y de los que tenían en común, de los chicos más populares, codiciados por todas las chicas de la escuela, etc. Nada muy sustancioso. No lo pasaba mal con Kate, pero Janice no la consideraba su mejor amiga. Por la simple razón de que Kate no era Noah. Noah era cariñoso, amable, tierno, bueno con las chicas... Janice se sentía afortunada de tener un amigo así. Además ya era como un miembro más de su familia. Si Noah no legaba a casa, su madre antes de hacer nada llamaba a casa de Janice a preguntar cómo lo estaban pasando los chicos. Lo mismo pasaba con Janice.
Los amigos estaban todo el tiempo juntos, lo hacían todo juntos. Se burlaban de lo superficiales y egoístas que eran las chicas en su escuela, comían pizza sin que les importara comer hasta siete trozos, mascaban millones de chicles y los convertían en una gran bola (una vez lograron hacer que midiera 43 cm de ancho, pero la profesora de inglés de Janice la descubrió bajo su escritorio y la arrojó a la basura), etc. Cuando ambos hacían cosas juntos, se conectaban de una forma especial. Incluso hubo una vez en que tuvieron un episodio un tanto especial, que ninguno pudo olvidar jamás, aunque se prometieran el uno al otro no recordarlo.
Ocho años antes, Janice y Noah se juntaron a ver una película. Las opciones eran una película de miedo, o una romántica. La decisión fue difícil, porque a ninguno de los dos les gustaba ese tipo de películas, pero terminar optando por la romántica. Se llamaba "Mi primer beso" y trataba de una chica que besaba a su mejor amigo y luego, él moría. O eso fue con lo que se quedó Janice, ya que no le pareció muy interesante. En cambio a Noah le brillaban los ojos. Janice se burló de él, y comentaron la película mientras comían el resto de palomitas que habían quedado. Ambos opinaban que el chico estaba tan enamorado de la chica que le siguió el juego. Pero entonces Janice y Noah calaron por un segundo, y se miraron a los ojos. "¿Ni una palabra?" preguntó Janice. "Ni una sola" fue la respuesta. Entonces se acercaron el uno al otro, muy lentamente. Janice cerró los ojos, por lo que Noah los cerró también. Y cuando estaban a solo un milímetro de tocar sus labios, Noah se adelantó y los unió con un tierno beso, de los suaves, inexpertos. Al separarse, Janice sonrió. "No es tan malo como creía". "Ni que lo digas" dijo Noah riendo. El secreto sigue guardado, y todavía nadie sabe lo que pasó ese día, ni porqué Noah dejó la casa de su amiga sonriendo y ella devolviéndole la sonrisa.
Kate se despidió de Janice cuando llegaron a la escuela. La sala de clases de Kate estaba justo al otro lado de la de Janice, así que cada una caminó por su lado. Janice se dirigía al salón de inglés, cuando se topó frente a frente con August Martin con su novia Deborah Whickens. Él era un chico simpático, no como su novia. Deborah era de esas personas que cruzan al otro lado de la calle para no respirar el mismo aire de una perdedora como Janice.
- Hola Janice - saludó muy amable August -. ¿Cómo va todo?
Janice se disponía a contestarle, cuando esa voz chillona que tanto odiaba la interrumpió.
- Vamos cariño, te va a hacer mal estar con... eso - finalizó señalando con un gesto vago a Janice.
- Sabes que estoy aquí ¿Verdad? - dijo ella indignada.
