Capitulo 5

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Coraline sonrió maliciosamente, y se acercó al chico que estaba parado en la puerta de la casa de Janice como si lo conociera de toda la vida, sinedo que solo habían hablado un par de veces.

- Alex! Que sorpresa! no te espaeraba... - dijo muy fuerte Coraline para que su amiga la oyera, aunque de todas formas le hizo una seña con los ojos a Alex para que le siguiera la corriente -. Viniste solo o con...

- Vine con Pete, que se quedó en el super comprando algo para comer.

- Oh, claro. Pues lo esperaremos, o no, Janice?

- Perdón, qué decías? - se esuchó la voz de Janice desde la cocina. Claramente no había escuchado nada de la conversación entre su amiga y Alex.

- Ven, que te voy a presentar a alguien - extraños en su puerta ya era algo más que norml para Janice, por lo que sólo se acercó a la entrada de su casa, esperando que el nuevo amigo de Coraline no fuera una especie de freak.

- Ya estoy aquí, qué pasa? - dijo Janice. Pero no pudo seguir. Se quedó mirando al nuevo chico que estaba en su puerta.

Era un chico de más o menos un año mayor que ella, con los ojos verdes, el pelo oscuro y la piel bronceada. Usaba unas zapatillas de marca y pantalones sueltos. Una polera con cuello en v era la cereza del pastel, con la que hacía que se viera más guapo.

Pero Janice no fue la única en enamorarse fácil. Alex, apenas vio a Janice, le brillaron los ojos. Era la chica más hermosa que hubiera visto jamás. Su cabello, que tenía unas pequeñas curvas por la trenza con la que había dormido, caía hacia un lado, mientras ella coquetamente lo peinaba, haciendo que Alex no pudiera dejar de mirarla. "Esta es mi chica" se dijo a si mismo.

- Bueno, creo que los voy a presentar. Alex, Janice. Janice, Alex - dijo Coraline, rompiendo ese segundo hechizado que había envuelto a su amiga y al chico nuevo.

- Alex... - repitió Janice en un murmullo. Pero dándose cuenta de que los otros dos la habían escuchado de todas formas, desvió la vista al suelo. Alex sonrió.

Entonces, como un regalo caído del cielo para rescatar a la pobre y avergonzada Janice, su teléfono sonó. Ella se apresuró en revisarlo, y descubrió que tenía un mensaje de... "El cursi de las flores"! Janice leyó el mensaje en voz bja: "Cresite que te habías librado de mí? Pues claro que no!" esta vez no sonaba tan cursi ni tan tierno, sonaba más amenazante. "No creas que te dejaré en paz, preciosa." muy bien, esto la había aterrado, "Pero tranquila, que todavía no pretendo herirte ni nada." Herirla? "Comenzaré a aparecer más seguido en tu vida, que no pienso dejarte ir, eh? Eres mi pequeña Hortensia, lo recuerdas?" Pues claro que si! Aún tenía ese asunto pendiente. Pero la llegada de Coraline lo había cambiado todo. "Con amor."

Vaya que la espantó ese mensaje!

- Janice, estás bien? - la voz de Coraline se escuchó desde un mundo lejano, afuera del suyo.

- Si, si. Estoy... perfectamente - respondió sacudiendo la cabeza, y quitando ese pensamiento de su mente.

- Bueno, no vamos a dejar al pobre Alex aquí afuera toda la tarde, o no? - dijo Coraline haciendo además de hacerlo pasar.

- En realidad iré a ver dónde se metió Pete. Debería de estar aquí - esta vez Coraline lo miró reprochante; Pete sabía que Janice no se sentía cómoda, y lo que menos quería era molestarla, pero Janice apenas se dio cuenta de que Alex se despedía de ella. Estaba totalmente sumida en descifrar ese mensaje. Qué habría querido decir con "todavía no pretendo herirte"? Cómo se suponía que un chico que ni siquiera sabía, ni tenía pista alguna de quién pudiera ser la hiriera de alguna forma? Además, qué podría hacer un extraño para herirla? Aunque quizás no fuera un extraño. Podría ser cualquier chico que tuviera su número y su calle. Claro, sólo alguien de su escuela podría saber esto. Pero... Quién?

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⏰ Última actualización: Sep 05, 2013 ⏰

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